En la vida, si no arriesgas, no ganas, y eso es justamente lo que le ocurrió a lo largo de su vida al peluquero Lluís Llongueras, algo muy característico en un artista. Su polifacética personalidad se diversificó por los diversos cauces de la inspiración artística: peluquería, fotografía, escultura, pintura, escritura, formación profesional y otras fuentes o motivos posibles de plasmación cultural; todo ello amalgamado por su innegable talento para las relaciones públicas.
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Ese carácter multidisciplinar y extrovertido, y también su característica forma de entender la belleza, formaron parte de su éxito, que hizo que se convirtiera en uno de los peluqueros más importantes dentro del panorama español y mundial. Una filosofía que supo trasmitir hasta el momento de su muerte, el pasado 29 de mayo, a toda una generación de estilistas que, hoy en día, forman la gran familia de sus salones, especialmente los de Madrid y Barcelona.
Su característica forma de entender la belleza, formó parte de su éxito e hizo que se convirtiera en uno de los peluqueros más importantes
Considerado toda una institución con las tijeras, sus últimos años los pasó, sin embargo, volcado en otras facetas que nada tenían que ver con el mundo de la peluquería, la de pintor y escultor, de las que hablaba con pasión en los medios de comunicación. A mediados de mayo de 2021, ¡HOLA! tuvo el privilegio de poder conversar con el peluquero en la que acabaría siendo una de las últimas entrevistas que reproducimos a continuación y que nos concedió para hablar de sus trabajos con el cincel y los pinceles, que le permitieron cosechar, entre otros premios la segunda Medaille D´Or du Salon International dÁrts Pastiques de Béziers (Francia).
“Siempre he tenido una personalidad muy “rara”: inquieta, luchadora, multidisciplinar y abierta a cualquier actividad interesante. Sin embargo, a mis casi ochenta y cinco años, me he calmado más y me estoy dedicando a escribir libros, estoy aprendiendo a tocar el piano, cuido estéticamente mi jardín y estoy pintando una nueva serie”, nos decía.
A mis casi ochenta y cinco años, me he calmado más y me estoy dedicando a escribir libros y estoy aprendiendo a tocar el piano
-Si tuvieras que elegir entre las colecciones que has expuesto, ¿con cuál te quedarías?
-Me resulta muy difícil invadir un Palacio como el de Crópani, en Málaga, o un Castillo como el de Aro, en Gerona, pero me quedo con mi exposición efímera de la Sala de Protocolo del Reina Sofía con mis Broces Blancos.
-Si no me equivoco, estuviste a punto de estudiar Bellas Artes, pero finalmente encaminaste tus pasos laborales al mundo de la peluquería, ¿por qué?
-Rechacé mi inscripción en la carrera porque ya, en mi adolescencia, entendí que era demasiado arduo llegar al nivel de mis admirados Leonardo, Picasso y Dalí. La peluquería me pareció mucho más fácil.
-¿Hay algo de ella que se puede trasladar a la pintura?
-Para mí, crear belleza en un rostro, sólo con los pelos, es un auténtico arte.
Crear belleza en un rostro, sólo con los pelos, es un auténtico arte
-¿Cómo definirías el estilo de tus obras?
-Son originales, porque nunca imito nada que ya esté realizado. Eso me ha llevado a ganar premios internacionales como el segundo Dow Chemical de Fotografía y la Medaille D´Or du Salon International dÁrts Pastiques de Béziers, en Francia.
-¿En qué te inspiras a la hora de realizarlas?
-Todo en mí es instinto.
-¿Y cómo es tu momento creativo? ¿Tienes algún ritual?
-No, no...lo limito a lo que me apetece y a lo que me veo capaz de intentar.
-¿Cuál es tu sueño, artísticamente hablando? ¿En qué estás trabajando en estos momentos?
-En un nuevo libro sobre temas como el planeta, el clima, la ciencia, la religión, las redes, el sexo, la cultura, las humanidades, la sociedad, la integración, la política, la economía y las guerras. Todo ello bajo el enfoque de “no tenemos memoria, pero no podemos olvidar”.
Mis obras son originales, nunca imito nada que esté ya realizado. Eso me ha llevado a ganar grandes premios internacionales
-¿Cuáles son tus musas, si las tienes?
-Básicamente, la sensibilidad, especialmente la femenina. También la estética y belleza de la naturaleza y la riqueza cromática.
-¿Y a quién señalarías como tus principales referentes?
-A cualquiera que me haga sentir emociones en cualquier campo creativo, incluida la música.
-”Dalí era un personaje y un cliente a quien yo prestab mucha atención. Con él recibí los mejores cursos para transitar por la vida y seguir el proceso necesario para llegar a ser alguien”, escribes en tu autobiografía. ¿Qué recuerdos tienes de esos momentos a su lado?
-¡Brutales! Dalí era un auténtico genio creativo y no perdía ninguna ocasión de disfrutar de su presencia. No tenía amigos, pero a mí me aceptaba, quizás porque fuí de los pocos que le entendían.
-¿Cuál fue la mejor lección que te dio?
-Su ejemplo, durante veintisiete años, de cómo crearse una personalidad.
Dalí no tenía amigos, pero a mí me aceptaba. Quizás porque fuí de los pocos que le entendían
-Peluquero, pintor, escultor, escritor, fotógrafo...¿falta alguna faceta por descubrir?
-Profundizar en mi pasión por la música y en los compositores que marcaron una época.
-¿Alguien más en la familia ha heredado tu pasión por el arte?
-La que más, Yasmin, mi última hija, aunque ella está estudiando ahora para convertirse en una buena dietista.
-El próximo 24 de mayo cumplirás ochenta y cinco años. ¿Cómo te encuentras en la actualidad?
-Vivo satisfecho, porque en los tres últimos años se me ha considerado el número uno del mundo. Ahora, con las tres estatuillas que me han concedido, estoy esperando a mi sucesor.
-Has peinado a Reinas, aristócratas, iconos de la jet y artistas. A tu juicio, ¿quién es hoy la mujer mejor peinada?
-Estoy triste, porque no veo a la mujer mejor peinada por las calles. Con las melenísimas sosas y sin ningún estilo que me estoy encontrando en estos tiempos, me da la sensación de que hemos retrocedido un siglo.