Nos lo pidió cuando terminábamos esta conversación. Que hiciéramos campaña a su favor. Como si ella lo necesitara, cuando Lara Álvarez es de esas mujeres que consigue todo lo que se propone. Porque es tenaz, inteligente, disciplinada, “curranta”, simpática y espectacularmente bella. Casi ofensivamente bella, porque, si la virtud aristotélica está en el punto medio, la suya no entiende de medias tintas. Rompe reglas. También las del amor. Su petición era que le encontráramos a Brad Pitt. Que si tiene que poner a un hombre en su vida, que este sea el de Leyendas de pasión que, como vemos en las páginas de ¡HOLA!, cada día está más atractivo e interesante, aunque “a vueltas” con Inés de Ramón... Porque, sí, se sobreentiende: Lara está soltera. “Soltera y sin compromiso”, remarca entre risas. “¿Sabes qué? Que sí que me gustaría que ese titular, el de ‘Lara, de nuevo enamorada’ fuera real, pero no es fácil”. ¿Perdón? Porque si no lo es para esta mujer de impresionantes ojos avellana y una piel de terciopelo color canela, ¿para quién entonces? “Quizás es porque estoy en momento de cambio ”, sugiere la asturiana en un rincón art déco del Casino de Madrid.
Porque no iba a hablar. Tampoco a posar. La presentadora era una de las invitadas a la cena benéfica de UNOde50 para recaudar fondos en la lucha contra el cáncer y, a sabiendas de la expectación que provoca, no quería robar plano ni desviar atenciones. Retomamos:
—No me puedo creer que quieras tener pareja y no puedas. Entiendo que es que no te apetece...
—Te apetece estar soltera siempre y cuando estar soltera te hace más feliz que estar en pareja... A mí no me vale la pena “estar” con alguien de cualquier manera…
“Dejar Supervivientes fue fruto de una decisión meditada. Era algo que necesitaba después de ocho años”
Ergo, no ha vuelto con el empresario gallego Román Mosteiro con quien ya se la relacionó hace años, aunque ni siquiera entonces ella lo confirmó. “Es un amigo desde hace años y ya estaría más que desmentido. Tampoco te puedo decir nada más. Él es estupendo. Pero no”.
¿Quizás es que tiene Lara muy trabajado el “no”? Y ella se ríe ante la ocurrencia pero, claro, su negativa a seguir en Supervivientes también ha desatado ríos de tinta. “¿No te lo esperabas? —Risas—. Porque soy discreta, pero no fue nada fortuito; la decisión estaba meditada. Y no es que vaya a dejar la tele como se ha dicho. Bajarme del barco de Supervivientes era algo que necesitaba después de ocho años. ¡Ojo! Que ha marcado mi vida y mi carrera y lo voy a llevar en mi corazón siempre, pero yo necesitaba, necesito, evolucionar, apostar por proyectos nuevos, trabajar con renovadas ilusiones”. Y viendo la pregunta que se avecina, se adelanta. “Sííí, sigo en Mediaset. Renové inmediatamente después de comunicar que no quería continuar en el programa. Y la cadena me entendió y me ha apoyado”. Y ahora, ¿qué? “Ahora, tomándome unos días de vacaciones. Un poco de calma después de tanta intensidad”. Porque para Lara el éxito está en poder disfrutar de las pequeñas cosas. Que se marchaba seis meses a Honduras y mucho mar azul y mucho cocotero, pero ¿Y su madre? ¿Y sus amigas? ¿Y sus perros? Dejaba su vida en stand by y “en la vida, hay que tener tiempo para soñar y tiempo para trabajar. El éxito es lo que recoges después del esfuerzo, de la vorágine... El éxito es el equilibrio, en definitiva. Creo que ahora me encuentro en un momento pletórico. Que las cosas se han ido armonizando y que ya van en la dirección que yo quiero. Por eso, tengo que descansar para coger fuerzas”. ¿Fuerzas porque OT llega a su vida? Lara no contesta. Prefiere cerrar la charla con un beso. ¿Significará eso que... sí?