Antes de consagrarse como el icono de la música pop racial que es hoy en día, alzarse con un Goya a la mejor canción original y haber sido nominada a los Grammy Latinos, India Martínez atravesó un camino repleto de obstáculos que no le impidió llegar a lo más alto. La intérprete cordobesa, que hoy tiene 37 años y está felizmente enamorada de Ismael Vázquez desde hace 12, vivió una infancia marcada por la dureza de la calle, del barrio humilde en el que se crió junto a sus padres y sus dos hermanas pequeñas, algo que le marcó para siempre. Allí, aquella niña reservada que soñaba con subirse a un escenario para ofrecer su arte al gran público sufrió las adversidades de la exclusión social, la pobreza y algunos episodios que nunca podrá borrar de su mente.
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La dureza azotó su infancia
India, que nació con el nombre de Jenifer Yésica y se crió en el barrio cordobés Las Palmeras, define su etapa de niña como un capítulo "bonito dentro de casa, pero fuera un poco difícil", pues, en ocasiones, sentía auténtico miedo tan solo con salir a la calle. Tal y como ha confesado la vocalista andaluza por primera vez, estuvo sufriendo amenazas sin motivo por parte de compañeras de su escuela durante más de una década, algo que le "marcó bastante". Frente a la atenta y atónita mirada de Bertín Osborne, que la ha entrevistado en Mi casa es la tuya, la protagonista ha recordado algunos de los capítulos más desgarradores que experimentó durante los años previos a apostarlo todo por su gran sueño: "Ha habido gente que se ha metido conmigo y luego me ha pedido autógrafos", ha admitido, al tiempo que ha restado importancia a aquel desolador pasado.
De entre los incidentes que más huella le dejaron, ha resaltado la ocasión en la que, cuando tenía tan solo cinco o seis años, vio cómo un hombre se pinchaba con una goma en plena oscuridad o el momento en el que saludó al padre de una amiga en la calle y la apuntó con una pistola. Violencia, reyertas, peleas diarias, navajazos, fallecidos a plena luz del sol, ausencia de oportunidades... Aquel fue el clima que vio crecer a la que hoy es uno de los máximos exponentes de la industria musical patria. "Nos ha hecho más fuertes y a saber valorar las cosas desde la nobleza, sin coger los malos hábitos y quedándonos con el respeto y la parte trabajadora y luchadora de la gente", ha admitido.
El origen de su nombre artístico
Fue a los 11 años cuando India, arropada por toda su familia, hizo las maletas y puso rumbo a Almería, donde conoció una nueva realidad y una educación que transformó su forma de ver la realidad. Pese a que sus inicios no fueron fáciles, la riqueza y la fuerza artística de la ciudad y de su gente la impulsaron a "dar el paso" y, entre los 12 y 13 años, comenzó a enfocarse en su faceta de artista. Por aquel entonces, la gente de Roquetas de Mar, donde vivía, se refería a ella como 'la niña del Puerto', un apodo que utilizó durante varios años, incluso en carteles promocionales, hasta que cumplió los 17.
Antes de alcanzar la mayoría de edad ya estaba en el punto de mira de múltiples productores y representantes y fue un mánager llamado Diego Ibáñez quien mostró su interés por grabarle su primer disco, "pero me dijo 'este nombre no'": "Le dije que mis amigas me llamaban Pocahontas porque parezco una india, tengo el pelo largo, morenita, labios gorditos... Me dijo que le diera unos días para pensarlo y después me dijo que me pondría 'India Martínez', con nombre y apellido. Y acertó, porque me sentía súper identificada", ha expresado sobre el origen de su nombre artístico la cantante, que está inmersa en su nueva gira musical, Nuestro Mundo Tour.
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