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Ya desplegada la alfombra -este año con la sorpresa de ser color champán en lugar del tradicional rojo- el mundo del entretenimiento gira la mirada hacia el Dolby Theatre de Los Ángeles, a pocas horas de celebrarse la 95ª edición de los Oscar. Directores, productores, actores, actrices…todos volverán a verse las caras en la gran cita de Hollywood, colofón y fanfarria de una intensa temporada de gala en gala. Sabremos si los Daniels serán finalmente coronados como los nuevos reyes Midas -con permiso de Steven Spielberg- después de que su loca, indescriptible y necesaria Todo a la vez en todas partes haya batido todos los records (158 premios frente a los 101 de El retorno del Rey); si finalmente Cate Blanchett se lleva el premio frente a una Michelle Yeoh que se ha hecho cada vez más fuerte a base de mamporros -cinematográficos - y mucho arte; y si como todo apunta, aquel pequeño Tapón de Indiana Jones, el Data inventor y dicharachero de Los Goonies, regresa por la puerta grande, a los 51 años, tres décadas después de haber abandonado una profesión que no le daba chance, para recoger el Oscar ante su descubridor de niño, el mismísimo Spielberg.
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Una noche que dará de qué hablar -aunque es difícil superar el bofetón de Will Smith a Chris Rock- y en la que otros vencedores se deciden en la alfombra. Por eso, los estilistas de Tinseltown mandan -y mucho- en la cita donde todos quieren ver y ser vistos. Ellos deciden de verdad quién triunfa y quién fracasa con sus looks en la gran fiesta de Hollywood y son capaces de transformar a cualquiera llegado del lugar más remoto y convertirlo en una leyenda con un solo vestido como por arte de birlibirloque.
En la era dorada eran personajes como los diseñadores de vestuario Orry-Kelly, de Warner (cuatro Oscar), o la maga Edith Head, de la Paramount (ocho Oscar), quienes echaban una mano a las estrellas para que fueran impecables; con la llegada de los italianos, hacia los ochenta, el poder pasó a los propios diseñadores, que comenzaron a presentar sus vestidos directamente y sin intermediarios a las actrices para momentos importantes como los Oscar o los Globos de Oro; pero la figura del estilista como tal es más de los noventa, con nombres como Anabelle Tolman, la mujer que inventó el estilo vintage en la alfombra roja, Jessica Paster, que vistió a Kim Bassinger de Escada en 1998 para recoger su premio por L.A. Confidential o Phillip Bloch, que colocó en el radar a Elie Saab con el vestido de Halle Berry en los Oscar de 2002. Con el cambio de milenio, creció el interés por analizar al detalle cada prenda y complemento que lucían las estrellas -hasta para salir a tomar café- y luego, las grandes giras promocionales, visitando quince países en quince días, fueron poniendo de manifiesto la necesidad de crear equipos coordinados para hacer frente a semejantes maratones estilísticos.
Hoy en día, los estilistas son las manos que mecen la cuna del glamour. De Elizabeth Stewart a Petra Flannery, Kate Young o Samantha McMillen -y otros nuevos nombres en la industria a los que también prestamos atención- mueven los hilos desde sus estudios del West Hollywood, donde guardan como tesoros los vestidos que lucirán las estrellas en la noche de los Oscar: los looks más exclusivos y solo accesibles a quienes los lucirán en la pasarela más vista del mundo.
Por ella veremos desfilar a Ana de Armas, nominada por dar vida a la icónica Marilyn en Blonde. Hace solo ocho años que la actriz cubano-española debutara en una película en Hollywood y, desde entonces, su carrera ha ido en ascenso en el epicentro del cine mundial…y en la alfombra roja. Karla Welch fue quién le dio el punto hollywoodiense. Entre sus clientes están Tracee Ellis Ross, Kristen Wiig, Justin Bieber, Olivia Wilde, Ruth Negga, Sarah Paulson y Elizabeth Moss. “No tenía mucho donde escoger. Solía llevar ropa que le había quedado pequeña a mis hermanos y cosas así”, contó Ana en Hollywood Reporter, en 2020. De aquel momento en que dos películas la terminaron de catapultar al otro lado del Atlántico (Sin miedo para morir y Puñales por la espalda), Welch admite que su look favorito fue el del esmoquin de Alexandre Vauthier y una camisa con chorreras que la intérprete llevó en la premiere europea de la segunda, en Londres, en octubre de 2019.
