Vuelve con Mi casa es la tuya , prepara nueva gira —en España y fuera de nuestras fronteras, hasta donde las grabaciones le permitan— y está inmerso en sus mil y un proyectos de siempre. Nos dice Bertín Osborne que está viviendo un gran año, un momento de su vida en que todo parece marchar sobre ruedas. La familia, lo más importante, está bien, disfruta de sus hijos Kike y Carlitos, a los que ve cada semana en Madrid y en Sevilla, donde viajan a menudo para estar juntos; también sus hijas Alejandra, Eugenia y Claudia están felices, y eso ya es mucho ganado. Por otro lado, pasados dos años y medio de su separación de Fabiola y también tiempo tras el divorcio, el artista está disfrutando de esta nueva etapa. El pasado diciembre nos decía en esas páginas que no tenía ganas de enamorarse, pero a nuestra redacción ha llegado la información de que el amor habría llamado de nuevo a su puerta. “Conozco gente nueva todos los días y lo normal es que salga con alguien, ¿no? Tampoco me voy a quedar en mi casa”, nos dice vía telefónica Bertín, que nos aclara la verdad sobre su vida y cómo es su especial amistad con Marlises Gabriela Guillén, una joven modelo y empresaria, propietaria y directora de un centro estético en Madrid, a quien conoció hace justamente un año, en abril de 2022 haciendo la campaña de El Capote.
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—¿Qué tal estás, Bertín?
—Muy bien, trabajando porque ahora empiezo otra vez en Telecinco con Mi casa es la tuya y, la verdad, estoy muy contento. Comienzo esta misma semana, pero todavía no he grabado el primero.
—Y sentimentalmente, ¿cómo te encuentras? ¿Estás enamorado? Porque hay rumores de eso.
—Llevo dos años y medio separado, y divorciado también una temporada larga. Yo puedo hacer con mi vida lo que me dé la gana y tengo 50 amigas. Entonces, si a cada amiga que tengo se le pone la etiqueta de “novia”, vamos a tener que escribir una enciclopedia.
—Se habla de María Gabriela. ¿Qué relación tienes con ella?
—La conocí haciendo unas fotos de publicidad. Es encantadora, simpática, muy guapa y además es fisioterapeuta y me ha quitado dos lesiones que tenía de hacer deporte. La he visto ocho o diez veces. Y ha estado aquí en Sevilla con unas amigas suyas dos o tres veces. Punto y se acabó. Si estuviera enamorado, los primeros en enteraros, para empezar, seríais vosotros. Pero es que, primero, ni se me pasa por la cabeza, y segundo, no ha pasado. Y si fuera así, lo diría porque yo no tengo nada que esconder.
“Gabi es una amiga especial, como tengo otras muchas amigas especiales. Es encantadora, simpática y muy guapa. La he visto ocho o diez veces, y ha estado en mi casa aquí en Sevilla con amigas en dos o tres ocasiones. Punto y se acabó”
—¿Es una amiga especial?
—Sí claro, y te digo que tengo otras 25 amigas especiales, pero no tengo relación de pareja con nadie, ni con Gabi tampoco. Es que no hay más. Ha estado en casa dos o tres veces, ha venido siempre con amigas suyas, que son de Sevilla, vienen aquí, pasan el día. Un fin de semana se quedaron aquí dos o tres, lo más normal.
—Pero uno no queda ocho o diez veces con una persona si no le gusta…
—Yo vivo solo en Sevilla y me divierto, salgo por ahí, voy a eventos y conozco a gente y ¡claro que salgo con chavalas! ¡No voy a salir con soldados! —ríe—. Y Gabi es estupenda, pero salgo con amigas y no tengo ningún rollo de enamoramiento ni nada serio. Y como yo no doy noticias en ese aspecto desde hace dos años y medio, supongo que estarán todos locos por saber qué hago. Pues bueno, ya os lo digo yo: “Salgo muchísimo con 50 amigas mías”. Y ahora han descubierto que hay una a quien he visto ocho o nueve veces. Bueno, pues en dos años y medio no creo que sea mucho. Y no puedo decir nada más, porque no hay más.
