Fernando Tejero ha recordado lo dura que fue su infancia y adolescencia en Córdoba. "Yo no me crie con mis hermanos ni con mis padres", ha contado el actor en en La Ventana de la Tele, de la Cadena Ser. El inolvidable Emilio Delgado de Aquí no hay quien viva fue "un niño prestado", ya que se crio con una tía. "De esas cosas absurdas que se hacían en el sur", ha lamentado. "Ahí sufro un abandono. No culpo a mis padre porque mis padres no eran conscientes de lo que aquello iba a suponer para mí a la larga. Luego, cuando tengo 14 años, mi tía enferma de cáncer y tengo que volver a casa de mis padres. Para mí es otro abandono que me ha pasado mucha factura a lo largo de los años y que me sigue pasando", ha reconocido, pues acude a terapia y hace "lo imposible por llevar esta vida lo mejor posible".
Además de enfrentarse a esta complicada situación, Tejero fue víctima de acoso por su orientación sexual. "Viví una época jodida, muy jodida. Yo viví diez años de Franco, la Transición y no fui yo hasta que llegué a Madrid, porque era homosexual. De pequeño tenía mucha pluma y ya me insultaban, me llamaban de todo...", ha señalado antes de hacer una importante confesión. "Abusaron de mí, esto es la primera vez que lo cuento en mi vida, abusaron de mí sexualmente un chico mayor que yo".
La única salida que encontró el actor en aquel momento para poder sobrevivir fue esconder lo que realmente era. "Yo no quería aceptarme por la sociedad, por la familia... entonces me quité la pluma a base de corregirme yo mismo y yo tengo la voz ronca y tartamudeo por no poder expresarme tal cual era", ha declarado.
Tejero tenía claro desde los 14 años que quería ser actor, sin embargo, antes de lograr su sueño tuvo que trabajar en la pescadería familiar con su padre, con quien mantenía una tensa relación. "Me llevaba muy mal con él, muy mal. Yo era muy querido por las clientas porque a mí me encantaba darles charla, cosa que mi padre detestaba porque lo que quería era que se vendiese muy rápido. Mi padre es el responsable de que yo esté medio tarado hoy", ha contado.
Afortunadamente, en la década de los 90 se instaló en Madrid y ahora es uno de los actores de mayor trayectoria de nuestro país. Además, nada más llegar conoció a Dani Martín en la escuela de arte dramático y se hicieron tan amigos que la familia del cantante le rescató del pésimo hostal en el que se alojaba. "Me hice muy amigo de él y un día vino con 10.000 pesetas que le había dado su madre y me dijo: 'Vente a casa, que mi madre no quiere que sigas viviendo aquí'. Y me llevó a su casa", ha contado entre lágrimas. A día de hoy siguen siendo inseparables y el intérprete se siente muy identificado con él porque "es un tío superviviente, un sufridor, un tío que también lo ha pasado mal". "Lo quiero muchísimo, es como mi hermano pequeño aquí en Madrid", ha añadido.