En manos de Samantha McMillen, toda una institución en la meca del cine -Brie Larson, Elle y Dakota Fanning, Ryan Gosling…suelen pedirle consejo-, Ana de Armas ha terminado de convertirse en un icono de moda al mismo tiempo que Blonde la ha llevado por las alfombras de todas las entregas de premios como candidata. Suyos son todos los looks que la actriz ha paseado por el mundo en los últimos meses, desde el vestido coral que la convirtió en una morena Marilyn en Venecia al de los Globos de Oro, los Bafta o el Sindicato de Actores (Sag). Y a ella corresponderá que Ana de Armas brille como nunca antes en su aparición de los Oscar, donde volverá a deslumbrar -probablemente por su colaboración- con un diseño de Louis Vuitton.
Cate Blanchett llega a la ceremonia como una de las favoritas después de alzarse con el Globo de Oro, el Bafta y el Critic’s Choice Award por estar inconmensurable en Tár. De logar la estatuilla, sería el tercer Oscar para la australiana, que igualaría una marca alcanzada por muy pocas: Meryl Streep, Ingrid Bergman y Frances McDormand.
Pero la actriz no solo reina en el circuito, sino que su personal estilo suele posicionarla como apuesta segura en las listas de mejor vestidas -y se ha convertido también en la reina y firma defensora del reciclaje-. Parte de este éxito lo tiene su estilista, Elizabeth Stewart, quien a lo largo de su dilatada carrera ha asesorado a otras estrellas como Sandra Bullock, Viola Davis, Calista Flockhart, Elizabeth Olsen, Amanda Seyfried, por supuesto Julia Roberts, de quién es su estilista de cabecera desde 2007, o Jessica Chastain, que de poder asistir a la ceremonia (está anunciada por la Academia, pero acaba de estrenar en en Broadway la obra A Doll’s House) seguro habrá recurrido a su consejo (en una de sus últimas apariciones, en los Governors Awards, sorprendió y enamoró con un vestido de Zuhair Murad, un diseño off the shoulders de encaje burdeos muy sensual).
Los ojos están puestos también en Michelle Yeoh, la otra gran favorita de la velada, que llega con empate técnico: para ella fueron el Globo de Oro como mejor actriz de comedia, el premio del Sindicato de Actores (ojo que muchos de ellos son miembros de la Academia de Hollywood y aquí puede estar el resultado) y el Independent Spirit. A sus sesenta años, la estrella de Tigre y Dragón ha luchado contra el edadismo y la discriminación racista que sigue lacrando la industria del séptimo arte y saborea las mielas del Olimpo hollywoodiense. “Venir a Hollywood era un sueño hasta que llegué aquí. Me dijeron que era una minoría… Me preguntaron si sabía hablar inglés y yo contesté, ‘Sí, el vuelo duró trece horas así que pude aprenderlo”, contó al recoger el Globo de Oro, celebrando que “tras 40 años por fin soy la número uno”. La intérprete malasia ya ha hecho historia al convertirse en la primera mujer de origen asiático nominada al Oscar a la mejor actriz.
Su paseo por la alfombra es uno de los más esperados habiendo demostrado durante toda la temporada su talento para combinar siluetas, tejidos y firmas. “Su estilo está superando al de todas en esta temporada de premios”, dice de ella la edición británica de Vogue. Para ello trabaja mano a mano con su estilista favorita, Jordan Johnson, que la ha vestido de Dior, Giorgio Armani, Schiaparelli o Carolina Herrera -el negro con voluminosas mangas rosas que caían en cascada en una gran cola que llevó en los Critic’s-. Jordan trabaja también con Anna Kendrick, Bob Odenkirk y Diego Luna, entre otros.
Por quinta vez aspira a la dorada estatuilla Michelle Williams, en esta ocasión por convertirse en la madre de Steven Spielberg en Los Fabelman. El director pensó en ella después de verla en la miniserie de 2019 Fosse/Verdon, en la que daba vida a Gwen Verdon, mujer de Bob Fosse y toda una celebridad en el Broadwary de los años cincuenta. La actriz confía sus estilismos a Kate Young, entre cuyos logros se encuentra la transformación de Selena Gómez de niña Disney a artista adulta, el brillar a Dakota Johnson más allá de Cincuenta sombras de Grey diferenciar a Sophie Turner de su Sansa de Juego de Tronos, y la conversión total de Margot Robbie, hoy toda una inspiración con looks como el Chanel estilo Barbiecore de los últimos Globos de Oro, ceremonia a la que acudía nominada como mejor actriz de comedia o musical por Babylon.
