Ana Obregón está viviendo una vida en rosa. Desde Miami, la presentadora de televisión, en una nube, está completamente inmersa en el cuidado de Ana Sandra, su nieta, de la que no se separa. Un mes después del nacimiento de la hija de Aless Lequio, Obregón ya sale a pasear con la pequeña en la costa este de los Estados Unidos..
Tras perder a su hijo el 13 de mayo de 2020, después de dos años de dura lucha contra el cáncer, estaba hundida, sumida en la más profunda de las tristezas, en un luto permanente. Ahora no puede ni quiere ocultar su felicidad. Sin embargo, aunque la vida es de color ahora para Ana, también tiene muy presente el recuerdo de Aless. “Es el tercer día que puedo salir con mi bebé, necesito tranquilidad. He cambiado lágrimas por pañales, tengo ojeras de amor. Antes no dormía porque lloraba, ahora por cambiar los pañales”, ha dicho Obregón.
Sin embargo, como decíamos, la pérdida de Aless marcó un antes y un después en su vida y, aunque ahora está pletórica de felicidad, asegura que existe una ligera sensación agridulce. “El dolor sigue siempre y no se irá jamás”, ha querido subrayar Ana que, además, tal y como nos contó en exclusiva a ¡HOLA! abrazar a Ana Sandra es sentir aún más de cerca a su hijo. “He vuelto. He resucitado. He vuelto a nacer”, nos decía— y recientemente, en la publicación dedicada a su hijo que compartió con sus seguidores: “Tu hija, esa princesa que me ha robado el corazón, cambiando las lágrimas por pañales. Cuando la abrazo es como si volviera a abrazarte a ti, y esa sensación solamente la puede entender una madre o un padre que han perdido un hijo”, afirmó.
El nuevo día a día de Ana lo marcan las mismas rutinas de cualquier madre con un bebé de pocas semanas: darle su biberón, salir a dar paseos con ella en su carrito (como en esta ocasión) —por supuesto, de color rosa—, ir al pediatra... Y en este sentido, nos cuenta que Ana Sandra está fenomenal, que todas las revisiones han ido muy bien y que en ese aspecto no puede estar más contenta.