En la recta final para conocer el nombre del ganador de Supervivientes 2023, los concursantes reciben la visita de los fantasmas del pasado, que son Alexia Rivas y Ana María Aldón. Las colaboradoras se suman a estos últimos días de aventura que, para ellas, están llenos de recuerdos porque los Cayos Cochinos también fue su hogar en anteriores ediciones. En el caso de la exmujer de Ortega Cano, su paso por Honduras se produjo en 2020 y supuso un auténtico punto de inflexión. Y no solo porquelogró ser la segunda finalista y superó todos sus miedos e inseguridades en la isla, sino porque esta experiencia fue un renacer para ella.
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Un cambio radical y su paso al frente
Desde que inició su relación con el viudo de Rocío Jurado, el nombre de Ana María Aldón se hizo muy popular, pero no fue hasta que fichó por Supervivientes cuando la conocimos realmente. Siempre había optado por mantenerse en segundo plano y ceder todo el protagonismo a su mediática familia, pero en Honduras dio un paso al frente y mostró no solo su carácter y su fortaleza en situaciones extremas, sino también su historia personal. En el país centroamericano, donde coincidió con Rocío Flores, habló abiertamente de su matrimonio y de los episodios que marcaron su infancia.
El concurso de Mediaset, que ahora presenta Laura Madrueño, hizo que 'naciese' una Ana María coimpletamente renovada en todos los aspectos, incluida su imagen física, que también dio un giro. Su cambio físico fue radical en los tres meses que estuvo en Honduras, dando paso a una Ana María mucho más rejuvenecida. Regresó a casa con diez kilos menos y dejando atrás su larga melena. Se atrevió a raparse el pelo en directo a cambio de reponer fuerzas con tres cocidos, y quedó encantada con el resultado de ese valiente acto porque desde entonces luce un peinado muy similar.
Cada vez más presencia pública
Seis meses después de finalizar Supervivientes, con Jorge Pérez como ganador, la presencia en los medios de Ana María siguió intensificándose. En diciembre de 2020 fichó como colaboradora de Viva la vida y reconoció que le había costado dar el paso porque estuvo valorando los pros y los contras de exponerse mediáticamente, pero finalmente se dejó llevar por sus ganas y se atrevió con el nuevo reto que supuso ponerse frente a las cámaras. En el programa presentado por Emma García atravesó momentos complicados como su enfrentamiento con Conchi Ortega, el impacto que tuvo en su familia la emisión del documental de Rocío Carrasco o la grave crisis de su matrimonio, que derivó en una separación en octubre de 2022.
Una nueva etapa, ya sin Ortega
Tras confirmarse su ruptura, Ana María y Ortega estuvieron conviviendo unas semanas, hasta que la colaboradora televisiva dejó su hogar conyugal para instalarse en El Casar de Guadalajara, donde ahora se desarrolla su día a día. En esta vivienda, que mostró en las páginas de ¡HOLA!, comenzó un nuevo capítulo marcado por la tranquilidad. Aunque lejos de Ortega Cano, al que no le dio una oportunidad al considerar que ya "era tarde", sí sigue teniendo un trato cordial con el diestro porque la prioridad de ambos es la felicidad de su pequeño José María, de diez años. Precisamente por el niño se reencontraron a finales de abril, cuando celebraron la Primera Comunión de su hijo rodeados de familiares.