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clara lago hola 4113© Fernando Junco

Clara Lago se confiesa con ¡HOLA!: sus sueños por cumplir y nuevos retos

La actriz, de 33 años, pone voz al audiolibro ‘El nido del cuco’


26 de mayo de 2023 - 9:01 CEST

Tiene solo 33 años —cumplidos el pasado mes de marzo—, pero puede presumir de una carrera de más de dos décadas —llena de éxitos—. Clara Lago ha crecido entre sets de rodaje y, aunque a lo largo de todos estos años nos ha demostrado que la interpretación es lo suyo, su mundo es mucho más amplio. Abarca, también, la defensa de los animales y del medio ambiente —a través de la Fundación Ochotumbao, que puso en marcha junto a su expareja, Dani Rovira— y, ahora, el universo del audiolibro. Tras estrenarse con un clásico —Jane Eyre, de Charlotte Brontë—, ahora se encarga de poner voz a un nuevo título, El nido del cuco, la decimoprimera entrega de la colección Los crímenes de Fjällbacka, de la reina de la novela negra europea, Camilla Läckberg, disponible en la plataforma Audible a partir del próximo 1 de junio. Hablamos con ella de este nuevo reto, sus sueños y próximos proyectos —entre ellos,  abrir un restaurante junto a su pareja, José Lucena —.

Clara Lago HOLA 4113© Fernando Junco

—Esta es la segunda vez que pones voz a un audiolibro. La primera fue con Jane Eyre, ¿te está gustando la experiencia? 

—La verdad es que sí… Hasta que le pillas un poquito el punto cuesta un pelín, pero luego pierdes el pudor a ser un poco la niña que jugaba sola en su cuarto —porque pones tú todas las voces a todos los personajes—. Hay una parte también muy liberadora en hacer eso.

—¿Conocías a su autora, Camilla Läckberg?

—No, porque últimamente, me ha dado mucho más por los libros de ensayo que por la novela. Me gusta mucho la psicología y todo lo que tenga que ver con el comportamiento humano.

—Acabas de cumplir 33 años. ¿Cómo te ves profesionalmente en este momento de tu vida? ¡Porque no paras!

—Pues… sí que paro. Me parece supernecesario. Soy una superprivilegiada y puedo permitirme también quedarme aquellos proyectos que realmente me apetecen… Pero, efectivamente, si no aparece un proyecto que me guste, paro seis meses y me dedico a vivir la vida y leer libros de autoayuda —que está muy bien— (se ríe). Al final es muy difícil poder vivir de esta profesión.

—Cada vez más actrices hablan de ese momento en el que el teléfono no suena. ¿Es algo que hayas pensado y que te dé miedo que pueda llegar?

—Yo lo he vivido de cerca con amigas. Por ejemplo, con Ingrid Rubio —que tiene una carrera a sus espaldas larga y maravillosa y con muchísimo reconocimiento—. De repente, desapareció y no por voluntad propia. Me parecía tan injusto… Además, yo era una gran admiradora suya. Tiene todo que ver con la edad y con que no hay proyectos para todos, porque no tiene nada que ver con el talento ni con la dedicación ni con nada de eso. No me preocupa no porque piense que a mí eso no me va a pasar, pero siempre me digo —tanto a mí misma como a mis amigas—: “Si está en tu mano, ocúpate; y si no, ya está”. Hay ciertas cosas que no van a estar bajo mi control. Hacer lo que te gusta es un privilegio y, por desgracia, hay mucha gente que no puede hacerlo. Yo confío, espero y deseo que no tenga que sufrir esa crisis, y si llega, pues… ya iremos a terapia fuertemente para llevarla mejor (se ríe). Y si no, pues a lo mejor es el momento de aprovechar y desarrollarme en otros aspectos. Yo qué sé.

Clara Lago HOLA 4113© Fernando Junco

‘Hollywood sigue siendo un sueño que está ahí’

—Porque, más allá de la interpretación, tú también tienes una fundación —Ochotumbao—, una empresa de catering vegano…

Eso, al final no. Ese proyecto no se dio más, terminó, pero ahora voy a abrir un restaurante con coctelería en Madrid junto a mi pareja y su socio, Víctor Pinacho, que es chef… Sale de un restaurante que ellos tienen, La Tuerta Funky Castizo. Vamos a abrir La Huerta Funky Castizo, la línea cien por cien vegetal.

—¿Es complicado compaginar tu faceta de empresaria con la de actriz?

—Yo no soy empresaria de nada. Pongo toda la ilusión, pero el empresario realmente es mi chico, que lleva la parte empresarial, y su socio, que se encarga de la parte creativa. Yo estoy ahí de animadora sociocultural (se ríe). De alguna manera, el germen fui yo, porque no era un restaurante que realmente tuviese oferta vegetal. Como Víctor es muy majo y muy bueno, cada vez que iba a comer allí me preparaba algo nuevo y aluciné, porque aparte, a él no le gusta nada usar ultraprocesados... Trabaja con materia prima, verdura y ya está.

—¿Ha resultado difícil trabajar juntos? 

—Bueno, fue difícil la decisión de ‘¿nos vamos a meter en este melón?’. Lo mítico que siempre se dice de ‘mezclar no es una buena idea’. Por otro lado, todo depende de cómo lo enfoques. Lo primero es tener claro cuál es el papel de cada uno. Por supuesto que hay un riesgo en hacer negocios con familia, con amigos, con la pareja…, pero también es una ilusión muy grande el crear algo desde ahí, ¿no?

Clara Lago HOLA 4113© Fernando Junco

—En los pasados Premios Platino nos contabas que estabas pendiente del estreno de la segunda temporada de Limbo y acabas de rodar en la República Dominicana, ¿le estás cogiendo gusto a esto de cruzar el océano?

—Sí. Estos últimos años la verdad es que Latinoamérica ha sido un destino fuerte y Limbo es un proyecto superespecial, un personaje de estos que, cuando llegan, dices: ‘Qué regalo de la vida». Y a la República Dominicana le tengo mucho cariño porque, aparte de que me lo pasé muy bien, allí he grabado una feel good movie muy bonica. A nivel personal me he llevado mucho. La película se llama Books & drinks, que no sé cuándo se estrenará, en algún momento de este año...

—¿Y sigues soñando con Holly­wood? Nos decías hace no mucho que tu referente es Penélope Cruz…

—Sí, es un sueño que está ahí, pero también he hecho el trabajo de desapegarme —que es lo que dicen todos los gurús—, porque, al final, si no lo consigues, es frustrante. Mejor seguir teniendo esa ilusión. Simplemente, hay algo casi como de fe —pero no de que vaya a pasar—, sino de fe en la vida. Es como: genial si se da, porque es un sueño en mi vida, pero si no se da, pues es que esto no estaba para mí en esta vida.

—Tú llevas muchísimos años de carrera, porque empezaste solo con diez añitos. Antes nos has dicho que parabas, pero ¿no has necesitado nunca un parón de verdad?

—No, la verdad es que no. Pero porque nunca he sido una actriz que haya ido empalmando un proyecto tras otro. Además, es fácil que, si enganchas tanto, esa ilusión, esa fuerza, se pierdan… y el trabajo probablemente ya no sea tan brillante. Yo no he tenido ese nivel de estrés, aunque sí es cierto que empecé a sufrir un poco el trabajo en sí, por mi alto nivel de exigencia. Ahí sí que dije: ‘A ver si esto no va a ser lo mío’. No puedes interpretar si no hay libertad y hubo un momento en el que yo no me sentía libre. Pero lo que necesitaba era hacer terapia y ya está.

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