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Al menos, una cosa nos queda clara: a Gisele Bündchen le fascinan las playas de Costa Rica. Por lo demás, seguimos viviendo en el desconcierto. Porque la supermodelo brasileña había viajado hasta el paraíso centroamericano junto a su ex Tom Brady en más de una ocasión, pero nunca tantas veces en tan poco tiempo.
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Desde que se separó del actor, con esta serían tres las vacaciones en las que la belleza rubia carioca ha contemplado las aguas turquesa de Costa Rica, pisado sus finas arenas doradas o ha recorrido su frondosa jungla a la grupa de un caballo. Tres placeres que no solo ha compartido junto a sus hijos, Vivian y Benjamin, y sus dos pastores alemanes, sino también al lado de su instructor de jiu-jitsu, Joaquim Valente.
“Joaquim es especial. Es nuestro maestro y, lo más importante, es una persona a la que admiro y en la que confío”, ha declarado la que fuera la modelo mejor pagada del mundo para desmentir después cualquier tipo de vinculación con su compatriota y defender su soltería. “Desafortunadamente, como estoy divorciada, tratan de relacionarme con cualquiera. Estoy muy agradecida de conocerlos a todos (sus presuntos novios), porque no solo me han ayudado a mí y a mis hijos, sino que se han convertido en grandes amigos. Pero son eso, amigos”. De esta manera, la empresaria sentenciaba también los rumores que la vinculaban con el millonario Jeff Soffer.
