La cuenta atrás para el nacimiento de la hija de Cristina Pedroche y David Muñoz ha comenzado y sus orgullosos papás ya restan los días en el calendario para ver la carita a la bebé que se convertirá en la niña de sus ojos. A falta de algo más de dos semanas para que la primogénita del matrimonio llegue para inundar sus vidas de alegría y amor incondicional, la presentadora madrileña, de 34 años, está viviendo un embarazo fantástico en el que ha visto cómo cambiaban sus prioridades y en el que se está preparando al máximo, tanto física como mentalmente, para el día del parto. Y no solo eso: ha continuado con sus compromisos profesionales, sigue presumiendo de sus encantadoras curvas premamá e incluso tiene amuletos protectores. Repasamos las claves de la última fase del que la televisiva define como "el viaje más apasionante que vamos a vivir": su estado de buena esperanza.
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- Cristina Pedroche da a luz a su primera hija con David Muñoz
La inminente llegada de la hija de la feliz pareja es, para ambos, el regalo más íntimo y personal que han tenido nunca. Desde que supieron que su amor iba a multiplicarse y que pasarían a ser tres en la familia, tanto Cristina como David, que estrenará paternidad a los 43 años, priorizaron la salud y el bienestar de la pequeña. Prueba de ello son las rutinas saludables que la futura mamá ha seguido incluso en estas últimas semanas de embarazo, en las que ha continuado mostrando su vena activa y vital, aunque en algunas ocasiones el cansancio haya querido apoderarse de ella: "Por las mañanas me levanto a tope casi siempre, pero, según va pasando el día, voy perdiendo la fuerza. Es que no paro de darle vueltas a la cabeza. Demasiadas cosas pasando dentro de mí", reconocía a finales del mes de mayo.
La preparación física y mental que ha seguido
Pese a que ha abrazado sin remordimientos el agotamiento y la fatiga puntuales y habituales de esta fase, la esposa del reputado chef no ha dejado de entrenar ni de cuidar su alimentación. En concreto, se ha focalizado en ejercicios de movilidad que realiza casi a diario, siempre escuchando a su cuerpo y dando importancia a su respiración y postura, un hábito que, según considera, "es buenísimo, estéis embarazadas o no".
Con el objetivo de llegar al día del parto lo más fuerte posible a todos los niveles, Cristina ha querido formarse con diferentes lecturas y ejercitarse "por mí y por mi beba": "Hay días que me levanto con ganas de comerme el mundo y puedo entrenar, salir, andar, hacer doscientas reuniones y todo me va fenomenal, y otros días me levanto y voy de la cama al sofá y del sofá a la cama. Escucho mi cuerpo, y si me pide eso es porque lo necesita. Pongo el horno a funcionar y me relajo", expresó hace pocos días a los micrófonos de Europa Press.
Presume de sus curvas premamá y tiene amuletos
Como resultado de su constancia y gran trabajo físico, entre otros factores, Cristina se siente muy satisfecha con sus curvas premamá, de las que acostumbra a presumir. Para ella, son "un soplo de aire fresco" que describe, en términos culinarios, como un "relleno de amor" que le da la vida. No es casual que los rompedores estilismos que ha escogido para sus últimas citas profesionales y de ocio estén marcados por el significativo detalle de dejar su vientre descubierto.
Otro de los detalles que ha llamado poderosamente la atención de sus últimas apariciones públicas son algunos accesorios que ha lucido, la mayoría en forma de joyas que se han convertido en imprescindibles en sus outfits. Una de ellas es la gargantilla dorada de un ojo con una piedra negra en el centro que luce desde hace pocas semanas. Se trata de un amuleto que tiene atributos místicos y que sirve para proteger a la persona que lo lleva y alejar las malas energías. Otra de las piezas que forman parte de su cofre más valioso es un llamador de ángeles de color blanco llamado 'bola de la maternidad'. Se trata de un colgante con detalles dorados que lleva desde que se quedó embarazada y cuyos efectos son poderosos según dicta su origen indonesio.
La divertida reacción de Cristina Pedroche al ponerse este vestido que ya llevó Paula Echevarría
Hipnoparto y espiritualidad, sus dos aliados
Además de seguir con sus rutinas de belleza, pues acude con frecuencia a su centro estético de confianza a realizarse sus tratamientos y a recibir mimos, y de deporte, la meditación y la espiritualidad son dos de sus máximos aliados en estos momentos. Ambos le están permitiendo vivir el embarazo desde la consciencia y el amor por su cuerpo y son una forma de evasión ideal y "para oxigenar el cerebro". En este sentido y con la única meta de dar a luz con el respeto y su única voz como máxima, la colaboradora de Zapeando, que optará por el colecho y la lactancia, escogió la opción del hipnoparto, algo por lo que optó de forma "natural y muy orgánica".
"Llevo muchísimos años haciendo meditación, conociendo mi cuerpo, mis respiraciones... Y el hipnoparto es simplemente tener toda la información y controlar tu respiración para tomar tú las decisiones e intentar llegar al 'planeta parto', que es el planeta en el que tú estás concentrada solo para que nazca tu bebé", comentó sobre la técnica, que le permitirá evitar contracciones y "tener olas uterinas" que podrá surfear.