La vida le ha llevado a ser fuerte, a aprender a base de caídas y a levantarse con más fuerza si cabe. Resiliente donde los haya, el tenista paralímpico, Cisco García ha vuelto de dar una lección de fortaleza después de que una extraña infección le llevara a pasar unos días ingresado ingresado en el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba. "El sábado pasado me desperté muy mal y el lunes fui al hospital. Me hicieron pruebas y los resultados salieron desastrosos", ha relatado Cisco a sus seguidores.
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Y es que lo que comenzó siendo una "simple" infección de orina terminó extendiéndose por todo su cuerpo por lo que además de necesitar antibiótico intravenoso, los médicos tuvieron que colocar al tenista un PICC o lo que es lo mismo un catéter central colocado por vía periférica que se coloca en una vena de la parte superior del brazo y cuyo final termina en una vena grande cerca del corazón. "Me asuste un montón porque a mí todo lo que me decían me sonaba a ciencia ficción" ha señalado Cisco.
Ahora, y tras recibir el alta hospitalaria, el deportista se encuentra en casa bajo supervisión médica pues aún continúa recibiendo medicación mediante un infusor día y noche y el conocido como PICC aún no le ha sido retirado. "Cada vez me encuentro mejor" confesaba el cordobés a sus seguidores tras haber salido a la calle a cortarse el pelo y comprar unas flores.
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A su lado, y sin soltar su mano ni un solo momento ha estado su mujer, Raquel Rostro, madre de sus dos hijos, Gonzalo, de 4 años, y Álvaro, de casi uno, la misma que estuvo a su lado aquellas fatídicas navidades de 2015 cuando un accidente practicando snow en las montañas de Austria le llevó a una silla de ruedas. Pero su fortaleza y sus ganas le hicieron seguir adelante, recuperar su vida y sobre todo no perder sus ganas de seguir soñando y luchando cada día, algo que el tenista ha vuelto a demostrar ahora con este nuevo revés en su salud, despertando así, una vez más, la admiración de todo el mundo.