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Aunque el arte corre por sus venas, Clara Darín, la menor de los dos hijos del actor Ricardo Darín y la alfarera Florencia Bas, es una mujer que se ha mantenido apartada de los focos para labrarse un camino al margen de las estrellas que forman parte de su familia, ya que es hermana de Chino Darín, uno de los actores del momento y novio de la actriz española Úrsula Corberó. Nacida el 24 de mayo de 1993, Clara ha trabajado incansablemente hasta encontrar su lugar. Una búsqueda que no le ha resultado fácil y que le ha llevado a probar suerte en varias profesiones, la mayoría de ellas artísticas. Con sus antecedentes familiares, cualquiera habría pensado que la joven terminaría encaminando sus pasos hacia la interpretación. Sin embargo, parece que para ella siempre ha sido importante encontrar su propio camino y, finalmente, se ha labrado un hueco como diseñadora.
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La moda siempre ha estado presente en su vida. Desde muy joven, se dedicó a modificar y customizar ropa con una de sus mejores amigas, Sofía Koeming, y, una vez terminada su Educación Secundaria, se tomó un año sabático para estudiar maquillaje de manera profesional con Mabby Autino, una conocida maquilladora argentina.
A pesar de su miedo escénico, que ella misma ha confesado, también tomó clases de canto con Susana Rossi y llegó a debutar como cantante en 2018, en un evento en Buenos Aires (Argentina), con una pequeña banda, cosechando buenas críticas, entre ellas la de su padre, quien, orgulloso, escribió: “Si estás superando miedos es que estás en el camino. De eso se trata. Sos tan valiente y auténtica que aprendemos de vos todos los días”.
Este, sin embargo, no era su destino. Clara se planteó estudiar Diseño de Indumentaria, pero, tras meditarlo, eligió la carrera de Bellas Artes, donde descubrió lo bien que se le da pintar cuadros y sobre todo la fotografía, aunque terminó encaminando sus pasos hacia el mundo del diseño. En 2015 creó la firma de ropa Sarasa e inauguró una tienda con prendas de su línea CxClara en Palermo Soho, una de las zonas más comerciales, jóvenes y artísticas de la capital argentina. “Voy probando lo que me divierte. No digo que por tener un título soy artista. No me gusta rotularme ni encasillarme en un lugar. Me divierte que si alguien cree que soy una cosa u otra me lo diga, pero yo no me lo creo”, dijo en la presentación de la colección.
Desde entonces, ha fundado junto a otras dos amigas Yey House, una compañía que engloba a alrededor de una treintena de marcas creada por jóvenes diseñadores argentinos, y, en el 2020, Teta, una empresa de creación y venta de cerámicas, joyas y velas que comparte con su madre. “Tuve la idea en mayo del año pasado y le propuse a mi madre que sea ella quien produzca las piezas”, confesaba, hace dos años, la hija del protagonista de Argentina, 1985.
Clara tiene una relación muy cercana con sus padres, que siempre se muestran orgullosos de los logros de sus hijos y les apoyan incondicionalmente, pero su relación con su hermano es todavía más fuerte. Se llevan cinco años, pero no es raro que se sume a las vacaciones que Chino comparte con Úrsula, con quien ella ha forjado una estupenda relación y se lleva a las mil maravillas. De su vida sentimental, en cambio, poco se sabe. Lo último que confirmó es que comenzó una relación hace casi una década con su actual pareja, Rodrigo, un joven abogado al que conoce de toda la vida porque era amigo de su hermano y de quien, por su carácter reservado y hermético, prefiere no hablar para mantenerlo al margen de la fama de los Darín.
Además de la moda y la música, a Clara le encanta practicar el deporte del esquí, actividad que comparte con el resto de su familia, con la que cada año se la puede ver pasando unos días en Bariloche, localidad del sur de Argentina. En verano, en cambio, es habitual verlos compartiendo unos días de relax en las playas de Punta del Este (Uruguay). También le gusta montar a caballo, pasión que comparte con su madre.