La vida de Britney Spears, de 41 años, parece una continua sucesión de victorias y derrotas. A la dura lucha por recuperar el control de sus asuntos, sucedió el agrio enfrentamiento con sus padres, hermanos e incluso sus hijos, a quienes no ve tan asiduamente como le gustaría. Brechas personales en las que no se ve el final pues, aunque unas se cierran, otras siguen más abiertas que nunca. En los últimos días saltaba la noticia de las intenciones de Kevin Federline, exmarido de la artista, de abandonar Los Ángeles con su mujer y los dos hijos que comparte con la cantante de Ups! I did it again. El exbailarín tiene la custodia de Sean Preston, de 17 años, y Jayden James, de 16, así que su intención es marcharse a Hawaii con los adolescentes este verano.
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Dado que Britney conserva derechos de visita, el exbailarín le habría comunicado su decisión para solicitar su beneplácito (parece que incluso la amenazó con tomar medidas legales si no le daba su visto bueno). El abogado de Federline, Mark Vincent Kaplan, declaró a TMZ que había tratado de ponerse en contacto con el abogado de Britney, Matthew Rosengart “en muchas ocasiones” y que no había obtenido respuesta. Reveló el letrado el motivo de esta sorprendente mudanza que se producirá el próximo 1 de agosto dado que Victoria Prince, su mujer, ha recibido una oferta para trabajar en una universidad. Kaplan reveló además que Britney no ha visto a sus hijos en más de un año.
Tal y como fuentes cercanas aseguran a Daily Mail, la intérprete se habría mostrado conforme con este traslado aunque este signifique alejar aún más a los jóvenes de su vida. Dichas fuentes aseguran que ella solo quiere lo mejor para los niños, que sean felices. Hace algunos meses confesaba Spears lo duro que le resultaba estar lejos de Sean y Jayden, que en sus primeras declaraciones en televisión aseguraron que les gustaría arreglar la relación con su madre tras los problemas que ha afrontado. Sin embargo no parece que esto vaya a suceder pronto, menos ahora que les van a separar tantos kilómetros. Quién sabe si los viajes que realiza Britney, algunos de ellos han sido a Hawaii, se multiplicarán en el futuro pues desde luego alicientes tiene.
La distancia con sus hijos se agranda mientras la que tiene con su madre se acorta. Hace solo unos días Lynne viajó a Los Ángeles para visitar a su hija en su casa en un encuentro que duró una media hora. La propia cantante, que tantos reproches hizo a su progenitora, ha confirmado en un mensaje en sus perfiles que aprovecharon para limar asperezas y comentar temas que hacía tiempo que tenían pendientes. “Y después de hablar con ella de aquello que he retenido durante tanto tiempo, ¡me siento muy afortunada de haber podido hacer las cosas de manera correcta! ¡Te quiero mucho!¡Qué suerte que hayamos podido tomar un café juntos después de 14 años!” dijo la artista.
Este cara a cara se produjo después de algunos duros reproches de la cantante a su madre, a la que responsabilizó por ejemplo de haber tenido ella la idea de la tutela legal. Un control paterno que duro más de una década y que la llevó al límite, al punto de iniciar un arduo proceso judicial que finalmente se resolvió a su favor. No ha sido sin embargo fácil el camino para ella desde entonces pues se enfrenta a diversas secuelas psicológicas que le está costando superar. Su matrimonio con Sam Asghari está además en el punto de mira dados los comentarios que han surgido acerca de las peleas públicas de la pareja. Ajena a especulaciones, Spears continúa compartiendo mensajes en sus perfiles mostrando sus viajes y reflexiones (publicaciones que en muchas ocasiones han preocupado a sus fans).