¿De verdad que un programa que terminó hace 22 años sigue interesando hoy día? Sí. ¿A la generación post Z también? Mucho. ¿Tanto como para abrir ediciones digitales de periódicos y revistas? Vaya. Pero ¿Cómo es posible que, más de dos décadas después y con cámaras metidas hasta en los baños, sigamos descubriendo secretos y quedándonos boquiabiertos con sus revelaciones? Pues siéndolo, cariño. Porque OT1 es un pozo insondable de noticias. Inagotable. Inconmensurable. Inabarcable… Y todo lo que se nos ocurra que signifique “infinito” y que empiece, evidentemente, por “in”. ¿Intergeneracional? No tiene que ver, pero, vale, también. Algo así como los índices de “Los Cuentos de Canterbury”, el “Decamerón”, de Bocaccio y “Las Mil y una noches”, todos juntos, pero en modo televisión. Y en musical. Y en reality. Y en adolescente. Un no parar y, para los que nos dedicamos a esto, un a Dios gracias. Porque pensábamos, película mediante, que todo estaba ya dicho con aquel mítico llanto de Geno frente a un “vanity mirror” minutos antes de salir al escenario de Almería en la macrogira OT 2001. Ya saben, ese amargo retrato del lado trágico, doliente y desesperado de una generación nacida para el éxito que lo pagaba con sangre, sudor, intimidad y lágrimas... Pero no. Ése era tan solo el principio. Luego vendría que si Chenoa en chándal gris. Que si Rosa sin voz. Que si Chenoa y Rosa tirándose los trastos. Que si Busta se separa de Paula Echevarría. Que si Gisela va a Eurovisión representando a Andorra. Que si Busta y Gisela fueron pareja… ¡¡¿Perdón?!! Que Busta y Gisela fueron pareja. Pero ¿esto se sabía? No, no se sabía. Y muerta te quedas. Se podía… ¿intuir? De hecho, eso es lo que cuenta la catalana, que lo suyo con el de San Vicente de la Barquera era un secreto a voces y que, a ver, tanto tiempo después, con cada uno sus parejas, sus carreras, son cuarenta añitos sobre las espaldas… Oye, ¿cómo no lo iba a confesar de una vez? Eran dos chavales, además. De 19 y 20 años. Y que lo extraño es que, con tanta juventud a flor de piel, no hubiera pasado… Porque, sí. Se lo hemos preguntado a Gisela y ella le ha quitado hierro al asunto aunque -todo hay que decirlo- David, por el momento, guarda silencio. Incluso, con ella. Ni un telefonazo siquiera. Ocurrió la semana pasada, junto a su íntima Natalia y esto hay que remarcarlo porque parecía que todos, los 16 concursantes, eran íntimos y resulta que no, que no lo eran. O, al menos, que no lo eran tanto. Nos encontrábamos con la triunfita en la cena benéfica para la lucha contra el cáncer de mama que organizó UNOde50 en el Casino de Madrid donde, por cierto, Natalia, ante las palabras de su amiga, nos chivó que éste es uno de los cienes y cienes de secretos que guardan aún las paredes de aquella mítica Academia. Y, aviso a navengantas, quizás algún día les dé por soltarse la lengua… .- ¿Cómo estáis? Se os ve felices.Natalia. ¿Felices?Gisela: S, bueno, felices..- Oye, por favor, y ¿esa falta de entusiasmo?(risas)Gisela: Es que la felicidad es una cosa que no es continuada, ¿no? Son momentos.Natalia: Pero el balance es guay, Gisela. Gisela: Sí, vale, no podemos quejarnos.Natalia: Tenemos salud, tenemos trabajo…Gisela: Estamos divinas de la muerte, vale (risas)Natalia: Y tenemos amor. Así que, teniendo estas tres cosas….- ¿Qué más se puede pedir, claro…? Venga, va, Natalia. Ese amor…Natalia: Pero si vinisteis a mi cumpleaños, ¡qué os voy a contar que no sepáis! Estoy enamorada. Estoy contenta. Estoy feliz. Voy a hacer un año con mi chico… Estoy bien. Fluyendo..- ¿Planes de algo más?Natalia: No tengo ningún plan. Me gusta improvisar. .