Después de darse el ‘sí, quiero’ en un juzgado de Texas el pasado mes de abril, la gimnasta estadounidense Simone Biles y el jugador de fútbol americano, Jonathan Owens, han celebrado a lo grande una segunda boda en una de las paradisíacas playas de Cabo San Lucas, México.
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A diferencia de su boda civil en la que tan solo estuvieron presentes los novios y los testigos, en esta ceremonia la pareja se juró amor eterno ante la atenta mirada de 144 invitados, entre los que se encontraban, familiares, amigos, deportistas, así como las divertidas damas de honor de la novia.
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Adoptada por su abuelo materno, Ronald Biles y su mujer Nellie, ya que sus padres tenían problemas con las drogas y el alcohol y perdieron su custodia y la de sus cuatro hermanos, Simone no dudo en dar el hueco que se merecía a la mujer que le ha criado y quien siempre ha estado animándola en las gradas durante sus competiciones deportivas.
Su abuelo y su mujer no sólo adoptaron a Simone sino también a su hermana Adria, a quien vemos en la imagen. En cambio, sus hermanos Tevin, quien estuvo implicado en un triple asesinato, y Ashley quedaron en manos de otra parte de la familia.
Si hay un hombre que quedó impresionado al ver a la gimnasta vestida de novia, además del novio, obviamente, fue su abuelo, quien ejerció de padrino y llevó a Biles hasta el altar.
Para el look nupcial, la atleta, que lució hasta cuatro vestidos, optó por un vestido de Galia Lahav, concretamente el modelo Gimaya, una prenda sobre la que hicieron modificaciones para adaptarla a los gustos y necesidades de Simone. Se trata de un vestido confeccionado en varias capas de seda y tul brillante, adornado con encaje floral bordado en 3D que, además de adornar el cuerpo tipo bustier, está colocado en la falda de forma estratégica.
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Simone y su ya marido, quien es toda una estrella en Estados Unidos, se conocieron en la aplicación de citas Raya en 2020 cuando la medallista olímpica decidió mandarle un mensaje privado que Jonathan acabó contestando. Dos años después el jugador hincaría la rodilla para proponer matrimonio a su chica.
La deportista, que ese día se sintió como si estuviera "en la cima del mundo", tal y como ella misma ha confesado eligió unas joyas muy clásicas y sencillas para completar su look, pues si algo tenía claro es que lo más importante era sentirse cómoda.
De camino al altar situado estratégicamente con vistas al mar en la Terraza Umi del Nobu Los Cabos mientras sonaba de fondo del violonchelista Andrew Savoia, tal y como ha informado Vogue, su abuelo no pudo evitar emocionarse.
Jonathan Owens, quien aparentemente se mostró tranquilo antes del enlace, no pudo contener las lágrimas al ver aparecer a Simone vestida de novia frente a él y aunque intentó disimular su emoción, el futbolista acabó entregándose a la emoción del momento.
El altar estaba decorado con abundante vegetación y flores blancas y tal y como confesaba la propia Billes fue una de las partes más caras de la celebración. "Excedimos tanto el presupuesto que decidimos que ya no había presupuesto", bromeó la novia en Instagram.
La ceremonia, que la propia Simone ha catalogado de "ensueño" fue oficiada por un familiar de la atleta y aunque intentaron hacer a todos los asistentes cómplices de su amor, hubo algunos momentos en los que los novios se centraron tanto en ellos mimos que acabaron olvidándose del resto de la gente.
Las damas de honor, que estuvieron pendientes de la novia en todo momento y de que luciera espectacular no solo durante la ceremonia, sino también durante la celebración, lucieron vestidos color champán de Revelry, mientras que los conocidos como ‘best-men’, o lo que es lo mismo los “chicos del novio” trajes a medida de Adam Ross The Suit Boss en verde azulado.
Tras abandonar el altar al ritmo de tambores de agua y hacerse las tradicionales fotos de recién casados, los novios entraron al salón de ceremonias cogido de la mano, bailando y muy sonriente.
Simone supervisó personalmente todos los detalles de la decoración y decidió que el blanco, el champagne y el dorado fueran los colores predominantes. La atleta contó en todo momento con la ayuda de una 'wedding planner', que hizo realidad todos sus deseos
Uno de los momentos más románticos de la celebración fue el momento del baile, cuando Simone y Jonathan saltaron a la pista de baile y rodeados de fuegos artificiales bailaron al ritmo del tema I do de Rotimi.
Jonathan y Simone, quien ha confesado que no quería que esa noche se terminara nunca, eligieron como tarta nupcial, una red velvet de siete pisos, que ambos cortaron al unísono mientras los invitados agitaban unas bengalas.
Una vez terminada la cena, la atleta se despojó de su vestido de novia y sorprendió con un vestido de la misma firma, esta vez de silueta sirena decorado con flores de encaje en 3D con una cola de tamaño medio que daba movimiento a la pieza.
Para el fin de fiesta la pareja contó con un espectáculo de pirotecnia, aunque tal y como ha admitido Simone, el momento más impactante del enlace fue cuando las ballenas comenzaron a saltar frente a ellos en el momento del ‘sí, quiero’.
Simone Biles, que cuenta en su palmarés con siete medallas olímpicas y fue una de las primeras deportistas en o a visibilizar el problema de la salud mental, sobre todo en la alta competición, ha encontrado en Jonathan a su mejor compañero de vida, pero también a su mejor coach.
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Ahora la pareja se encuentra de luna de miel en algún lugar misterioso, aunque sabemos por sus redes sociales que están disfrutando de relajadas jornadas en alta mar, ya que la atleta ha colgado un stories navegando.