“De ella me gusta todo, porque es un encanto, pero ni es mi novia ni estoy enamorado. Tampoco ilusionado, que además yo para eso soy más frío que un témpano de hielo”
—¿Qué te gusta de ella?
—Es que de ella me gusta todo, porque es una monada y un encanto de niña, pero insisto, ni es mi novia ni estoy enamorado.
—¿Ilusionado tampoco?
—Que no hombre, que no. Que además yo para eso soy más frío que un témpano de hielo.
—La última vez que hablamos en diciembre, con esa portada que impactó tanto de tu puesta en forma, me dijiste que no tenías intención de enamorarte.
—Pero absolutamente ninguna, cero. No le he dicho “te quiero” a una mujer desde que se lo decía a Fabiola.
“Vivo solo en Sevilla y me divierto, salgo por ahí, voy a eventos y conozco a gente y ¡claro que salgo con chavalas! ¡No voy a salir con soldados!”, ríe
—Y no parece que tengas intención…
—No tengo ninguna intención. No te digo que no pase en algún momento de mi vida, porque nunca sabes a quién vas a conocer mañana. Pero intención en este momento en que estamos hablando, para nada, no. Tengo relación con muchas personas, conozco gente nueva todos los días y lo normal es que salga con alguien ¿no? Tampoco me voy a quedar en mi casa.
—¿Y a Madrid has ido?
—Voy a Madrid un par de días a la semana para ver a mis hijos. Que quede bien claro que no voy a ver a nadie más que a mis hijos. Me paso las tardes con ellos y con Fabiola muchas veces. Si tengo que ir a Madrid por trabajo, voy, y si no es por trabajo voy también, pero para ver a los niños. Todo el mundo que me conoce, lo sabe, empezando por Fabiola. ¿Que a lo mejor una noche tengo una cena con dos o tres amigos míos? Pue sí, y lo normal en una persona que no tiene pareja, como digo, es salir de vez en cuando con alguien, ¿no?
“Llevo dos años y medio separado, y divorciado también una temporada larga. Yo puedo hacer con mi vida lo que me de la gana”
—Gabi es modelo y empresaria, dirige una clínica de estética. ¿Es así?
—Sí, ella ha trabajado como modelo en su momento, tiene dos centros estéticos en Madrid y sobre todo es fisio, además es muy buena. Ha tratado a muchos amigos míos, no he sido yo el único, además conocidos, y van allí a verla por lesiones, contracturas… A mí me ha curado una lesión en una pierna de un leñazo que me di contra la pared montando a caballo, y tenía unos dolores que me ha quitado… Y luego hace una cosa buenísima que se llama presoterapia. Me he aprendido el nombre —ríe— para las piernas, estoy enganchado a eso. La quiero muchísimo y amiga mía, fenomenal. Que es mi novia, no, y que estoy enamorado, no.
—¿Huyes ahora del compromiso?
—Bueno, compromiso… Me sale un sarpullido que no te quiero ni contar —ríe—. Un compromiso a estas alturas de mi vida... Me da el sarampión y la viruela al mismo tiempo. Que ni loco, vamos —vuelve a reír—.
“¿Que si huyo del compromiso? A estas alturas de mi vida me sale un sarpullido… Me provoca la viruela y el sarampión al mismo tiempo. ¡Que no, vamos!”, ríe
—Pero dicen que Gabi convive contigo parte de la semana en tu finca.
—Eso es absolutamente falso e incierto. Es mentira. Y dos veces ha venido, con una amiga y otra ella porque tenía que hacer una cosa en Sevilla y se quedó el sábado. Y ya está. Pero ellas, y otras amigas que también han venido aquí a pasar días.
