La icónica voz Tina Turner se ha apagado este miércoles 24 de mayo, una noticia que ha estremecido al mundo de la música. La 'reina del rock & roll' ha fallecido a los 83 años a causa de una larga enfermedad, una pérdida que supone el adiós a una leyenda de la música y a un modelo a seguir para quienes admiraban su inimitable estilo, coraje y talento sobre las tablas. Pero, más allá de los escenarios, cuando los focos se apagaban y colgaba el micrófono, la artista natural de Brownsville y nacionalidad suiza tuvo una vida personal marcada por las tragedias, la maternidad y sus dos grandes historias de amor. Repasamos la faceta más íntima de la melena rubia puntiaguda más popular del planeta.
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Si bien el fenómeno Tina Turner es de sobra conocido, de igual modo que su galardonada trayectoria de seis décadas, sus míticas melodías, las letras cargadas de personalidad y su singular forma de vestir que marcó a toda una generación, la intimidad de la estrella mundial vivió trascendentales momentos. La artista, que se crió en el seno de una familia desestructurada marcada por la ausencia de la figura de sus padres a partir de su adolescencia y fue educada por su abuela, tuvo diferentes empleos antes de dedicarse a la música. Siendo solo una niña, fue trabajadora doméstica y después ejerció de animadora, jugadora de baloncesto o auxiliar de enfermería. En la década de los 50, cuando su abuela ya había fallecido, comenzó a actuar en locales nocturnos junto a su hermana, Aillene, y tras conocer a Ike Turner y su banda, Kings of the Rhythm, se animó a unirse a ellos. Así se inició en la industria, y el resto es historia.
Con Ike tenía en común la misma vocación y el talento, pero el papel del músico estadounidense en la vida de Turner no se quedó ahí, de hecho, fue esencial, aunque tuvo un desdichado final a causa de los malos tratos que Tina contó haber recibido por su parte. El intérprete, considerado uno de los pioneros del rock & roll y el R&B, fue el primer marido de la cantante y con ella tuvo a su hijo Ronnie Renelle. Pero, antes de comenzar su historia de amor con Ike, salió con otro miembro de su misma banda: el saxofonista Raymond Hill. Fruto de su relación nació su primogénito, Craig Raymond, cuando ella solo tenía 18 años.
Tras pasar por el altar para sellar su amor con Ike en Tijuana, Tina adoptó a los dos hijos que el artista había tenido con anterioridad, Ike Turner Jr. y Michael Turner, que nacieron con dos años de diferencia. Ocho años después de la llegada de Ronnie, la intérprete volvió a quedarse encinta, un estado que detuvo abortando en secreto tras descubrir que su gran amiga, Ann Thomas, había mantenido un idilio con Ike, del que también se había quedado embarazada. Fue después de aquello cuando comenzó el enfrentamiento público entre la pareja, que, tras los abusos del músico hacia la artista, los problemas que tenía con las drogas y el trastorno bipolar que padecía, culminó con su separación y la mudanza de Tina, que residía en Los Ángeles, a Inglaterra.
Aquella controvertida ruptura dejó a Tina marcada de por vida, que había vivido un auténtico infierno. Tanto, que quiso relegar el amor a un segundo plano para brindar absoluto protagonismo a su carrera como solista. Una firme apuesta con la que cosechó éxitos mundiales y que la consagró como una de las figuras más admiradas de su generación. Siete años más tarde llegó a su vida el productor alemán Erwin Bach. Sus caminos se unieron en el aeropuerto de Düsseldorf y su inquebrantable amor, que les llevó a contraer matrimonio en julio de 2013, nunca se apagó. La mayor parte de su historia se desarrolló en el hogar que juntos construyeron en Zúrich, Suiza, ciudad a la que se trasladaron en 1994.
"Aquí me siento como en casa. Si estoy en el lago de Zúrich, en la casa que tengo, me siento serena. Realmente tengo todo aquí", confesó la artista, que contaba con una fortuna de 227 millones de dólares, en una entrevista que concedió hace varios años.
Por desgracia, la tragedia azotó duramente a Tina en dos ocasiones en menos de cuatro años, dos momentos que dejaron una dolorosa huella en su corazón. La primera ocurrió en 2018, cuando, durante su estancia en París con motivo de la Semana de la Moda, recibió la desgarradora noticia de que habían encontrado el cuerpo sin vida de su primogénito, Craig Raymond, a los 59 años a causa de un suicidio. A finales del pasado año su segundo hijo fallecía por complicaciones del cáncer de colon metastásico que padecía y por aterosclerosis, un problema cardíaco que consiste en acumulación de grasas, colesterol y otras sustancias dentro de las arterias. "Ronnie, dejaste el mundo demasiado pronto. Con dolor cierro los ojos y pienso en ti, mi amado hijo", escribió Tina en sus perfiles sociales para nunciar la triste noticia de Ronnie.
Tina Turner habla por primera vez sobre la muerte de su hijo