Aunque hace ocho meses que nació el pequeño Teo, su segundo hijo con el exgimnasta Pablo Ibáñez, Ona Carbonell se siente lista para volver al deporte. De hecho, la nadadora olímpica y ganadora de MasterChef Celebrity 3 está empezando intensos entrenamientos, tal y nos contó en las bodegas de Protos, en Peñafiel (Valladolid). Allí, nos habló de la maternidad y de Pablo, al que ya llama marido. Sobre si se ha casado o hay planes, Ona guarda silencio ante ¡HOLA!
—Tienes intención de volver a la alta competición.
—Voy poco a poco y priorizando la familia, pero sí.
—¿Te ha costado recuperar tu figura?
—El problema es que estoy entrenando mucho menos. De kilos estoy bien, pero muscularmente estoy fatal. Tengo que ir subiendo la carga para volver al cuerpo de antes.
—¿Está siendo muy diferente esta nueva maternidad?
—Al mes de tener al primer hijo, volví a entrenar para los Juegos de Tokio. Fue muy duro. Ahora, me lo he tomado con más calma.
—¿Te apañas con dos?
—Es un no parar y no descansar. No duermo o duermo poco, pero bien —ríe—.
—Tras ganar MasterChef, ¿quién cocina en casa?
—Entre todos, siempre que puedo; si no, mi marido.
—¿Cuánto tiempo estás dedicando a entrenar?
—En pleno momento de entrenamiento, unas diez horas al día, seis días a la semana. Pero ahora mucho menos.
—Con eso horarios tan intensos, ¿cómo se compagina la maternidad?
—Por eso digo que aún no estoy a pleno funcionamiento. Claro, si es complicado con un niño, imagínate con dos… Es un deporte que exige muchas muchas horas. Iré viendo poco a poco.
“Siempre he tenido psicólogo y mental coaches, durante toda mi carrera. Es superimportante visibilizar la salud mental y verlo como algo superpositivo”
—Aunque sea injusto, muchas madres tienen sentimiento de culpa al reincorporarse al trabajo. ¿Es tu caso, con esos entrenamientos tan intensos?
—Siempre tendemos a sentirnos culpables. Constantemente. Ni estoy dedicando suficientes horas a la piscina ni suficientes a la familia. Pero, bueno, intento… Intento, que no digo que lo consiga, pero intento parar y poder disfrutar de cada momento.
—¿Ves a corto o medio plazo el fin de tu carrera?
—A corto plazo. Mucho más no voy a aguantar. Mi pasión y mis ganas están más en la familia que en el agua.
Mamá olímpica
—¿Tienes ya un plan B?
—Estoy haciendo cosas. Con el Comité Olímpico Español, estamos creando el primer Departamento de Maternidad del Deporte, para facilitar el camino a las deportistas que vengan detrás. También voy a entregar el trabajo final de grado de Diseño de Moda. Es una colección de trajes de baño con plásticos reciclados del mar. Además, soy socia del restaurante Nomo y sigo con mi sección en Televisión Española… Muchas cosas.
—Tu chico era gimnasta de alta competición. ¿Has compartido tus inquietudes cuando termine tu carrera deportiva?
—Ahora es empresario. Empezó su empresa desde la nada con su padre y su hermano. Me ayuda un montón. Siempre me dice que cree que estoy preparada para lo que sea, que el deporte te prepara. También me dice que no tenga miedo ni dudas, que lo que venga lo haré con empeño e ilusión.
—Hay deportistas que sienten un vacío cuando dan por finalizada su carrera. Por lo que dices, tu pareja ha positivizado esta situación, pero otros deportistas no saben por dónde tirar.
—También es normal. Ser deportista es muy duro y muchos lo pasan mal cuando llega el después. En mi caso, he sido consciente de que hay un final. Por eso, he intentado trabajarlo mientras he estado activa. Luego, he hecho muchas otras cosas: libros, documentales, programas de televisón… Por eso, me siento más preparada. Igualmente, cuando llegue el momento, tendré nervios y dudas.
—Desconozco si a los deportistas os preparan psicológicamente para ese momento. ¿En tu caso?
—Sí, durante toda mi carrera he tenido esa ayuda. Es superimportante visibilizar la salud mental y verlo como algo superpositivo. Todos necesitamos que nos ayuden mental y emocionalmente en algún momento de nuestras vidas. Siempre he tenido psicólogo y mental coaches durante toda mi carrera.
—Por cierto, hablas de Pablo como marido, pero no estabais casados… ¿Lo habéis hecho o hay planes?
—Generalmente, no hablo sobre algo tan personal —ríe—.
—A lo mejor, no te apetece casarte. Con dos hijos ya hay más que compromiso de vida.
—Total. Desde doce o trece años que llevamos ya…
—Pero, ¿para ti es fundamental casarte o no?
—En general no hablo sobre este tema ni sobre los más personales.