“No va a ir a más”
—¿La conociste haciendo la publicidad de El Capote?
—Sí, hace un año que la conocí exactamente, en el mes de abril. Y haberla visto ocho o diez veces en este tiempo y además algunas por terapias… Vamos, te digo una cosa también: si me tienen que dar un masaje en la espalda o en un abductor prefiero que me lo de una mujer —ríe—.
—Es joven. ¿Cuántos años tiene?
—No sé exactamente su edad pero sí, es joven, tendrá unos 32, más o menos.
—¿Crees que esta amistad con ella pudiera ir a más?
—Si después de un año no ha ido a más, no va a ir a más. Y además, oye, ella también sale y entra en Madrid, tiene su vida, que ni me preocupa ni me meto en nada. Si no te puedo decir ya “pues mira, sí, estoy saliendo con ella y estoy encantado” es porque no es así. Me divierto muchísimo con ella, es encantadora, y además una señora. Este año lo ha pasado mal en algunos momentos y ni me ha comentado nada, ni me ha pedido que la ayude, es una curranta y una mujer digna de admiración, y eso lo digo porque es de justicia decirlo. Trabaja mucho todo el día para sacar adelante sus dos centros, su vida y la de su familia, porque también ayuda a su madre. A mí me parece que tiene un mérito de miedo.
—Parece que las mujeres se están encontrado con un Bertín un poco cerrado al amor.
—¿Cerrado? Más que eso, clausurado —ríe—.
“Tengo ahora mismo una vida fenomenal. Me lo estoy pasando de cine. Estoy trabajando una barbaridad, y lo disfruto mucho, mis niños están fantásticos y mis hijas también están estupendas”
—¿Compartís entonces círculo de amigos?
—Claro, si te digo que ya hay muchos amigos míos que han ido a tratarse con ella. Por ejemplo, fui el otro día a cenar con un grupo de amigos y ahí estaba porque la habían invitado ellos. Claro que tenemos amigos en común. Esto entra dentro de la normalidad de dos personas solteras y que no tienen ataduras de ningún tipo. Yo a lo mejor salgo con ella hoy y mañana salgo con otra amiga mía. ¿Que me verán alguna vez con ella? Pues seguro, si es amiga mía, ¿por qué no me van a ver?
—Estás disfrutando de tu vida de soltero.
—Me lo estoy pasando muy bien, me estoy divirtiendo muchísimo. Estoy trabajando una barbaridad, y lo disfruto como no te cuento. Ahora empezaré la gira de conciertos el mes que viene, estoy preparando una cosa muy simpática, los programas nuevos. Si es que no paro de hacer cosas y me lo estoy pasando de cine. Mis niños están fantásticos, los veo todas las semanas, vienen aquí todo el tiempo a Sevilla. Se acaban de ir tras pasar la Semana Santa y ahora se vienen cinco o seis días… Tengo ahora mismo una vida fenomenal. Mis hijas están también estupendas, vienen mucho, mis hermanas también, y se quedan aquí. Mi casa parece el hostal Membrillo, aquí hay más gente que en la guerra —risas—.
—¿Te irás con la gira fuera de España?
—Sí, voy a estar en un par de países. Voy unos cuantos días, tampoco muchos, porque tengo la televisión y no me puedo ir más de una semana, pero bueno, tengo un año muy bonito. Hasta que no pasen las elecciones no se cierra la gira totalmente porque ahora mismo están los ayuntamientos que no saben lo que va a pasar. Tengo ya diez o doce fechas firmadas, pero quiero hacer 40 más menos y no se firmarán hasta finales de mayo o junio. Estoy muy contento, muy bien.
—Y vemos es que sigues manteniéndote en plena forma, no has cogido ni un gramo.
—Que va, al revés. Estoy ahora mismo mucho más delgado y más en forma que cuando hice las fotos. Estoy duro como una piedra —ríe—.