Son tiempos de muchos cambios y nuevos horizontes para la familia Urdangarin. La más pequeña de la familia, Irene, cumplirá el próximo 5 de junio la mayoría de edad, y este acontecimiento, además de ser un momento muy especial en la vida de la nieta más misteriosa del ‘clan Borbón’, es el desencadenante para que se ponga en marcha el proceso de divorcio entre la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin.
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El motivo de comenzar ahora la disolución del matrimonio se debe a que, cuando hay hijos menores, todo debe pasar obligatoriamente por un juzgado, y doña Cristina quería evitar un convenio expreso de guardia y custodia. Pero, a partir del 18 cumpleaños de Irene, podrán presentar la demanda de divorcio de mutuo acuerdo.
Por otro lado, comienza una nueva etapa para Pablo Urdangarin. Con 22 años, el segundo de la familia abandonará este verano el Barcelona B, el equipo que le vio nacer, y donde su padre estuvo tantos años como jugador, para fichar por el Granollers. Aunque aún es joven, Pablo parece tener claras sus aspiraciones, y es que el jugador quiere más minutos sobre el terreno, tiene sed de más, quiere labrarse un futuro deportivo prometedor.
Si hay algo por lo que la familia Urdangarin destaca es por la unión familiar que han mantenido siempre. Siempre han procurado ser un núcleo, apoyarse en las buenas y en las malas. Y eso, pese a los momentos difíciles que han pasado en los últimos años, es algo que no cambia. Después de la noticia de infidelidad de Iñaki a la infanta, las imágenes que hicieron tambalear los pilares de su matrimonio, hemos continuado siendo testigos de este vínculo, como ha podido ser este verano, donde la familia reunida era fotografiada en Bidart. El matrimonio se ha roto, pero el apoyo a los hijos permanece inquebrantable.
A pesar de abandonar el Barcelona B, Pablo Urdangarin seguirá residiendo en Barcelona, donde ha encontrado el amor de la mano de Johanna Zott. Su relación se confirmó a finales de marzo, y aunque procuran ser muy discretos en su relación, y el propio Pablo no quiere dar declaraciones al respecto, pues defiende que son asuntos de su privacidad, sí han podido verse algunos gestos en público que revelan la complicidad y el cariño que hay entre ellos.
Uniéndose además por su afición al deporte -ya que ella es jugadora de vóley en la categoría senior B del equipo Espluges de Llobregat- Johanna no pierde la ocasión de ir a animar a su novio y se le ha visto en las gradas apoyándole durante algun partido de balonmano. Es el amuleto especial del hijo de la infanta, que sin duda también le dará suerte en su próxima etapa deportiva en el Granollers.