A principios del mes de febrero, la industria musical internacional quedaba sorprendida por una inesperada noticia: Rosalía se desvinculaba de Rebeca León. Además de CEO de Lionfish Entertainment, es la representante norteamericana que había llevado las riendas de su vida profesional a lo largo de estos últimos cuatro años y que, a pesar de las barreras idiomáticas, había logrado convertirla en una estrella global en tiempo récord. Ahora ¡HOLA! cuenta la intrahistoria.
Según nos deslizan, Rosalía y Rebeca emprendieron caminos separadosel pasado 31 de enero, al concluir su relación contractual. Sin embargo, fue meses atrás cuando la intérprete de Despechá tomó la determinación de no renovar el acuerdo. De hecho, poco antes de terminar la primavera, semanas antes de que comenzara su Motomami Tour, la cantante comunicó a su ya exmanager su deseo de volar por su cuenta. La sorpresa de Rebeca fue supina, por lo inesperada de la noticia y porque no habían existido fricciones entre ellas. Sin embargo, todo se llevó a cabo en términos amistosos.
En ese mismo instante, Rosalía asignó todas las tareas de representación a su madre, Pilar Tobella, que también cuenta con la ayuda de su hermana, Pili. La artista depositaba así toda su confianza a sus dos pilares fundamentales, que ya la habían ayudado en su fulgurante ascenso. Desde hacía años, su madre venía participando en la toma de decisiones de la cantante, cerrando contratos y hasta ejerciendo de road manager.
Por su parte, su hermana mayor, Pili, se había estado encargando de su imagen –la mayoría de los estilismos llevan su sello– y de acompañarla también a distintos viajes. Al rescindir su contrato con su agente, Rosalía podía premiar más económicamente a su madre y su hermana. Igualmente, puede seguir consultando sus decisiones con su novio, Rauw Alejandro, aunque la cantante se guía por su instinto.
Cuatro años de relación
Rebeca León, nacida en Miami y de ascendencia cubana, conoció a la intérprete catalana gracias a Juanes. El colombiano, representado suyo, llamó a la agente norteamericana después de ver a Rosalía en un pequeño concierto que tuvo lugar en Madrid en 2018, ante cincuenta personas. “Me dijo que había visto a una mujer que era como la hija de Björk y Whitney Houston y que le había hecho llorar”, contó la norteamericana años después de aquella llamada con Juanes. “Me aseguró que sería nuestra Edith Piaf”, añadió en la misma entrevista.
Rebeca no tardó en reaccionar y empezó a hacerse cargo de la carrera de Rosalía, quien entonces se preparaba para publicar El Mal Querer –el álbum que incluía Malamante–. De la manager fue la idea de anunciar el lanzamiento discográfico en una de las pantallas de Times Square neoyorquino. Pero León se encargó de posicionar a la cantante de otras muchas formas. Antes de que saliera a la luz El Mal Querer, León auspició las primeras sesiones de grabación con Pharrell Williams, superproductor de estrellas como Beyoncé, Madonna, Britney Spears o Justin Timberlake, además de ser artífice de algunos de los mayores éxitos discográficos de los últimos veinte años –como Havana, de Camilla Cabello; Blurred Lines, de Robin Thicke; Get Lucky, de Daft Punk; o Happy, del propio Pharrell, por poner unos ejemplos–. De aquellas sesiones y de otras posteriores con el productor saldrían Hentai y la canción Motomami.
Pero la labor de Rebeca fue mucho más relevante en el ascenso mundial de Rosalía, ya que consiguió colaboraciones con todos los tótems de la música latina. Con J Balvin, grabó primero Brillo y, meses después, Con Altura, que supuso el primer tema de reggaeton de la catalana. Después, llegó Yo X Ti Tú X Mí, con Ozuna, otro artista que estaba entonces en la cartera de la norteamericana. A continuación, publicó canciones con Bad Bunny, Daddy Yankee, Billie Eilish y el rapero Travis Scott, entonces pareja de Kylie Jenner. Además de incluir un dueto con The Weeknd en su tercer disco, Motomami, Rebeca logró cerrar con ella grandes acuerdos publicitarios y apariciones en los principales eventos mundiales de la música, como los premios MTV y los Grammy Latinos. Rosalía se convertía así en una figura del pop a nivel global.
Pero su relación con León fue más allá de lo profesional. De hecho, la cantante pasó una larga temporada en su casa, cuando se vio sorprendida por el estallido de la pandemia en aquel marzo de 2020. Al encontrarse en Estados Unidos y sin la posibilidad de regresar a España, Rosalía terminó quedándose en Miami con su representante. “No iba a quedarme sola en una casa la cuarentena y me vine a casa de Rebeca”, explicó la intérprete en una videollamada a El Hormiguero. “Hay una habitación pequeñita para hacer música, micro y ordenador… Echo las horas en hacer canciones”, añadió.
Ahora que vuela sin la ayuda de Rebeca, Rosalía ha conseguido algunos logros: sacar su propio refresco de Coca-Cola o cantar en el desfile de Louis Vuitton, dentro de la última edición de la Semana de la Moda de París. Sin embargo, la gran incógnita es ver cuál será el próximo movimiento de la catalana a nivel musical, aunque acabe de dar pistas con el lanzamiento de LLYLM, el primer single de la era post Motomami. De momento, Rosalía estará ocupada hasta verano, en una gira que la llevará por festivales de América y Europa. De hecho, la catalana aparece como uno de los principales atractivos de la próxima edición de Coachella, ya consagrada como estrella del pop.