Como explorador, ha estado en algunos de los lugares más recónditos del planeta: ha surcado océanos, atravesado desiertos y afrontado todo tipo de desafíos -desde descender el Nilo en piragua a cruzar el Mediterráneo (de Montecarlo a Túnez) en una tabla de windsurf-. No es ningún secreto que, tras más de cuatro décadas explorando el mundo, Kitín Muñoz es un aventurero incansable. Siempre está preparado para abordar una nueva misión, y ese ímpetu por hacer de la aventura su mejor escuela de vida le ha llevado a lograr importantes reconocimientos, como ser el único español embajador de buena voluntad de la UNESCO.
Sin embargo, de entre los muchos méritos que atesora, siempre siente de una forma especial los que llegan desde su patria. Aunque vive junto a su mujer, Kalina, y su hijo, Simeón, en Bulgaria –“la aventura más esperada ha sido la de venir a vivir a este país”, nos comentaba en una reciente entrevista con ¡HOLA!-; y bien es cierto que el azar quiso que naciera en Sidi-Ifni (Marruecos), donde su padre, militar, estaba destinado; nunca pierde de vista España.
Por ello, ha recibido, con gran emoción, una nueva distinción: la de convertirse en embajador de Marca Ejército. En un acto celebrado en el Palacio de Buenavista, sede del Cuartel General del Ejército de Tierra, en Madrid, el Jefe de Estado Mayor del Ejército (JEME), Amador Enseñat y Berea, le entregó la cédula de nombramiento y el distintivo que así lo acreditan.
Bajo la atenta mirada de su ‘princesa’, Kalina, Kitín Muñoz prometía “dedicar todos mis esfuerzos a difundir los nobles valores del Ejército español, tanto a nivel nacional como internacional”.
Su primer acto como nuevo Embajador ha sido al otro lado del océano, este mismo fin de semana, en la cena del Explorer’s Club en Nueva York.
Alma de soldado
El Ejército siempre ha formado parte de su vida ; y por sus venas corre el sentido del servir a la patria. Desde su tío abuelo, Arturo Cebrián Sevilla, que sirvió como General a Alfonso XIII, a su padre, destinado en Sidi-Ifni.
En 1979, fue Kitín quien solicitó, durante su servicio militar, el ingreso de forma voluntaria en la Compañía de Operaciones Especiales nº 31. Estas compañías de ‘guerrilleros’, como entonces se conocían, por su preparación especializada y su dureza, son la base de las actuales unidades de Operaciones Especiales.
“La formación que tuve en las montañas como guerrillero es el mejor regalo que puede recibir un hombre a los veinte años”, aseguraba el explorador durante su discurso. “Mis mandos de Operaciones Especiales me enseñaron valores que llevo grabados en lo más profundo de mi alma de soldado, y que aún hoy guían mi vida. Ahora, 43 años después, el Ejército me vuelve a llamar. Un Gran Honor”.
Kitín plasmó toda su experiencia en un libro, Boinas Verdes Españoles (Editorial Galland Books), del que es coautor su comandante boina verde Terencio Pérez.
“A Kalina le debo mi familia”
“El secreto para un matrimonio tan sólido se llama Kalina”, nos decía el pasado año. Al lado de la princesa de Bulgaria, la pequeña de los cinco hijos de los Reyes Simeón II y Margarita, encontró la felicidad y cada día siguen escribiendo juntos un nuevo capítulo en su historia de amor.
El pasado año celebraron veinte años de matrimonio. Ella siempre ha sido su pilar y su apoyo. Y tampoco podía faltar una referencia a su ‘princesa guerrera’ en su acto de nombramiento como Embajador del Ejército: “A Kalina le debo mi familia”.
Quien no pudo asistir fue su hijo, Simeón Hassan, que, como explicó el propio Kitín, tenía que cumplir con sus obligaciones en el colegio en Bulgaria. “Como padre que quiere lo mejor para su hijo, me gustaría verle algún día, ganarse la Boina Verde”. El tiempo dirá si el pequeño seguirá sus pasos, continuando una tradición militar que pasa de generación en generación.