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David Bustamante confiesa a ¡HOLA! que vive un momento de plenitud. Por un lado, se muestra enamoradísimo de Yana Olina, con quien ahora celebra cinco años de amor. Pero el cantante también nos habla con orgullo de su relación con Paula Echevarría , la madre de su hija, Daniela. David también vive un gran momento profesional: mientras prepara disco, regresa a Madrid con el musical Ghost , con el que estará en el UMusic Hotel Teatro Albéniz hasta finales de mayo. “Es uno de los retos más difíciles que he hecho. Son dos horas y 20 en un escenario”, nos dice tras más de 250 funciones.
“Yana es un ángel. Nunca me sentí tan amado. El amor absoluto lo encontré en ella”, afirma al cumplir cinco años de relación
—¿Cómo está siendo tu experiencia en el musical?
—Maravillosa. En principio, la aventura del musical iba a ser tres meses, pero el éxito ha sido tan brutal que llevo ya dos años. Y después iremos a Málaga y Gijón.
—¿Qué ha sido lo más complicado de llevar al teatro una película tan icónica y dar vida a un guapo del cine como era Patrick Swayze?
—Realmente la historia es apasionante porque tengo muchas cosas en común con Sam Wheat –el personaje de la historia–. Primero, sería capaz de posponer el irme al paraíso por ayudar al amor de mi vida. Siempre he sido muy buen amigo de mis amigos y rotector de los míos. En ese aspecto, me siento muy identificado. La historia es maravillosa, e la favorita de mis padres. He tenido hasta un perro que se llamaba Ghost y otra que se llamaba Molly –como el personaje que interpretaba Demi Moore en la película–.
—¿En serio?
—Sí, sí. La banda sonora del vídeo de mi comunión es la banda sonora de Ghost. De alguna forma, siempre he estado ligado a la historia. Luego, mis ídolos, como Camilo Sesto o Raphael, han hecho musicales como Jesucristo Superstar o Jekyl & Mr Hyde. Los grandes siempre han hecho grandes musicales y siempre me ha gustado que mi carrera fuese lo más versátil, con el mayor número de retos posible, y creo que lo estoy haciendo. La verdad es que he disfrutado mucho con el proceso.
© Javier Alonso—¿Qué te ha dicho tu hija al verte en Ghost?
—Ya ha venido cuatro o cinco veces, así que, ahora que volvemos a estar en Madrid, aprovechará para venir con amigos.
—Hace un mes que cumpliste 41 años. ¿Qué ves cuando te miras al espejo?
—Veo al mismo niño, con la mirada que tenía con diecinueve años y con las mismas ganas de comerme el mundo. ¡Y todavía me aguanta el pelo! –ríe–. Me siento muy joven. Otra vez, estoy en una etapa de entrenar todos los días, cuidarme, mimarme y meditar.
–¿Cómo te pones en forma?
—Estoy entrenando todas las mañanas. Luego, como me gusta mucho comer, hago una dieta saludable. Después, trabajo y vuelvo a entrenar. Hago dos entrenamientos diarios, un total de dos horas y media.
—También dices que meditas.
—Siempre me ha gustado apartarme y caminar. O, simplemente, salir a mi jardín y pensar, para ver qué es lo que podía haber hecho mejor. Es bueno reflexionar para buscar siempre nuestra mejor versión.
© Valero Rioja—Además, celebras cinco años de amor con Yana.
—¡Cinco años! Es un ángel. Nunca me sentí tan amado, tan mimado, tan admirado, tan querido y tan cuidado como ahora. El amor absoluto, en todas sus formas y maneras, lo encontré en ella. Es la mejor persona que he conocido. Es conciliadora, risueña y tiene un alma pura. Tengo tanta suerte de conocerla.
—¿Es difícil ser pareja de David Bustamante?
—Sin ninguna duda. Es difícil ser pareja de artista porque somos un poco complicados: vivimos mucho estrés, y muchas veces lo pagamos con las personas que tenemos al lado. Ella me lleva mejor que nadie.
—¿Te ves casado con ella?
—Ahora, no. Estamos tan bien que no quiero estropearlo. En un futuro, quién sabe. Las cosas llegan cuando tiene que llegar, no hay que marcarse fechas.
—¿Es más factible la boda o ser padre de nuevo?
—Con Yana, veo factible todo. ¿Ahora? ¿Dentro de un mes? No. ¿En un tiempo? Por qué no.
—Se publicó que no conocías a la familia de Yana.
—No es así. Adoro mis suegros y nos vemos a menudo porque viven en España. Pero no he ido nunca es a Siberia y quiero conocer Tomsk, donde Yana nació, y Seversk, donde se crió. Con once años, vino a España.
© GettyImages—¿Qué le llama la atención a Daniela de su padre?
—Desde que nació, me ha visto encima de las tablas. Lo que le sorprende es que yo hiciera casas. Ha visto algunos edificios y le impresiona más.
—¿Ya sabe lo que quiere ser?
—No. Alguna carrera estudiará, te lo aseguro –ríe–. Con catorce años, Daniela es muy buena hija y muy buena niña. La veo muy centrada y es muy obediente.
—¿Eres exigente como padre?
—Sí, por supuesto. Debo serlo. Un niño no tiene que recibir solamente el ‘sí’. También tiene que recibir fronteras, su ‘no’, su reprimenda, si es el caso; y su diálogo para que vea cuándo se equivoca y cuándo no.
—¿Quién hacer más de poli malo? ¿Paula o tú?
—Ninguno. Somos los dos un absoluto equipo. En eso, estoy muy orgulloso y muy contento.
—Has logrado una estupenda la relación con Paula.
—Aparte de tener una buena relación y cariño, somos personas adultas y la prioridad absoluta es nuestra hija. Eso está por delante de nuestra propia vida. Sería poco inteligente que no fuera así.
—Además de estar con Ghost, preparas disco.
—Llevo dos años sin sacar música y tengo muchas ganas de que la gente vuelva a escucharme y les vuelva a sorprender.
—¿Quizá tendremos nueva música antes del verano?
—Todo se verá. Igual esperamos un poco más, nunca se sabe. Cuando esté todo perfecto, saldrá.
—¿Con qué compañeros de Operación Triunfo tienes más relación?
—Jo, es que me llevo bien con todos. Hay gente que veo más.
—¿Por ejemplo?
—Javián. Siempre éramos Javián, Álex y yo… Nos hemos quedado sin el tercer hermano, pero hablamos mucho y viene a casa. También cuando voy a Sevilla, que bajo mucho, siempre quedamos. Es con el que más me veo. Con Laura también me veo mucho.
—A pesar de que no pudieras ir a su boda.
—No pude, porque tenía otra boda de otro familiar. Realmente, tengo una relación maravillosa con todos.
