Teresa Baca y Álvaro Torres Calderón han sido los protagonistas de la primera gran boda de la primavera. Debido a la bonanza del clima, esta es la estación favorita —junto con el otoño— de los novios para celebrar su enlace. Es decir, estamos en temporada alta de bodas y, tras los meses de “sequía” de eventos que nos dejó el confinamiento, seguimos con un aluvión de grandes celebraciones.
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La de la pareja sevillana fue una boda divertida, emotiva y llena de color. No solo por la exquista decoración floral con la que se engalanó El Pino de San José, la finca donde tuvo lugar la ceremonia y posterior fiesta; también por los estilismos de las invitadas, que se emplearon a fondo para estar deslumbrantes y destacar entre los cerca de 500 asistentes.
En esta boda hemos podido confirmar que cada vez son más las invitadas a una celebración de mañana que se atreven a coronar su atuendo con un tocado. Este accesorio, un básico imprescindible en todos los eventos royal, especialmente en países como el Reino Unido o el Principado de Mónaco, poco a poco ha ido ganando popularidad en España.
En forma de sombrero, corona de flores, casquete, diadema o pamela es el complemento que aporta el toque final y más chic a cualquier atuedo. Del mismo tono que el vestido o en otro color, para marcar el contraste, el caso es mantener el equilibrio en el conjunto total. El tocado aporta elegancia, ya que eleva cualquier look, por muy simple que este sea.
En Gran Bretaña, de hecho, es una cuestión de protocolo y no es adecuado asistir a determinados actos, por supuesto bodas y funerales incluidos, con la cabeza descubierta. Tanto es así, que las carreras de Ascot, que cada año se celebran a mediados de junio en este hipódromo del condado de Berkshire, deben su fama, además de a la presencia de los miembros de la Familia Real británica, a la exhibición de sombreros por parte de las asistentes. Como si de una competición por ver quién lo lleva más grande, extravagante, colorido e indescriptible se tratara, las invitadas a este acontecimiento deportivo realizan cada año todo un alarde de imaginación y creatividad.
Lo mismo que muchas de las invitadas a la boda de Teresa y Álvaro, que dieron toda una lección de estilo con la variedad de sus elecciones. Había tocados de todos los tamaños y colores. Para todos los gustos: desde la clásica pamela, con elementos decorativos como plumas o flores, hasta sombreros y diademas con diferentes aplicaciones.
Entre las que optaron por la discreción, se encontraba Carla Pereyra, que escogió una cadena de strass a modo de diadema y un delicado velo color nude que le cubría parte del rostro —un detalle que imprime un aire de misterio y sofisticación sin igual—, de Mimoki. La firma de Ana María Chico de Guzmán se encargó también de los tocados que lucieron su socia, Andrea Pascual — diadema de doble estructura de rafia natural—, Carla Goyanes —diadema con hojas de rafia en rosa palo—, Lourdes Montes —estructura con dos raquis curvados negros y plumas de faisán en tonos naturales— y Ana Antic — turbante de rafia rígida marrón con velo plumeti al tono—, entre otras.
Fiona Ferrer combinó su conjunto de blusa fucsia y pantalón negro de lunares blancos con una pamela negra de sisal con adorno de gran lazo, de Cherubina, firma en la que confió asimismo la actriz Carola Baleztena. La mujer de Emiliano Suárez redondeó su vestido de tono albero con una gran pamela de fibras de palma en forma de plato. Esta fue la forma escogida también por Mar Flores, que lució un generoso sombrero de color teja, a juego con su vestido, de la sevillana Buffuna Hats.
Un diseño de esta marca, un pillbox con lazo forrado del mismo tejido que su vestido, fue la elección de la empresaria Carmen Esquivias, una de las invitadas que más llamó la atención de todos los asistentes. Pero, sin duda, quien una vez más destacó por su look fue Naty Abascal, con un espectacular sombrero de ala ancha, de estilo cordobés, en cuerda de color rojo.