En 2018 Elton John dijo que había llegado el momento de atender a su familia. Bajar del escenario y volcarse en el cuidado de los suyos tras una carrera que acumula cincuenta años de éxito era el objetivo del intérprete entonces, pero está tardando en cumplir su deseo. Cinco años lleva diciendo adiós a sus fans (la pandemia ha provocado un retraso en sus planes) y, a sus 76 años, esta vez parece que ha cogido ritmo. La gira en la que está inmerso, bautizada como Farewell Yellow Brick Road Tour, ha recalado en Barcelona donde dieciocho mil incondicionales ya corearon sus temas el pasado lunes 22 de mayo.
Quienes hayan tenido la suerte de conseguir otra entrada podrán repetir este martes 23, ocasión que sin duda es muy golosa pues será la última oportunidad para bailar sus melodías. No ha escatimado Elton en detalles para este tour: vestuario de Gucci, su inseparable piano en escena y temas tan icónicos, como Bennie and the Jets y Philadelphia Freedom. "He estado 10 veces actuando en Barcelona y 44 en España. Nunca os olvidaré, estáis en mi cabeza y en mi corazón" gritó. El público en pie rugía el nombre de Elton que, aunque quiere colgar el micrófono, asegura que no dejará de actuar de manera puntual. Y para sus seguidores es un alivio pues, aunque se mueve con dificultad debido a una lesión de cadera, sigue emocionando del mismo modo. En esta situación es su familia quien ganará más tiempo junto al intérprete que podrá así disfrutar al máximo de sus hijos.
Elton John mantiene una estable relación con su marido David Furnish desde 1993. Se conocieron por casualidad: un amigo del artista llegó a su casa con otros amigos que Elton, que ya había roto su relación con John Scott, no conocía y, aunque al principio no conectaron, surgió la chispa. Elton se había fijado en David pero este parecía serio y callado hasta que se pusieron a hablar de fotografía. “Cuanto más hablaba con él, más me gustaba. Era silencioso, pero seguro de sí mismo. Sin duda, era muy inteligente. Me daba la impresión de que algo se había activado entre los dos, una chispa de química. Pero intenté no pensar en eso” escribió en su biografía, Yo, Elton.
Días después volvieron a quedar, su primera cita oficial. El intérprete de Cold Heart estaba tan nervioso que pidió la carta entera de un restaurante, Mr. Chow, para asegurarse de que a su invitado le gustaba algún plato. Desde entonces ya no se han separado. El cambio de vida para David fue radical pues su horario de oficina no era compatible con la ajetreada vida del intérprete, así que empezó a dedicarse a proyectos audiovisuales por ejemplo el documental Tantrums and Tiaras, que dirigió y en el que mostraba la cara más desconocida del cantante y su fuerte carácter. Con el tiempo Furnish se convirtió en ejecutivo de la productora Rocket, que está tras éxitos como la película de animación Gnomeo y Julieta y Billy Elliot.
Su unión, en diciembre de 2005, en el Guildhall de Windsor (justo cuando se habían aprobado las uniones de hecho de parejas del mismo sexo en el Reino Unido) fue un símbolo en aquellas circunstancias. Aunque la ceremonia había sido sobria, la fiesta posterior no escatimó en boato. Seiscientos invitados se reunieron en carpas al aire libre en el jardín de su mansión en Woodside, que contaron con la banda sonora de fans entusiasmados desde el exterior. “Lo viví con mucha intensidad: no solo a nivel personal, sino también como un momento histórico, como si fuéramos parte de un cambio del mundo a mejor” apunta en sus memorias.
Años más tarde, cuando fue posible, celebraron su unión civil. La fecha escogida fue la misma que la vez anterior, el 21 de diciembre de 2014. A esta fiesta asistieron los Beckham, Hugh Grant, Ed Sheeran, Gary Barlow, Ozzy y Sharon Osbourne y Christopher Bailey. La pareja se ha enfrentado a rumores de infidelidad, a la adicción de Furnish al alcohol y a algunos problemas legales con los miembros del equipo de Elton. Nada ha empañado su amor, que ha aumentado con la llegada de sus dos hijos, Zachary, de 11 años, y Elijah, de 9. Los niños llevan una vida bastante alejada del foco público aunque hace unos meses, con motivo de las festividades navideñas, aparecieron junto a su padre en el escenario.
Fue una auténtica sorpresa pues ver a los niños, sobre todo en un evento de estas características, es algo que ha ocurrido en pocas ocasiones a lo largo de los años. Lo cierto es que los dos demostraron bastante soltura ante las cámaras y la gente y es que, según parece, han heredado de su padre el gusto por el arte. “Los dos tocan el piano y Elijah ha empezado a tocar la trompeta. Él se orienta hacia un escenario; no sé lo que hará Zachary, pues su pasión es pescar. Lo más grande de mi vida es que cuando llegaron estos niños, todo cambió”. Sin duda ellos estarán encantados de poder pasar más tiempo junto a su padre, ahora que rebajará sus compromisos profesionales.
Las próximas citas del británico le llevarán a Merksem (Antwerpen), en Bélgica, los días 27 y 28 de mayo; a Zurich, Suiza, donde tocará el 1 y 2 de julio; a København S, en Dinamarca, el 5 de julio; y a Johanneshov, en Suecia, los días 7 y 8 de julio.