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El hijo de Alejandro Sanz y Raquel Perera tiene un gran talento para la música, pero Dylan también tiene como hobby el deporte. A los once años, el niño es un apasionado del fútbol y fiel seguidor del Real Madrid, que tiene como socio de honor al intérprete de Corazón partío,Mi marciana y Cuando nadie me ve. El pequeño ha recorrido de la mano de su padre la ciudad deportiva que tiene el equipo en Valdebebas, donde se ha convertido por unas horas en un miembro más de la pantilla del club merengue. "Mi capitán", ha dicho el cantante al verle disfrutar tanto y protagonizar divertidos momentos.
© alejandrosanz-La divertida reacción de Alejandro Sanz tras derribar a su guitarrista en pleno concierto
Dylan, vestido con camiseta del equipo serigrafida con su nombre y el dorsal 9, ha podido vivir un día de entrenamiento igual que sus ídolos. Una de las paradas más emocionantes ha sido la que ha hecho en el vestuario, donde ha podido ver cómo es la zona en la que los deportistas se cambian y se ha sentado en el mismo banco queKarim Benzemá, su jugador favorito. Saltar al campo y lanzar el balón a portería ha sido otro de esos instantes que recordará para siempre, una sensación única que podrá compartir con todos sus familiares y amigos."Le pega bien", ha dicho Alejandro orgulloso al ver la técnica del niño.
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Padre e hijo también han paseado por el gimnasio, una amplia zona llena de máquinas en la que los futbolistas hacen ejercicios específicos. Además,Dylan se ha fotografiado muy simpático junto a la pizarra en la que el entrenador explica a los jugadores las diferentes técnicas y estrategias a seguir para ganar los partidos. Manuela, la primogénita de Alejandro Sanz (nació durante su relación con Jaydy Michel) ha reaccionado con emoticonos con corazones a la inolvidable experiencia de su hermano.
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Las 'colaboraciones' de Dylan con su padre
Hace unos meses Dylan pudo unir su afición por el fútbol y por la música en el videoclip de Soy, dueto de Alejandro y Eros Ramazzoti en el que aparece disputando un partido en la calle. En ese trabajo también aparece con el dorsal 9, que parece ser su preferido. No es la primera vez que el niño forma equipo musical con su padre, que le define como "la persona más noble, buena, talentosa, cariñosa y mega crack". Con cuatro años tuvo un papel protagonista en Capitán tapón, canción del disco Sirope que su padre le dedicó porque incluye la voz del pequeño. El propio artista contaba que, mientras grababa el single, su hijo iba todos los días al estudio antes de acostarse para darle las buenas noches y aprovechaba para tocar todos los instrumentos y desafinar las guitarras.
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