El mundo de la belleza y la estética ha perdido a Lluis Llongueras, que era considerado una auténtica institución de este sector. Ha fallecido a los 87 años en Barcelona después de una vida dedicada a la peluquería, profesión con la que soñó desde niño y en la que consiguió destacar, teniendo en su clientela célebres nombres que van desde la reina Sofía a la duquesa de Alba, pasando por Isabel Preysler y Lola Flores. Considerado toda una institución con las tijeras, sus últimos años los pasó, sin embargo, volcado en otra de sus facetas, la de pintor y escultor. Además, protagonizó un controvertido episodio al ser despedido de su propia empresa por su hija.
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Llongueras fue un apasionado del arte en todas sus vertientes. De hecho, en la adolescencia se planteó matricularse en Bellas Artes, pero rechazó la opción al pensar en que no podría alcanzar el nivel de figuras como Dalí o Picasso. La afición, sin embargo, no la abandonó nunca y ya alejado de los salones de belleza, logró una gran acogida con sus lienzos y esculturas, que expuso, por ejemplo, en la sala de protocolo del reina Sofía. Con sus propuestas, creadas siguiendo su instinto, ha ganado premios como la segunda Medaille D´Or du Salon International dÁrts Pastiques de Béziers (Francia). Así lo explicaba en las páginas de ¡HOLA! hace dos años, donde contó además que estaba ilusionado preparando un libro que también estaba preparando un libro mientras aprendía a tocar el piano.
En 2010 se produjo un punto de inflexión ya que el peluquero vivió un desagradable momento al ser despedido de la sociedad que él mismo creó, llamada Peluquería y Maquillaje S.A" (PEYMA). Fue su primogénita, Esther, quien dejó de contar con sus servicios y se lo hizo saber a través de un burofax que alegaba que "las tareas que realiza no lo son a satisfacción de esta empresa ni ostenta actualmente ningún poder notarial para ejercerlas". Le ofrecían la indemnización máxima al reconocer, pese a todo, que era un despido improcedente. Dos años después, y con la mediación de su segunda mujer según ella misma indicaba en Efestilo, lograron un acuerdo, aunque su relación no se retomó.
Dos matrimonios, seis hijos y una tragedia
La primera esposa de Llongueras fue Lolita Poveda, con la que formó una familia numerosa gracias a la llegada de Esther, Cristina y Adam. La mediana falleció en 1991 en un accidente de coche y con los otros dos mantuvo una batalla judicial con quienes tuvo una disputa judicial entre 2010 y 2012. Su segunda mujer fue Jocelyne Novella, 27 años menor que él, de ascendencia francesa y con la que contrajo matrimonio el 24 de agosto del 2006 después de décadas de relación y una pedida de mano tradicional en la que él se arrodilló. Cuando pronunciaron el "sí, quiero" ya habían tenido tres hijos: Adrià, Antoni y Yasmín. De esta última decía el peluquero que había heredado su pasión por el arte aunque decidió encaminar sus estudios al mundo de la dietética.
Con Jocelyne ha estado hasta el final de sus días, un adiós del que ya había hablado con su familia. Según indicaba en El País, no estaba obsesionado con la muerte pero sí se definía ocmo una persona muy organizada tanto para los negocios como para la familia "y también para mi muerte". "Ya sabe dónde tiene que llevarme. No quiero que me incineren. Quiero que me entierren con mi familia. Y ya está", avanzaba.