Fue el pasado 27 de mayo cuando un tweet de Alejandro Sanz hizo saltar todas las alarmas. “No estoy bien. No sé si esto sirve de algo, pero quiero decirlo. Estoy triste y cansado”, escribía en su cuenta personal. Un mensaje que causó un gran revuelo e hizo crecer la preocupación por el cantante. Días más tarde, ¡HOLA! Confirmaba, en exclusiva, que, tras más de tres años de amor, había puesto punto y final a su relación con Rachel Valdés .
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Según ha podido conocer nuestra revista, la artista está muy afectada por la ruptura. Se marchó, hace quince días, del domicilio donde vivía junto a Alejandro -situado en la urbanización de Somosaguas (Madrid)-, llevándose consigo todos sus cuadros, y, con ella, se fue también su hijo, Max.
Ahora sabemos, también, dónde se encuentra Rachel, que ha optado por poner distancia. Fuentes cercanas nos confirman que ya no está en la capital, y que ha optado por instalarse junto a su pequeño en Barcelona, la ciudad a la que llegó como estudiante, con una beca, cuando tenía veinte años.
Como ella misma nos contaba, recientemente, en una entrevista, se adaptó fácilmente a la vida en la Ciudad Condal, donde pudo seguir creciendo como artista: “Lo que noté es que pude acceder a materiales que no tenía en Cuba. Eso abrió bastante mi espectro a la hora de crear”.
“La idea de vivir en Madrid coincidió con el inicio de mi relación. Los dos buscamos un lugar apropiado. Me fascina España, es mi segundo hogar, así que dijimos de probar en la capital”, añadía, al tiempo que nos confesaba que lo que le había enamorado de Alejandro era su talento. “Admiro mucho su capacidad de trabajo y de concentración que tiene con su música y a la hora de cantar. También la capacidad de gestionar esa presión, que debe de ser muy fuerte”.