Su vida dio un giro radical el año pasado por su separación de Javier Ungría. No fue una decisión fácil y ha pasado y sigue pasando meses complicados, pero para Elena Tablaba lo más importante son sus dos hijas, Ella y Camila, y por ellas saca fuerzas de donde haga falta para seguir adelante con energía y optimismo.
Falta poco para que pase un año de su separación y su familia y amigos son su mejor medicina. Sobre todo le está ayudando aprender a quererse a sí misma y valorarse, aunque eso sea una teoría que a veces a todos se nos olvida. Pero confía en el destino y en Dios, y disfruta del presente con la confianza de que a ambos le depararán cosas buenas. Con ganas de cerrar el triste capítulo de su divorcio y de escribir nuevos y maravillosos recuerdos en el libro de su vida, Elena brilló en la fiesta de la primavera que ofreció ¡HOLA! de la mano de la firma Twinset, celebrada en el Giselle Dinner Club de Madrid. Allí hablamos con ella y nos contó cómo afronta esta nueva etapa.
-Elena, ¿cómo se presenta para ti esta primavera?
-La verdad es que todo lo que se me presenta ahora mismo lo cojo con tantas ganas…
-Es una primavera diferente a la otras.
-Dentro de poco ya terminarán las memorias del año -después de la separación- y entonces, ya pasado ese año, empezamos a vivir memorias nuevas. Ya queda muy poco y tengo ganas de eso. Al año empiezas a generar nuevos recuerdos y esos recuerdos de tristeza se borran.
-¿Cómo están tus niñas?
-Bien, súper bien. Muy grandes. Ella es una adolescente total y Camila una revolucionaria.
-De cara a verano, ¿qué planes tienes?
-Pues, ¿sabes qué? Ahora me permito el lujo de no hacer planes. Así que iré poco a poco, viendo sobre la marcha lo que hago. Cada vez que coincide que estoy sin mis dos hijas, intento irme de viaje y desconectar para reconectar conmigo, para coger fuerzas, porque viene un proceso ahora difícil, entonces necesito recopilar muchas fuerzas.
-¿La situación con Javier ahora es buena?
-No, porque hoy hay situaciones, así que no es ni buena ni mala. Me imagino que en un futuro habrá. Por mi parte, yo no soy rencorosa a pesar de todo lo que ha pasado y habrá buena relación, seguro.
-¿Él ha intentado un acercamiento?
-No, no, no, para nada.
-¿Os veréis las caras en los tribunales?
-Pinta que sí. Pero bueno, eso cuando llegue su tiempo. Yo centro mi energía en vivir el ahora, y en ver y afirmar que todo va a estar bien, en poner todo en manos de Dios y del universo. Yo sé que ellos trabajan a mi favor y el de mis niñas.
-El cómo has aceptado tu ruptura, cómo lo has vivido y cómo nos lo contabas, ha ayudado a mucha gente. ¿Te esperabas los mensajes de apoyo que recibiste?
-No, la verdad es que fue para mí una sorpresa súper gratificante. Nunca pensé que algo que a mí me había hecho tanto daño y que abriese mi corazón de la manera tan pura que lo hice ayudase a tantas personas y me di cuenta de que también me ayudó a mí. Todas esas personas que me escribían me ayudaron a darme cuenta que yo no era la única que estaba pasando por algo así. Para mí ha sido la mejor entrevista que he hecho en toda mi vida.
-Ha sido como una terapia.
-Fue una terapia, una liberación. Es más, a día de hoy, la vuelvo a leer muchas veces porque al final son épocas de tu vida que vas cambiando y va cambiando también tu punto de vista. Y según vayas viviendo cosas, pues a veces un día lo ves todo más oscuro. Son procesos que hay que pasar, pero está muy bien recordarlos.
¿Sigues estando fuerte o has tenido algún momento más bajo?
-Tengo mis días todavía, pero bueno, tengo que estar fuerte porque tengo dos niñas y ellas me necesitan, no me queda otra.