- O sea, que ni campanas de boda ni…Natalia: Ni campanas de boda ni campanas de niño. Nada de eso. Quiero fluir. Disfrutar. Vivir el presente. Porque, mira, cuando has hecho planes y se te han caído, todos, de repente, pues duele mucho. Yo… ya soy una persona de no hacerme ilusiones y de vivir el presente. Prefiero que me sorprenda el futuro. No me gusta pensar: “Ay, a ver si me caso”, “Ay, voy a ser madre”. ¡No! Me niego. Porque ¿Y si luego esos planes no salen? ¿Qué pasa entonces? A mí eso ya me pasó y me llevé la host* de mi vida. Directamente. Así, te lo digo. Entonces, cuando te llevas una host* así de grande, dices: “Ya no más Santo Tomás”. Ahora, te digo, lo que venga, bienvenido sea. Yo quiero disfrutar y lo que tenga que ser, será. Que me sorprenda la vida. .- Y tú Gisela, ¿Eres de la misma opinión?Gisela. En mi caso, pocas novedades. Llevo con mi chico tantos años ya… Yo estoy en la lucha de las parejas (risas), que no siempre son fáciles….- ¿Nos vas a aclarar lo de Bustamante? ¿Alguna revelación más?Gisela: Pues tengo más ¿eh? (risas) Tengo más revelaciones.- ¿Cómo?Gisela: No de chicos. No hubo más chicos de la Academia.- AhhhGisela: A ver, que hay más vida más allá de los chicos (risas) Que pasaron más cosas en mi vida. Otro salseo… Pero que de aquello han pasado 22 años….- Precisamente, por eso. Que nos tengamos que enterar 22 años después tiene bemoles…Gisela: Era un secreto a voces. No me digas que no lo habías oído, ¿no? Y bueno, estaba en el programa en el que ahora colaboro y, como me sentía como en familia, salió el tema y dije: “mira, oye, voy a contarlo”. .- Y ¿por qué no? ¿Por qué ocultarlo tanto tiempo?Gisela: Pues mira en aquel momento estábamos confundidos. Éramos muy jóvenes, y viendo cómo se mueve la prensa rosa -o movía-, pensamos que sería mejor separar nuestra vida personal de nuestra vida profesional, que se hablara más de nuestras carreras que de nuestro noviazgo… Que igual nos equivocamos, puede ser eh? Porque al final lo del noviazgo daba para más… .- ¿Cómo?Gisela: Qué al final, sales más en prensa yo creo si vas por ese camino, el del noviazgo… Pero en aquel momento, fue la decisión que tomamos y que se respetó por todos..- Porque todos lo sabíais, claro…Natalia: Obvio. Todos lo sabíamos. Hombre, tú me dirás..- Fue…Gisela: un pacto de silencioNatalia: y con más cosas. Lo que no sabéis (risas) No veas todo lo que nos callamos. .- Pero ¿eso era una Academia o Sodoma y Gomera?(risas)Gisela: Yo hablo de lo mío. De lo otro, que hablen los demás. Pero vamos, que nos podemos sentir todos libres de contar ahora porque tampoco tiene nada la mauyor trascendencia… .- ¿Qué te ha dicho David? ¿Has hablado con él?Gisela: Qué va. No me ha llamado. .- Qué discreto, ¿no?Gisela: Es que hace mucho que no sé de David, también te digo. Natalia: Yo tampoco. Quizás está en su espacio. Desconectado…Gisela: Pero vamos, imagino que nos echaremos unas risas cuando nos veamos. Si me llama, ya os contaré. Pero no creo que se haya enfadado ni nada… Si éramos unos adolescentes… Teníamos… Mira, él tiene dos años menos que yo. Si él tenía 19 recién cumplidos, yo estaba a punto de los 21…Natalia: Chavales de 20 años, encerrados todo el día… Es que el roce hace el cariño. .- En cierto modo, si no hubieran surgido esas parejitas, Chenoa con Bisbal, tú con Busta… Eso habría sido lo extraño, ¿no?Natalia: Hormonas revolucionadas, muchas horas, tensión… ¿Qué quieres?.- ¿Qué nos quieres contar, Natalia?Natalia: (risas) Nada, nada. ¿Yo? Nada. Gisela: Y que además, cari, que Busta estaba m juy bueno, qué quieres que te diga. Y yo, también (risas) .- Los dos, estupendos. Y hoy, también. Y planes con tu chico. ¿Boda? ¿Papás?Gisela: la verdad es que estamos muy bien como estamos y lo que tenga que venir ya vendrá. Tenemos una vida en común, un proyecto en común… Y niños… Es algo que tenemos en stand by porque… no es fácil. Que si llega, llegará, pero no quiero obsesionarme porque es algo que a muchas mujeres nos causa ansiedad y no quiero llegar a ese extremo. Prefiero estar tranquila, cuidar mi salud mental y fluir, como Natalia.
