Joaquín Cortés ha recibido el alta hospitalaria. Muy sonriente y acompañado de su pareja, la psicóloga Mónica Moreno (39), el bailarín de 54 años abandona la clínica madrileña de La Princesa en la que tuvo que ser ingresado el pasado 3 de abril tras sufrir varios síncopes. Durante estos días, el artista se ha sometido a distintas pruebas de "cardiología, neurología y neumología" para determinar el origen de su padecimiento.
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El bailaor ha compartido todos los avances y novedades de su enfermedad con la prensa. "Aún sin diagnóstico claro aparte de una grave neumonía. Pero no provocado por ningún virus, sino por una bacteria. Aún sigo con un sin fin de pruebas y las que me quedan. Además de la sinusitis y alguna que otra cosa relacionada con los pulmones que puede ser asma aún no sabemos nada de los síncopes".
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Joaquín se ha mostrado muy agradecido con el equipo médico que con tanto esmero le ha atendido. "Gracias a todos los profesionales que han hecho un gran esfuerzo. Su labor es incansable, incluso en Semana Santa cuando todo el mundo está de vacaciones. En España tenemos una sanidad pública inmejorable que hay que cuidar". De la misma manera, ha asegurado que, poco a poco, se va encontrando mejor. "Gracias a Dios estamos vivos. Recuperándome cada día. Aunque aún sigo bastante cansado".
Además, daba una buena noticia a todos sus fans, al asegurar que tan pronto como le sea posible volverá a retomar sus compromisos profesionales. "Os debo una buena gira cuando me recupere. Gracias a Dios no hay nada que me impida seguir con mi profesión cómo he llegado a pensar en algún momento. La danza me ha salvado. Y todo lo que ella ha hecho con mi cuerpo porque soy un deportista de élite y por ello nunca he tenido malos hábitos".
El bailarín se encontraba en plena gira de su nuevo espectáculo, Esencia. Su última actuación fue el 29 de marzo en el Grand Teatre Liceu de Barcelona, pero tuvo que interrumpir los ensayos al empezar a experimentar un cansancio extremo, fuertes golpes de tos y grandes dolores de cabeza. Tal y como ha explicado quiere volver a subirse a los escenarios el próximo verano, puesto que en junio está previsto que dé comienzo su tour por Estados Unidos.
Su familia, su mejor refugio
A buen seguro, al llegar a casa Joaquín cuenta con los mimos de sus mejores cuidadores: su chica y sus dos pequeños, Romeo y Andrea, de cuatro y dos años respectivamente. Debido a la apretada agenda laboral del artista, la familia vive a caballo entre Lisboa y Madrid. Por estos constantes viajes y traslados, Mónica decidió dejar aparcada su labor como psicóloga centrándose por completo en su faceta como madre.