Su actuación en Élite lo convirtió en una estrella mundial pero, más allá de los focos y alfombras rojas, donde de verdad se encuentra a gusto Miguel Bernardeau es cerca del mar. “Es mi refugio, el lugar donde me siento muy cómodo y al que voy a olvidarme de todo”, confiesa el actor a ¡HOLA! “Necesito, como todos, una parte privada en la que nadie pueda entrar y el mar es muy bueno para eso. Me aporta felicidad, energía y momentos muy bonitos. Me hace conocer personas y viajar”, nos explica.
Precisamente esta conexión tan especial con el mar es la que le llevó a participar en una misión impulsada por Biotherm —firma de la que es embajador— con motivo del Día Mundial del Agua, el pasado día 22 de marzo. El actor se unió a sus compañeros de profesión Aida Folch y Jan Cornet, más un grupo de voluntarios, para recoger residuos en el río Jarama, en Madrid.
Allí, Miguel se mostró muy preocupado por el medio ambiente. “Estamos destrozando el planeta. Yo incluido, ¿eh? Es muy difícil que alguien cuide algo si no lo quiere, no lo ve, si no lo siente… Es bueno hacer que la gente sea consciente de lo bonito que es el mar, de la cantidad de animales que viven en él y lo que aporta al ecosistema global para que se animen a cuidarlo”, expresó.
Por eso el actor trata de poner su granito de arena para solucionar este problema. ”Yo reciclo. Soy consciente de lo que consumo, de lo que compro, de la cantidad de carne y de pescado que tomo y de mi impacto en el ecosistema”, nos contó. “Muchas veces, paseo por las afueras de Madrid y voy recogiendo cosas. Pero normalmente lo hago en el mar, surfeando, buceando… y recogemos y sacamos muchos plásticos”, se lamentó, antes de añadir: “Es imposible no hacerlo. Justo acabo de viajar a África y ha sido brutal. En medio del desierto hay basura”.