Audrey Hepburn desayunaba delante de unas lujosas vitrinas repletas de joyas en la Quinta Avenida cuando amanecía en uno de esos días rojos... Porque los negros son aquellos en los que uno engorda o llueve demasiado, en los que se está triste y nada más. Sin embargo, en los rojos de repente se tiene miedo y no se sabe por qué. Solo delante de piedras preciosas y brillantes sentía que se le calmaban los nervios porque, en un sitio tan maravilloso, nada malo le podía ocurrir. Y así, de rojos, pasaban a ser espléndidos días rosados. De rosa pintó precisamente UNOde50 la noche del jueves. La firma de joyería retó al gélido frío de febrero con una cálida velada bajo las lámparas art decó del Casino de Madrid, donde celebró una emocionante cena solidaria a favor de la asociación GEICAM, que investiga y combate el cáncer de mama.
Allí, ante numerosos rostros conocidos, se subastaron piezas de arte, firmadas por José Azulay, Presidente de UNOde50, y también diseños de la última colección de joyería de la Casa, entre ellos, el collar edición limitada Mysterious, que lució la actriz Goya Toledo en la última gala de los Goya.
“Estoy soltera y sin compromiso”, confesó Lara Álvarez, que sueña con poner “un Brad Pitt” en su vida
Niña de rosa, así llamó por última vez el padre de Cristina Castaño a su hija antes de, aquejado de un cáncer, decirle adiós. Lo revelaba sobre el escenario en uno de los momentos más emotivos de la cena solidaria que contaba con la actriz como maestra de ceremonias y con Marta Sánchez, enfundada en un vestido de strass dorado de Carla Ruiz, como showgirl. La de Soy yo cerraría por todo lo alto esta noche de sentimientos y recuerdos con un concierto que, como ella misma dijo, pretendía celebrar la vida. No en vano levantó de sus asientos a todos los asistentes con su I will survive. Desde actores y actrices como Manuela Velasco, Olivia Molina y Alfonso Bassave a presentadoras como Carme Chaparro, Elsa Anka, Toñi Moreno o Lara Álvarez, pasando por cantantes como Brisa Fenoy, u otras celebrities como la fotógrafa Rocío Aguirre o Mishel Gerzig , la espectacular novia de Thibaut Courtois.
Arantxa del Sol y Elsa Anka participaron en la noche solidaria que se convirtió en una gran celebración de la vida
“Estoy soltera y sin compromiso. Aunque te confieso que con ganas de comprometerme”, nos revelaba Lara Álvarez, la estrella asturiana de Mediaset en unas merecidas vacaciones de Supervivientes. Pero entonces, ¿quién sería ese hombre que alejaría a la Álvarez de la soltería? Ella no lo duda ni un instante: “¡Brad Pitt!”. Patricia Cerezo nos presentaba a su “Brad” particular, su media naranja Kiko Gámez, con quien no se prodiga especialmente en actos sociales y con quien ha encontrado “el compañero ideal para gozar la vida”.
Con el tema I will survive, Marta Sánchez logró levantar al público de sus asientos y ponerlo a bailar
Otras invitadas, sin embargo, se encontraban en pleno proceso de sanación tras su ruptura. Era el caso de Elena Tablada, quien, tras su separación definitiva de Javier Ungría, ¿de nuevas parejas? Ni hablar. “Ahora mismo no me quiero enamorar de nadie. Me toca enamorarme de mí”, declaraba la joven para quien el desenlace de su relación ha sido “cruel y sorprendente”. Y de sorpresa en sorpresa —dentro del contexto OT— la relación que mantuvieron como un secreto a voces Gisela con David Bustamante y que la cantante catalana se atrevió a revelar hace unos días. ¿David qué le ha dicho? “Nada. No me ha llamado. Hace tiempo que no hablamos. Pero, ¿cómo se va a enfadar? Fue una cosa de chiquillos”, recordaba entre risas, acompañada de su inseparable Natalia, quien aseguraba que se encuentra en uno de los mejores momentos de su vida porque ha descubierto que “hay que dejarse fluir”.
Y en ese mismo mood, una delgadísima Rocío Flores que, junto a su tía, Gloria Camila, fueron las últimas en pasar por la alfombra roja de UNOde50. Sin embargo, por mucho que ahora se encuentre en un momento de calma, la hija de Rocío Carrasco confesó que solo ahora, cuando ha logrado alejarse de las cámaras, ha podido encontrarse consigo misma y que lo que se prometía como su gran oportunidad televisiva, se le reveló como un jarro de agua fría. Tanto incluso como para creer que los focos y los platós le han “destrozado la vida”. Menos mal que siempre nos quedará París, como decían en Casablanca. O las redes. Ahí encamina ahora todos sus esfuerzos.
Mishel Gerzig, prometida de Courtois, presumió de buena relación con su “suegra”