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El nuevo velero de Jeff Bezos, valorado en algo más de 500 millones de euros, parece ocultar muchos secretos. Bautizado con el nombre de Koru, que es una palabra de origen maorí que hace alusión a los ‘nuevos comienzos’, esta mansión flotante ha sido construida cumpliendo todos los deseos y exigencias del fundador y exdirector ejecutivo de Amazon, que ha querido hacer de esta embarcación su proyecto más personal.
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Con 127 metros de eslora, este "gigante" de los mares cuenta con todo tipo de lujos y detalles llamando especialmente la atención el mascarón de proa elegido por el que es, hoy en día, es el tercer hombre más rico del mundo, que es una escultura de madera que se asemeja mucho a la imagen de su pareja, la empresaria y periodista, Lauren Sánchez, a quien esta misma semana pedía matrimonio navegando el alta mar.
El yate, que se encuentra actualmente haciendo sus primeras millas náuticas entre Cannes y Baleares, cuenta con tres imponentes mástiles, tres inmensas cubiertas, una de las cuales cuenta con una impresionante piscina y con la imagen de Lauren velando siempre por la seguridad del navío, que ha sido considerado el velero más grande del mundo.
El llamativo mascarón, que aparentemente parece tallado en madera, no solo muestra un rostro muy similar al de Lauren, sino que el cuerpo de la figura cuenta con brazos de los que salen alas emplumadas y unos cuádriceps que se transforman extrañamente en aletas de pez, todo eso sin perder la sensualidad de la anatomía femenina vistiéndola con un ajustado vestido en cuyo escote destaca el símbolo de la palabra Koru, que es representado por un bucle o espiral.
- La increíble historia de Jeff Bezos, el multimillonario hecho a sí mismo
El barco, que tiene capacidad para acomodar a 18 pasajeros y 40 personas de tripulación, causó un gran revuelo cuando su fabricante el constructor de barcos holandés Oceanco, solicitó que se desmantelara un puente histórico en Rotterdam en los Países Bajos para que pasara el yate ya que sus mástiles eran demasiado altos que no podían pasar por debajo, sin embargo, la negativa popular impidió que se modificara el puente, por lo que sus estandartes tuvieron que ir desmontados. De hecho, son estos mismos mástiles los que impiden que el barco disponga de un helipuerto, por lo que el velero cuenta con una embarcación de apoyo que cuenta con uno.