Dicen que no hay mejor elixir de belleza que estar enamorado. Y parece que funciona, tanto en mujeres como en hombres. Al menos en el caso de Luis Miguel. Desde que el cantante empezó su relación con Paloma Cuevas ha experimentado un espectacular cambio físico para bien. “El Sol de México” y la empresaria se reencontraron el pasado verano y desde entonces, no sólo se han vuelto inseparables, sino que también están mejor que nunca.
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Fue a partir de aquel reencuentro cuando el ídolo musical trasladó a Madrid su cuartel general, desde donde ha estado organizando su vuelta a los escenarios. Después de cuatro años de silencio, el cantante de boleros y rancheras arranca su Tour 2023 el próximo 3 de agosto en Buenos Aires. Será el inicio de una ambiciosa gira internacional en la que tiene previstos, entre este año y el próximo, más de 200 conciertos; todo un reto para el que el artista se ha preparado a fondo. Sólo entre el 3 de agosto y el 17 de diciembre ofrecerá 67 actuaciones por Latinoamérica y Estados Unidos, con apenas un día de descanso entre conciertos para poder desplazarse de una ciudad a otra y reponer fuerzas.
El intérprete de Cuando calienta el sol ha querido reencontrarse con su público en plena forma, para ofrecer lo mejor de sí mismo en cada recital. Y desde luego, ha sido al lado de Paloma cuando ha logrado volver a ser el que era. De hecho, a sus 53 años —los cumplió el pasado 19 de abril— está como nunca. Delgado, bronceado, relajado y con su seductora sonrisa de siempre. Así le hemos visto junto a la diseñadora en las románticas imágenes que la pareja ha protagonizado en París y que ¡HOLA! ofrece esta semana en exclusiva.
El pasado mes de febrero, a la vuelta de una escapada a Nueva York, donde celebraron su San Valentín más especial, fueron fotografiados en el aeropuerto de Madrid. En ese momento, las imágenes ya evidenciaban la transformación física de Luis Miguel: “¡Está cañón!”, suspiraban sus admiradoras al ver el reportaje gráfico.
En las últimas fotografías, las de París, se aprecia que ha perdido bastante peso, aunque sigue conservando su atractivo. Las lenguas maledicentes especulan que puede ser debido a que habría utilizado un fármaco indicado para personas con problemas de obesidad y diabetes que se puso de moda hace unos cuatro años para ganarle la batalla a la báscula sin someterse a la férrea disciplina de un régimen estricto y sin pasar hambre.
Todo parece indicar, sin embargo, que Luis Miguel ha optado por un estilo de vida saludable, haciendo ejercicio con un plan de entrenamiento —algo natural en alguien que tiene que enfrentarse a actuaciones de más de dos horas en directo— y cuidando la alimentación. Puesto que durante el cóctel de la boda de Daniel Clará y Anne-Marie Collings (motivo por el que viajó a París junto a Paloma) el cantante dio buena cuenta de las ostras que sirvieron, nos inclinamos a pensar que tal vez se haya sometido a una dieta de alto contenido protéico. Este tipo de dietas garantizan una pérdida de peso rápida y duradera, y son muchos los famosos que se ajustan a este plan de tomar solo proteinas junto a una cantidad moderada de verduras, excluyendo de su alimentación todo tipo de carbohidratos y azúcares.