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Nos confesaba Kalina de Bulgaria en una reciente entrevista en ¡HOLA! que ha vivido “muchas aventuras”, pero ninguna como la de vivir en Bulgaria, donde encuentra sus raíces. La hija de los reyes Simeón y Margarita es una amazona de élite que, junto a su marido, Kitín Muñoz, ha formado una familia de Robinsones. Y, aunque se han instalado en su país de origen, siempre está dispuesta a explorar nuevos mundos.
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Porque si algo ha demostrado Kalina es que ella no es una princesa al uso. Lo suyo es conocer, de cerca, tribus nómadas y lugares recónditos. Ha sido, precisamente, ese espíritu indómito el que la ha llevado a hacer historia, convirtiéndose en la primera princesa que ingresa en el prestigioso Explorers Club -al que ya pertenece Kitín desde hace casi treinta años-, contando, además, en su ingreso con dos padrinos de excepción. El presidente del club, el astronauta Richard Garriott; y su esposa, Laetitia, una pionera -fue una de las primeras en invertir en la carrera especial- que trabaja como asesora en defensa del presidente estadounidense Joe Biden -antes lo hizo junto a Hillary Clinton-, y es socia del empresario Elon Musk.
El hecho de ser esposa del explorador no es lo que ha llamado la atención de la institución, dado que Kalina ha conseguido entrar por méritos propios: gracias a todos los proyectos que ha puesto en marcha y su impresionante currículum. Kalina ha recorrido montañas, mochila al hombro, con su padre; ha estado en la mayoría de las expediciones que ha emprendido su marido -la última en una balsa-, y ha pasado quince años con las tribus nómadas del Sáhara.
Entre sus recientes hitos está el haber logrado que la ‘Tbourida’ o ‘Fantasía’ -una tradición ecuestre que se practica en el Magreb- sea declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Algo de lo que se siente particularmente orgullosa, como ella misma explicaba a nuestra revista, puesto que lleva toda su vida enamorada de esta tradición que data del siglo XVI y escenifica cabalgatas militares y rituales ancestrales arábigo-amazighs.
“La primera vez que vi la Tbourida yo era una niña, cuando iba a Marruecos con mi padre el rey, a ver al rey Hassan II. Me impactó mucho”, nos explicaba, hace un par de años, rememorando a los jinetes con sus turbantes, sus ropas drapeadas y sus botas de vivos colores haciendo un manejo acrobático de espadas y armas. “Aquello se quedó grabado en mi corazón de niña”.
Aquella niña también sentía un profundo amor que siente hacia el país del que su padre fue el último Rey. De hecho, esa pasión por Bulgaria la está plasmando en un libro: “Lo tengo escrito en el corazón desde hace muchos años. Ahora lo paso a papel”, nos contaba con gran emoción la princesa, que también está realizando un estudio de su antepasado el Rey Ferdinand, quien fue un ornitólogo y botánico que creó los jardines privados más importantes de su época.
Por si todo esto fuera poco, está preparando con Kitín -con quien recientemente celebró dos décadas de matrimonio- un viaje a la Antártida . Porque si algo está claro es que Kalina es una mujer que no teme al riesgo y siempre está preparada para emprender una nueva aventura.
