Han pasado 14 años desde que Susan Boyle saltara del coro de la iglesia al escenario de Britain’s Got Talent. Su interpretación de I Dreamed a Dream en 2009 dio la vuelta al mundo convirtiéndola, entonces tenía 48 años, en un auténtico fenómeno de masas. No todo fue éxito sin embargo pues poco después del talent ingresó en una clínica psiquiátrica con síntomas de agotamiento. La fama repentina y la pérdida de anonimato le resultaron difíciles de gestionar, algo que contó en su biografía. Con ocho discos en el mercado, desde 2019 han sido escasas las ocasiones en las que se ha visto a Susan, que tiene hoy 62 años, en público. Por eso su reaparición ha sido inesperada a la vez que emocionante.
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Susan Boyle, ingresada en una clínica por agotamiento, tras perder la final del concurso Got Talent
Susan se subió de nuevo al escenario en la final de Britain’s Got Talent, concurso que la vio nacer como estrella. Y de nuevo enamoró con las notas de I Dreamed a Dream, del musical Los miserables (lo cantó junto al elenco del musical que se representa en el West End de Londres), además de interpretar Do You Hear The People Sing? Tras su actuación se sinceró con los espectadores, desvelando el problema de salud que ha superado hace muy pocas semanas y que la llevó a pensar que su carrera había terminado. “Me encuentro genial de estar aquí. Es muy especial para mí, porque el pasado abril sufrí un ictus y he luchado para estar de nuevo en un escenario. Lo he logrado” dijo.
El productor Simon Cowell, uno de los jueces del talent y que en su día impulsó la carrera de la artista, le dedicó unas palabras muy cariñosas. “Susan, te debemos mucho. Sabía que no estabas bien, pero si alguien tenía que regresar eres tú. No habría sido lo mismo sin ti” aseguró. El camino de la intérprete a lo largo de estos años ha estado marcado por el éxito de sus temas, pero también por su comportamiento. En diversas ocasiones se ha cuestionado su estado de salud tras fotografiarla llorando en la calle o pidiendo ayuda a voces en un aeropuerto. Muchos de sus seguidores se han preguntado si Susan ha disfrutado del éxito o lo ha padecido.
En 2010, un año después de su salto meteórico, la escocesa publicó su biografía, The Woman I was to Be, en la que habló de este cambio radical en su vida. “Es algo irreal. Tardaré en acostumbrarme porque he dejado una vida muy estable. Tengo experiencia en la vida, pero mentalmente tengo que acostumbrarme. Sin embargo todo esto es bueno” dijo. Su primer álbum I Dreamed a Dream batió todos los récords mundiales y en tres semanas consiguió 33 discos de Platino y 14 de Oro. A este siguieron otros 7 discos, el último de los cuales se lanzó en 2019. En los últimos meses, Susan recuperó la discreción y ha llevado una vida más tranquila alejada del foco público, en su casa de toda la vida y dedicada a cumplir con sus compromisos musicales. En sus perfiles sociales se han hecho publicaciones de manera esporádica, resaltando sus proyectos profesionales.