En las horas previas al “alumbrao’”, con las jacarandas a reventar de flores, el sol brillando sobre los naranjos y el agua de la fuente perdiéndose entre las calas y las rosas, Inés Domecq mostraba su reinterpretación de la quintaesencia andaluza: Machado, su última colección con Virginia Pozo, al frente de IQ Collection. “ Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla , y un huerto claro donde madura el limonero”. De él son estos versos. Y la luz, el color, su arte y el movimiento. También el marco, el Palacio de las Dueñas, casa natal del poeta y, desde su matrimonio con Javier Martínez de Irujo, parte de la vida de esta elegantísima jerezana y de su historial familiar.
Flamenco, un patio andaluz, rosas y claveles… Y también sedas y rafia y lino, saetas y monteras taurinas. El desfile de IQ Collection fue un deleite para los sentidos. Y las emociones
¿Cómo no iba a emocionarse Eugenia Martínez de Irujo cuando arrancó el desfile al son de la saeta del Cristo de los Gitanos ? “Y he llorado. Cuánta belleza, no te parece?”, nos preguntaba a su vez la aristócrata siempre acompañada de su marido Narcís Rebollo. Después, ya le saldría el genio, cuando, a la tarde, tras el cocktail-almuerzo, comenzó el flamenco y el rumor creciente del gentío -entre rebujitos y tartas de limón- no dejaba oír a la cantaora. “Queréis callaros un momento. Hombreee, que hay una artista actuando…”, soltaba micrófono en mano mientras Pilar, la esposa de Roberto Coin, dueño del imperio de la joyería italiana cuyas piezas lucían las modelos, mantenía los ojos super abiertos, como si tomara apuntes en una clase magistral.
Pero no adelantemos acontecimientos. Demos al rewind y volvamos al comienzo, al momento en el que se abrían las puertas de Dueñas y los claveles en el suelo marcaban el camino de los invitados que entraban al patio florido ávido “de fiesta y cosas bonitas”. Palabras de Begoña Trapote que subida a un tacón alto y vestida en verde lima, nada hacía recordar el “susto” que meses atrás tomaba forma de ictus, un trance del que dice, ya se encuentra totalmente repuesta. “Me queda el recuerdo… Y no es bueno. Mejor olvidarlo. ¿Te quedas al pescaíto? Yo, no me lo pierdo. Ya no me quiero perder nada”.
Entre las numerosas personalidades del mundo de la moda, el espectáculo y la alta sociedad, coincidieron Bertín Osborne y Fabiola Martínez, tras conocerse la amistad de este con Gabriela Guillén
Fabiola Martínez, despampanante mujer de rojo, coincidió con Bertín Osborne sin habérselo propuesto. “¿Que qué he “liao”? ¿Yo? ¿De qué? ¿ Y si me preguntas cómo estoy? Yo estoy “pa” comerme. Ahí lo dejo”, respondía el cantante agarrado a la gran hebilla alada de su cinturón, después del revuelo de la portada de ¡HOLA! y la entrevista acerca de su amiga especial Gabriela Guillén. “Yo estoy muy feliz y quiero que todo el mundo lo esté también”, replicaba por su lado Fabiola Martínez. Instantes después la veíamos abrazarse, efusiva, con las hijas de Sandra Domecq, Alejandra y Ana Cristina.
“A mí ¿qué me va a importar? De hecho, estoy a ver si nos hacen una foto juntas. Cada una tiene su forma de llevar el traje”, reflexionaba entre risas la modelo Laura Sánchez, con su melena platino —en la que ni siquiera el diestro Fran Rivera pudo resistirse a enredar los dedos— y un mantón en azul añil que sujetaba sobre los hombros. Esos que marcaban la hechura del chaleco del traje pantalón en rafia dorada con el que había -y aquí viene la explicación- había coincidido con Carla Pereira. “Cómo no íbamos a coincidir: es el traje más bonito…”, replicaba por otro lado la esposa del técnico Diego Simeone, que acompañaba el look de la “no discordia” con el clásico acolchado bicolor de Chanel.