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¿De verdad que un programa que terminó hace 22 años sigue interesando hoy día? Sí. ¿A la generación post Z también? Mucho. ¿Tanto como para abrir ediciones digitales de periódicos y revistas? Vaya. Pero, ¿cómo es posible que, más de dos décadas después y con cámaras metidas hasta en los baños, sigamos descubriendo secretos y quedándonos boquiabiertos con sus revelaciones? Pues siéndolo, cariño. Porque OT1 es un pozo insondable de noticias. Inagotable. Inconmensurable. Inabarcable… Y todo lo que se nos ocurra que signifique “infinito” y que empiece, evidentemente, por “in”. ¿Intergeneracional? No tiene nada que ver, pero, vale, también. OT fue algo así como los Los Cuentos de Canterbury, los de Las Mil y una noches y El Decamerón, de Bocaccio. Todos sumados juntos. Pero en formato televisión. Y en musical. Y en reality. Y en adolescente. Un no parar y, para los que nos dedicamos a esto, un “a Dios, gracias”.
Porque pensábamos, película mediante, que todo estaba ya dicho con aquel mítico llanto de Geno frente a un vanity mirror minutos antes de salir al escenario de Almería en la macrogira OT 2001. Ya saben, ese amargo retrato del lado trágico, doliente y desesperado de una generación nacida para el éxito que lo pagaba con sangre, sudor, intimidad y lágrimas... Pero no. Ése era tan solo el principio. Luego vendría que si Chenoa en chándal (gris). Que si Rosa sin voz. Que si Chenoa y Rosa tirándose los trastos. Que si Busta se separa de Paula Echevarría. Que si Gisela va a Eurovisión representando a Andorra. Que si Busta y Gisela fueron pareja… ¡¡¿Perdón?!! Que-si-Busta-y-Gisela-fueron- pareja... Pero ¿Esto se sabía? No, no se sabía. Y muerta te quedas. Se podía… ¿intuir? De hecho, eso es lo que cuenta la catalana. Que lo suyo con el de San Vicente de la Barquera era un secreto a voces y que, a ver, tanto tiempo después, con cada uno sus parejas, con sus carreras, con sus cuarenta añitos sobre las espaldas… Oye, ¿cómo no lo iba a decir a los cuatro vientos de una vez? Eran dos chavales, además. De 19 y 20 años. Y que lo raro habría sido que, con tanta juventud a flor de piel, no hubiera pasado… Porque, sí.
Se lo hemos preguntado a Gisela y ella le ha quitado hierro al asunto aunque -todo hay que decirlo- David, por el momento, guarda silencio sobre el tema. Mudo. Incluso, con ella. Ni un telefonazo siquiera. Ocurrió la semana pasada, junto a su íntima Natalia y esto hay que remarcarlo porque parecía que todos, los 16 concursantes, eran íntimos y resulta que no, que no lo eran. O, al menos, que no lo eran tanto. Nos encontrábamos con la triunfita en la cena benéfica para la lucha contra el cáncer de mama que organizó UNOde50 en el Casino de Madrid donde, por cierto, Natalia, ante las palabras de su amiga, nos chivó que esta trama es una de los “cienes y cienes” de secretos que guardan aún las paredes de aquella mítica Academia. Y, aviso a navengantas, quizás algún día les dé por soltarse la lengua…
-¿Cómo estáis? Se os ve felices.
-Natalia: ¿Felices?
-Gisela: Sí, bueno, felices.
-Oye, por favor, y ¿esa falta de entusiasmo?(risas)
-Gisela: Es que la felicidad es una cosa que no es continuada, ¿no? Son momentos.
-Natalia: Pero el balance es guay, Gisela.
-Gisela: Sí, vale, no podemos quejarnos.
-Natalia: Tenemos salud, tenemos trabajo…
-Gisela: Estamos divinas de la muerte, vale (risas)
-Natalia: Y tenemos amor. Así que, teniendo estas tres cosas…
-¿Qué más se puede pedir, claro…? Venga, va, Natalia. Ese amor…
-Natalia: Pero si vinisteis a mi cumpleaños, ¡qué os voy a contar que no sepáis! Estoy enamorada. Estoy contenta. Estoy feliz. Voy a hacer un año con mi chico… Estoy bien. Fluyendo.
- ¿Planes de algo más?
-Natalia: No tengo ningún plan. Me gusta improvisar.
