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Adiós a los privilegios. Si no que se lo digan a Angela Kelly, la que fue estilista y confidente de la reina Isabel II- fallecida a los 96 años -. La asistente personal pensó que residiría en uno de los apartamentos del castillo de Windsor -por indicación de la difunta reina de Inglaterra-, sin embargo, seis meses después de su fallecimiento, por orden de Carlos III, deberá abandonar la vivienda, a menos que trabaje para la corona. ¿Traición? ¿Deslealtad?
Desde hacía 20 años, Angela Kelly era la asistente personal, consejera-estilista y responsable del guardarropa de Isabel II -un cargo hasta entonces inexistente y creado específicamente para ella-. Además, era mucho más que su confidente: fue su mano derecha, una dama de compañía fuera de la nobleza. Por indicación de la reina monarca, parecía haber conservado el privilegio de residir en uno de los apartamentos de Windsor - el resto de su equipo tuvo que abandonar sus residencias en un mes-, pero Carlos III ha cambiado de opinión, y parece que no está por la labor de dar viviendas a los que ya no trabajan para la monarquía; por tanto, ha decidido no mantener las promesas de su madre. Son otros tiempos y Ángela Kelly ya no tiene ningún lugar en palacio.
© GettyImagesDesplazada y sin equipo
Por otra parte, Camilla tiene su propio equipo de estilismo, así que Angela Kelly tampoco tiene lugar en su equipo. Otro gesto por parte del monarca, es que acaba de ser reconocida por el Rey comandante de la Real Orden Victoriana, en lugar de Dama Comandante como podría haber esperado. En resumen, casi tres décadas de trabajo, que comenzó como una relación profesional y terminó convirtiéndose en algo mucho más personal, sin tener en cuenta los últimos deseos de la reina de Inglaterra. Su infinita lealtad a la corona se merecían una recompensa, por eso Angela no debía preocuparse de buscar un nuevo hogar, pero ahora las cosas han cambiado.
© Angela KellyLa amistad de Isabel II y Angela
La relación entre la reina y su asistente era algo fuera de lo común. Por ejemplo, Angela tuvo la ‘autorización’ de la reina para publicar varios libros autobiográficos -el tercer libro de las memorias de Kelly se publicará próximamente-, contando detalles del día a día de la monarca o de su entorno más cercano. Durante la pandemia fue una de las personas que formaron parte de la ‘burbuja’ que asistió a la Reina durante estos trágicos meses, alejándose por completo de su familia y amigos para cuidar de la soberana. Se encargó de peinarla para que atendiera las videollamadas y sus apariciones en distintos medios de comunicación.
Además, prueba de su amistad fue cuando Isabel II dio acceso a todos los trabajadores al Home Park, un jardín privado al lado del castillo de Windsor. Allí, los trabajadores pudieron utilizar algunas de las áreas recreativas de la residencia, entre ellas la piscina, haciendo que su aislamiento fuera mucho más llevadero. “Se jugaba al Jenga y al UNO y se estrecharon lazos y se crearon sólidas amistades”, explicó AngelaKelly en su libro The Other Side of the Coin: The Queen, the Dresser and the Wardrobe (La otra cara de la moneda: la Reina, el Vestidor y el Armario). Sin duda, la ‘expulsión’ de Windsor y el no cumplir con el deseo, que un día quiso Isabel II, han provocado otra polémica en la familia real británica.
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