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Un mes después de la pérdida de su madre, la gran Laura Valenzuela, Lara Dibildos reapareció en sociedad. Lo hizo en la fiesta de la primavera que ¡HOLA! organizó en Madrid con la firma de moda Twinset. Allí, hablamos con la actriz de cómo afronta esta nueva etapa vital. Lara no sólo nos confesó que ha bajado un poco de peso, sino también que tiene ganas de enamorarse. Por otro lado, nos contó cómo ve a sus hijos ahora que ambos se encuentran en Estados Unidos... Nos referimos tanto a Francisco, de 24 años –fruto de su matrimonio con el exjugador de Baloncesto Fran Murcia–, como al pequeño, Álvaro, de 16 años –nacido de su relación con el exjinete Álvaro Muñoz Escassi–.
© GTres—¿Qué es la primavera para ti?
—Me encanta porque es la época del año donde no hace ni mucho calor ni mucho frío. Se abren las terrazas, hay alegría y todavía hay teatro.
—Esta fiesta supone tu primera aparición pública desde la pérdida de tu madre, así que es un momento importante para ti
—Qué mejor que con la revista ¡HOLA!, que os tengo mucho cariño y es una revista de toda la vida. Y, bueno, pues me parecía que era un buen día… La primavera es un poco como la nueva etapa. Era el mejor sitio para salir y veros.
—Estás más delgada. ¿Cuánto peso has perdido?
—Ya estaba delgada, pero habré perdido como cuatro kilos.
—¿Ha sido por…?
—Sí, dilo, por el sufrimiento.
—¿A raíz de la pérdida de tu madre?
—Creo que antes ya había perdido uno o dos kilillos, pero después… Pero yo como bien y estupendamente. Además, cinco veces al día. Pero es el nudo en el estómago… También es cierto que no tengo tanto hambre.
—Como la primavera, éste es un momento para que vuelvas a florecer e iniciar una nueva etapa. ¿Cómo te encuentras?
— Te crees que estás preparada cuando sabes que va a llegar ese momento, pero, de repente, llega y te das cuenta de que no… No te preparas nunca. Me ha costado, como le sucede a todo el mundo. Es lo lógico, estábamos muy unidas. Hemos estado viviendo juntas mucho tiempo. Al final, lo dejé todo para estar 24 horas con ella, noche y día. Y es lo que más me alegro porque la he disfrutado hasta el último momento. Ahora toca volver. Tengo dos hijos y tengo una vida todavía por delante.
© VALERO RIOJA—En el día a día, ¿cuáles son esos momentos en los que más te acuerdas de tu madre?
—Como vivíamos en la misma casa… Todos, porque es inevitable
—¿Todavía tienes su habitación entera, sin tocar?
—No, no. Como la casa tiene dos plantas y como le costaba mucho subir las escaleras, le hice una habitación en el cuarto de estar. He quitado esa habitación y he vuelto a poner el cuarto de estar. Es que era muy complicado entrar en casa y mirar la cama… Creo que es lo mejor. Al menos, para mí. Yo respeto que cada uno lo lleve como mejor pueda.
—¿Cuáles son esos recuerdos que te hacen tenerla presente?
—La noto mucho. Soy un poco pesada y debe de estar harta de mí –ríe–, porque le cuento todo, le pido ayuda…
—¿Hablas con ella?
—Sí, sí, muchísimo. Sobre todo, en el coche. Como voy sola… Así nadie piensa que estoy loca.
—¿Cuál es el mejor legado que te ha dejado?
—Buff, qué difícil… Muchas cosas: el ser muy trabajadora, como fue siempre ella. También el tener la pasión por mi trabajo, haber elegido lo que me gustaba e ir a por ello.
“Mis hijos se fueron a Estados Unidos dos meses antes y ya les dije que se despidieran de ella. Sabíamos lo que podía pasar”
—Tras su pérdida, te habrás dado cuenta, una vez más, de lo querida que era tu madre
—Hombre, ya lo sabía, pero la verdad es que te sigue impresionando. Te sorprende.
—Y el respeto que se le ha tenido
—Sobre todo, eso. Pero no solamente el final. Han sido muchos meses, incluso años de respeto por parte de la prensa, que lo agradezco muchísimo.
—En el funeral de tu madre, una de las cosas que más sorprendió fue que todas tus exparejas se acercaran a darle el último adiós
—Eso también es mérito de mi madre porque se los ganó a todos.
—Y también tuyo
—Sí, no me puedo quejar porque estuvieron… Y algunos que no sabéis quiénes eran (ríe).
—¿Hubo más ex de lo que pensamos?
—Sí. Alguno más, sí. Y para mí es una satisfacción porque, aparte de ver que querían a mi madre, también me tienen cariño a mí. Y ya que compartes unos meses, un año o un tiempo con alguien, por lo menos que quede el cariño.
—Quien no se pudo despedir de tu madre fue tu hijo mayor porque estaba fuera de España…
—Mis hijos se fueron a Estados Unidos dos meses antes y ya les dije que se despidieran de ella. Sabíamos lo que podía pasar y, estando en Estados Unidos, no iban a poder venir. Mi hijo mayor se está ganando la vida allí, luchando.
—Y lo bien que le va
—Sí, muy bien. Es un luchador. Estoy muy orgullosa de él. Es valiente, además.
—El pequeño también está en Estados Unidos
—Sí, pero está estudiando en un colegio interno. Es otra historia porque el mayor se está ganando la vida. Aunque es verdad que el pequeño está pasando un año allí solo.
—Y se estará espabilando
—Sí, sí. Estoy intentando darle la misma educación que me dieron a mí. Hay que afrontar la vida, hay que ser valientes y hay que luchar mucho por lo que uno quiere. Y trabajar mucho, mucho.
© GTres—Terelu está pasando por un momento parecido al que has pasado tú con tu madre.¿Cómo la estás apoyando?
—Ella sabe que todo lo que yo le puedo ayudar es poco. Pero también te digo que Teresa [Campos] es más joven y tiene muchísimos años por delante. No es lo mismo. Yo no sabía cuánto tiempo me quedaba con mi madre, pero sí veía que el final estaba más cerca. Pero a Terelu le queda madre para rato. Y me alegro muchísimo.
—En tu caso, te queda la satisfacción de haberlo hecho todo con tu madre
—Te puedo asegurar que a Terelu no le va a quedar nada por hacer porque ella se desvive por su gente. A su madre no le va a faltar de nada nunca.
—Ahora que vuelves a la vida, ¿qué proyectos tienes?
—Como te decía antes, lo dejé todo. Estaba con dos obras y las dejé absolutamente. Ahora vuelvo a la vida con proyectos con los que estoy muy ilusionada: una peli que ruedo en junio y uno de teatro, que será para el nuevo año. Luego tengo algún bolo de Hongos, que la gente quiere comedia y reírse con la primavera y el verano.
—Vemos que trabajo no te falta. No sé si es una indiscreción preguntarte por amor.
—No, a mi edad no es ninguna indiscreción (ríe). ¡Sería una alegría! (ríe).
—Entonces, te apetece tener pareja.
—Mira, creo que es el momento. Durante mucho tiempo no tenía la cabeza para eso porque era imposible. Pero ahora… Si no es ahora, ya no va a ser nunca, porque es un momento en el que tengo libertad, tiempo y una nueva ilusión de vivir.
