Cuando hablas conMiguel Ángel Tobías, su energía traspasa el teléfono. Y es que este vasco de sonrisa amplia fue durante un tiempo uno de los presentadores estrella de TVE, estuvo al cargo de 'Españoles por el mundo', es director, guionista y productor de grandes documentales; está comprometido con la difusión de valores, causas sociales y benéficas y tiene en sus bolsillos muchas historias para contar.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
“Con 'Españoles por el mundo' me recorrí el planeta, aunque el motivo del programa evidentemente no era ver temas sociales, cuando levantaba los ojos de la cámara me daba cuenta de que había realidades muy duras en muchas partes del mundo. Y me comprometí conmigo mismo en que en algún momento volvería a esos sitios, ya detrás de las cámaras para rodar proyectos sociales y ayudar a las personas que están en mayor situación de vulnerabilidad en el mundo, que desgraciadamente hay muchas. Esto me llevó a arrancar hace 15 años con un proyecto social, solidario y benéfico”.
Así empieza nuestra agradable y tranquila charla (“siempre vamos corriendo a todos lados”) en la que recuerda con cierta nostalgia comocuando empezó la pandemia y el confinamiento estuvo dos meses como voluntario en una Residencia de Mayores. “Era ese momento donde no había EPI, ni mascarillas. Ahí me di cuenta, hablando con los residentes, sus familiares y los trabajadores de la residencia, de que las secuelas que iba a dejar la Covid, más allá de las propias de la enfermedad, serían psiquiátricas, psicológicas, emocionales y existenciales”.
En ese momento, Miguel Ángel, nacido en Barakaldo hace 55 años, pensó que había que hacer algo “que llevara optimismo, comprensión, escucha y herramientas a las personas para tratar de paliar esas situaciones de miedo, angustia, ansiedad e incertidumbre que nos iban a invadir”.
“El Camino Interior”
Fue entonces cuando creó este proyecto audiovisual, “El Camino Interior”, que hoy se va a presentar en Madrid bajo la presidencia de la reina Letizia en el Espacio Fundación Telefónica en la Gran Vía madrileña.
“Hace ya cuatro años, tuve la oportunidad de charlar con la reina Letizia en un evento en el que yo presentaba el tráiler de la película Me llamo Gennet”, la historia de la primera universitaria sordociega de nacimiento, que se licenció en una universidad en Europa. “En esa ocasión vi de una manera muy clara y evidente el compromiso de la Casa Real con las causas sociales y en particular de la Reina, que sigue de cerca el tema de los problemas mentales”.
Las cifras no mienten. Miguel Ángel me traslada un dato terrible: “¿sabes que oficialmente una de cada cuatro personas vamos a tener una depresión clínicamente diagnosticada?”. Es un asunto muy grave y para mí es un honor contar con el apoyo de la reina Letizia en esta presentación”.
Desde León hasta Finisterre
La serie documental se grabó durante 16 etapas del Camino de Santiago, desde León hasta Finisterre. Una aventura en la que Miguel Ángel, acompañado por personas que, “habiendo tenido experiencias vitales y profesionales muy intensas, charlan acerca de todo lo que nos afecta y nos preocupa a los seres humanos. Imagínate hasta qué punto me llevé el concepto, que de los 17 que somos, 13 hemos estado al borde de la muerte, lo que nos obligó en ese momento a repensar la vida, que es justo lo que la pandemia nos ha obligado a toda la Humanidad”.
El decorado de este documental no era desconocido para este aventurero: “ya había hecho el Camino de Santiago antes en solitario y lo conocía bien, sabía de su magia”. La situación de la pandemia le permitió rodar cuando todavía no había peregrinos, tan solo rodeado de su equipo de 25 personas. “Los planos son verdaderamente impresionantes”.
Con cada uno de sus “compañeros caminantes”, ha hablado de temas como la muerte, el amor, el duelo, la familia, la amistad, el miedo, la angustia, la fuerza, el valor para caminar por la vida y por supuesto, la parte particular de sus propias experiencias vitales personales: “hemos hecho medicina para el alma”.
Disponible ya en Movistar+, “El Camino Interior” pretende dar al espectador algunas claves para “no sentirse solo, para que alguien camine a nuestro lado. Creo que la comunicación es muy importante, que necesitamos abrirnos… hoy nadie tiene miedo a mostrar un brazo escayolado, pero tenemos muchísimo miedo a mostrar nuestra vulnerabilidad psicológica y emocional, por miedo a perder relaciones, perder amistades, perder trabajos, cuando es justo lo contrario. Y es que cuanto más somos capaces de mostrar nuestra vulnerabilidad, más fuerza adquirimos y más empatía generamos en los demás. La realidad es que el mundo está lleno de personas dispuestas a ayudarnos. Pero claro, para hacerlo tienen que saber que estamos mal, que necesitamos ayuda. Y de todo esto hablamos en la serie”.
La psicóloga Alejandra Vallejo-Nágera, el aventurero Albert Bosch, el nadador David Meca, el coach Pedro García Aguado, el periodista Quico Taronjí, el fallecido neuropsiquiatra José María Poveda, el cirujano Mario Alonso Puig, el tenor y humorista José Manuel Zapata, la aventurera Alicia Sornosa, el naturalista Nacho Dean, el periodista Miguel Blanco, el empresario José Ramón García, la empresaria Bisila Bokoko, la montañera Edurne Pasaban, el ex-esquiador paralímpico Cristian Sainz de Marles y el empresario Javier Benavente, caminan junto a Tobías en este viaje transformador.
Antes de despedirnos, me invita a leer su libro 'Renacer en los Andes', un relato desgarrador sobre sus propias experiencias cercanas a la muerte y el sentido de la vida. “Estuve a punto de morir ahogado y envenenado en África y en la cordillera de los Andes, cuando después de abandonar el campo base de noche, me perdí. Sin agua, sin comida, a muchos grados bajo cero y sabiendo que no iban a ir a buscarme, la muerte era ya cuestión de horas. Hasta que pedí ayuda y «alguien» me la dio.