Era un secreto a voces desde hacía varios meses. Eliminar fotos juntos, posar por separado en la alfombra roja, dejar de seguirse en instagram... todo parecía indicar que se avecinaba el final de la relación entre María Pedraza y Álex González. Tras compartir plató en la serie de Netflix Toy Boy y surgir entre ellos una fuerte amistad que desembocó en romance, la pareja ha vivido una bonita historia de amor que ha durado dos años y que, finalmente, podemos confirmar que ha terminado. La actriz de La casa de papel y el protagonista de El Príncipe han decidido seguir vidas separadas, y, como desvela ¡HOLA! en exclusiva, María tiene una nueva ilusión.
Su nombre es Víctor López, es de Majadahonda, tiene 34 años y es piloto de motos. Comenzó su carrera en 2015, año en el que se convirtió en campeón de Resistencia de Cataluña. El pasado 2022, volvió a coronarse campeón de la Copa de España ESBK Legends. Hace unos días, el nuevo chico de María Pedraza ha fichado por el Team ILR, el equipo británico con el que competirá en el ManxGP, una de las carreras de motos más difíciles del mundo.
Como puede verse en las imágenes, la protagonista de Élite ha sido fotografiada con el piloto en actitud muy cariñosa, abrazándose, haciéndose selfies y yendo a la compra. Aunque no hay certeza de cuándo comenzó su romance, no hay duda de que entre ellos hay mucha complicidad y que disfrutan de los momentos juntos.
Durante las vacaciones de Semana Santa, María Pedraza acudió a Portimão a ver el Gran Premio de Portugal, junto a su hermana Celia y el novio de esta, Miguel Herrán, íntimo amigo de la actriz. Allí, saludó Marc Márquez, amigo suyo y al que se le relacionó cuando terminó su relación con el actor Jaime Lorente. En el plan, Víctor también estuvo presente y fueron fotografiados juntos, pero pasó desapercibido en aquel momento.
Después de aquella escapada a las carreras, la actriz y el piloto, según ha podido saber ¡HOLA!, han realizado muchos planes juntos, desde ir a un parque de atracciones a las afueras de Madrid a disfrutar de la tranquilidad del campo y la naturaleza. Para añadir adrenalina a su historia de amor, la pareja fue a montar en moto al circuito de Jarama.