Los diseños “son como Inés. Ves a Inés en cada uno de sus vestidos”, nos explicaba Carmen Lomana, que destaca su elegancia “arquitectónica”
Porque la mayoría de las invitadas habían optado por diseños de IQ Collection. Que no hay mayor cumplido para un diseñador que lucir sus piezas más singulares que guardan en el armario. Y porque, confeccionados con tejidos naturales, las propuestas de Inés y Virginia Pozo, son ideales y frescas para los primeros calores sevillanos. También elegantes y poderosos. Femeninas, sensuales y arquitectónicas. Y étnicas, ricas y muy de la tierra. Hombros alzados, escotes cuadrados y asimétricos, rojos, naranjas, azules y negros mezclados con tonos tierra. Y yute y rafia y linos, pero también sedas.
“Son como Inés. Ves a Inés en cada uno de sus vestidos”, explicaba Carmen Lomana, que había llegado al desfile charlando de toros y política con Carlos Herrera y su mujer, Pepa Gea. Y en una de las modelos, como decía la socialité, esa imagen elevaba la potencia. Se trataba de la hija de Mercedes Domecq, Patricia, que como nos contaba su henchido abuelo, Huberto, acababa de obtener una beca para el IE. “Qué orgullo las mujeres de mi casa…” Mercedes Domecq, ahora tras su paso por Inditex, se encargará, tal y como nos anunciaba, de un nuevo ámbito para la firma, IQ Home.
Numerosas invitadas vistieron diseños de IQ, modelos que aúnan con equilibrio vanguardia, tradición y folclore
Pero volviendo a los invitados, Tana Rivera elegía un modelo en negro, blanco y tabaco que le quedaba como un guante. “¿Me ves más delgada? ¿Sí? No estoy haciendo nada. Quizás el trabajo… El trabajo que da un evento…” explicaba la nieta de la Duquesa de Alba y Carmen Ordóñez sobre su nuevo desempeño en una agencia de comunicación a Enrique Solís quien, precisamente un día antes, acaba de inaugurar un hotel de inspiración nipona y belleza minimal en la ciudad barroca por antonomasia. “Yo no tengo miedo a na’”, comentaba el empresario, con traje príncipe de Gales y unos sleepers granate que dejaban ver los tatuajes de inspiración jaipur de los empeines de sus pies.
Y de ahí a Inés de Cominges. La referencia a Jaipur y a su boda era obligada y pertinente, porque el Palacio de Dueñas sonaba a flamenco y a fuente andalusí, pero también a Torre de Babel, a francés, a italiano… A María de la Orden a quien le acompañaban Geraldine Guyot, esposa de Alexandre Arnault, heredero del imperio LVMH, y Edda Oprandi, de Roger Vivier y junto a Inés de Cominges, Tatiana de Nicolay y Margherita Ruffo di Calabria. Y que tampoco faltó a la cita el ala francesa de la familia, la perteneciente a la princesa María de Hohenlohe-Langenburg -madre Javier Martínez de Irujo, marido de Inés- ni, por supuesto, menos aún, la familia Alba, casi, al completo. Ellos eran los anfitriones. “Casi na’”.
“Dichosos los ojos que te ven y qué bien te veo”, le decía Simoneta Gómez Acebo a Carlos Fitz-James Stuart , Duque de Alba, a lo que éste respondía divertido: “¿De verdad? Mira, yo lo que no quiero es morirme, porque ya no me muero guapo”. Y mientras su hermano Fernando -Marqués de San Vicente del Barco-, charlaba con Manuel Vega, novio de Tana, Alfonso, Duque de Híjar -suegro de Inés- se interesaba por el gadget de su hijo Luis, un teléfono integrado en el reloj. Jaydy Mitchell, en cambio, ponía sus cinco sentidos en las costuras de los bolsos de Hedèn que habían pasado las modelos.
Recién llegados de su luna de miel en Maldivas y Vietnam, Teresa Baca y Álvaro Torres son la viva imagen del amor. “Estamos tan felices...”
Hubertus von Hohenlohe sin embargo, seguía con su reflex de toda la vida y su mujer, Simona Gandolfi, con una enorme camelia en el escote, ejercía de musa. Aunque también se rindió a la belleza serena de Sofía Palazuelo quien, acompañada de su marido Fernando, Duque de Huéscar, provocaba más de un wow con la excelente figura que se le ha quedado después de dar a luz hace casi tres meses.
“Qué orgullo las mujeres de mi casa...”, confesaba encantado Huberto Domecq, padre de la diseñadora