- O sea, que ni campanas de boda ni…
-Natalia: Ni campanas de boda ni campanas de niño. Nada de eso. Quiero fluir. Disfrutar. Vivir el presente. Porque, mira, cuando has hecho planes y se te han caído, todos, de repente, pues duele mucho. Yo… ya soy una persona de no hacerme ilusiones y de vivir el presente. Prefiero que me sorprenda el futuro. No me gusta pensar: “Ay, a ver si me caso”, “Ay, voy a ser madre”. ¡No! Me niego. Porque, ¿y si luego esos planes no salen? ¿Qué pasa entonces? A mí eso ya me pasó y me llevé el golpe de mi vida. Directamente. Así, te lo digo. Entonces, cuando te llevas un golpe así de grande, dices: “Ya no más Santo Tomás”. Ahora, te digo, lo que venga, bienvenido sea. Yo quiero disfrutar y lo que tenga que ser, será. Que me sorprenda la vida.
- Y tú Gisela, ¿eres de la misma opinión?
-Gisela. En mi caso, pocas novedades. Llevo con mi chico tantos años ya… Yo estoy en la lucha de las parejas (risas), que no siempre son fáciles…
-¿Nos vas a aclarar lo de Bustamante? ¿Alguna revelación más?
-Gisela: Pues tengo más ¿eh? (risas) Tengo más revelaciones.
-¿Cómo?
-Gisela: No de chicos. No hubo más chicos de la Academia.
- Ahhh
-Gisela: A ver, que hay más vida más allá de los chicos (risas). Que pasaron más cosas en mi vida. Otro salseo… Pero que de aquello han pasado 22 años…
-Precisamente, por eso. Que nos tengamos que enterar 22 años después…
-Gisela: Era un secreto a voces. No me digas que no lo habías oído, ¿no? Y bueno, estaba en el programa en el que ahora colaboro y, como me sentía como en familia, salió el tema y dije: “mira, oye, voy a contarlo”.
- Y ¿por qué no? ¿Por qué ocultarlo tanto tiempo?
-Gisela: Pues mira en aquel momento estábamos confundidos. Éramos muy jóvenes, y viendo cómo se mueve la prensa rosa -o movía-, pensamos que sería mejor separar nuestra vida personal de nuestra vida profesional, que se hablara más de nuestras carreras que de nuestro noviazgo… Que igual nos equivocamos, puede ser, porque al final lo del noviazgo daba para más…
-¿Cómo?
-Gisela: Qué al final, sales más en prensa yo creo si vas por ese camino, el del noviazgo… Pero en aquel momento, fue la decisión que tomamos y que se respetó por todos.
-Porque todos lo sabíais, claro…
-Natalia: Obvio. Todos lo sabíamos. Hombre, tú me dirás.
-Fue…
-Gisela: un pacto de silencio
-Natalia: y con más cosas. Lo que no sabéis (risas). No veas todo lo que nos callamos.
- Pero, ¿eso era una Academia o Sodoma y Gomera? (risas)
-Gisela: Yo hablo de lo mío. De lo otro, que hablen los demás. Pero vamos, que nos podemos sentir todos libres de contar ahora porque tampoco tiene nada la mauyor trascendencia…
-¿Qué te ha dicho David? ¿Has hablado con él?
-Gisela: Qué va. No me ha llamado.
- Qué discreto, ¿no?
-Gisela: Es que hace mucho que no sé de David, también te digo.
-Natalia: Yo tampoco. Quizás está en su espacio. Desconectado…
-Gisela: Pero vamos, imagino que nos echaremos unas risas cuando nos veamos. Si me llama, ya os contaré. Pero no creo que se haya enfadado ni nada… Si éramos unos adolescentes… Teníamos… Mira, él tiene dos años menos que yo. Si él tenía 19 recién cumplidos, yo estaba a punto de los 21…
-Natalia: Chavales de 20 años, encerrados todo el día… Es que el roce hace el cariño.
- En cierto modo, si no hubieran surgido esas parejitas, Chenoa con Bisbal, tú con Busta… Eso habría sido lo extraño, ¿no?
-Natalia: Hormonas revolucionadas, muchas horas, tensión… ¿Qué quieres?
-¿Qué nos quieres contar, Natalia?
-Natalia: (risas) Nada, nada. ¿Yo? Nada.
-Gisela: Y que además, cari, que Busta estaba muy bueno, qué quieres que te diga. Y yo, también (risas).
- Los dos, estupendos. Y hoy, también. Y planes con tu chico. ¿Boda? ¿Papás?
-Gisela: la verdad es que estamos muy bien como estamos y lo que tenga que venir ya vendrá. Tenemos una vida en común, un proyecto en común… Y niños… Es algo que tenemos en stand by porque… no es fácil. Que si llega, llegará, pero no quiero obsesionarme porque es algo que a muchas mujeres nos causa ansiedad y no quiero llegar a ese extremo. Prefiero estar tranquila, cuidar mi salud mental y fluir, como Natalia.
-Natalia: Eso amiga, fluyamos juntas.