El nombre de Petra Flannery también se escuchará la noche del Oscar. La estilista vestirá de nuevo a la estrella de Avatar, Zoe Saldana, encargada de entregar uno de los galardones en el Dolby. Igualmente se hizo cargo del look con el que Claire Danes confirmó, hace unas semanas, su tercer embarazo sobre la alfombra roja de los Globo de Oro enfundada en un vestido blanco cubierto con flores superpuestas de Giambattista Valli. Suyo es además el look con el que Emma Stone deslumbró al recoger su Oscar en 2017, el último diseño que Riccardo Tisci realizó para Givenchy antes de dejar la firma, en el que trabajó un equipo de once personas durante mil setecientas horas. “Estaba directamente inspirado por La La Land. El concepto de la danza, el movimiento y el glamour Hollywood definitivamente me conquistó. Tanto Emma como yo quisimos que el vestido capturara esa sensación”, explicó Petra, que viste también a Amy Adams, Emilia Clarke, Ellen Pompeo o Reese Witherspoon, entre otros.
Emily Blunt, a quien vimos recientemente junto a su marido, John Krasinski en los Sag, vestida de Oscar de la Renta, acudirá a la ceremonia, en la que seguro volverá a centrar los flashes con el estilismo que haya elegido junto a Jessica Paster, con quien trabaja desde hace más de quince años; y quien seguro no defraudará será Angela Bassett en su estelar regreso a las alfombras rojas del mundo por su trabajo en Black Panther: Wakanda Forever, por el que es una de las favoritas al Oscar. Aliándose con la magia de la estilista Jennifer Austin, la intérprete nos ha regalado looks de ensueño durante las últimas semanas. ¿Volverá a desafiar supersticiones con el amarillo, como el del vestido de Giambattista Valli que eligió para acudir a la reciente entrega de los Sag?
A Ariana DeBose le toca entregar Oscar al mejor actor de reparto como ganadora de esta categoría el pasado año por West Side Story. No hay duda de que volverá a confiar su look a Zadrian Smith y Sarah Edmiston - Zadrian & Sarah-, que unieron fuerzas hace más de una década y trabajan para una cuidada lista de celebridades, después del éxito de su look de alta costura de Valentino en la gala de 2022, compuesto por capa, bralette y pantalón. Se le “iluminó la cara” nada más ver el conjunto, contaba Sarah y “cuando ves a un cliente responder de esa manera, no hay otra opción posible”.
“Nos conocimos en una sesión de Jimmy Choo e hicimos clic”, dice Julia von Boehm, que diseñó dos campañas publicitarias con Nicole Kidman antes de que la estrella le pidiera que considerara el estilo de la alfombra roja. En sus más de cinco años de trabajo juntas la estilista ha conseguido las piezas de pasarela más envidiables para mantener a su clienta en la cima de las listas de lass mejor vestidas, ya sea con Armani, Michael Kors o Ermanno Scervino. “Le debo mucho a Nicole, porque ella me enseñó cómo hacer el estilo de las celebridades, algo que nunca había hecho antes de conocerla. Así que me gusta darle exclusividad”, señala von Boehm. Nicole se codeará en la alfombra con otros nombres como los de Halle Berry, que confiará su look a Lindsay Flores, o el de Kate Hudson, vestida seguro por su amiga, la estilista colombiana Sophie Lopez -que suele aconsejar también a Jessica Alba en estas lides- .
Y si de poderosos estilistas hablamos, resuena también Micaela Erlanger, en quién confía Meryl Streep y capaz de obrar el milagro de que una total desconocida con nombre impronunciable, Lupita Nyong’o, se erigiera en el icono de estilo más original que ha dado Hollywood en los últimos tiempos; Leslie Fremar, la estilista neoyorquina que suele ocuparse de las estelares apariciones de Charlize Theron y Julianne Moore; Ilaria Urbinati, que en los últimos tiempos ha conseguido que los nombres de ellos también ocupen los primeros puestos de la listas de estilo, desde Rami Malek a Bradley Cooper, John Krasinski, Chris Evans o Dwyane Johnson. Y no olvidamos perfiles como los de Tara Swennen, aprendiz de Rachel Zoe y artífice de radial cambio de Kristen Stewart, Erin Walsh, favorita de bellezas como Anne Hathaway, Law Roach, el extravagante gigante de las rastas que ha convertido a Zendaya en la reina chic de la Gen Z o el de Harry Lambert, el británico que sacó a Harry Sytles del sartorialismo y le dio su nueva personalidad. Ellos son los que copan los listados de influencia, celebrities en sí mismos donde brilla el cartel de Hollywood.