La imagen de Iñaki y Ainhoa cogidos de la mano cambió la vida de dos familias y, aunque, inicialmente, la situación era confusa, la información que llegaba a ¡HOLA! siempre era la misma: “Los matrimonios están rotos y la relación de Iñaki y Ainhoa es seria”. Se cumplió todo y ahora se avecina una nueva etapa.
Armentia y su marido, Manuel Ruiz, casados desde mayo de 2003, tardaron pocos meses en poner fin a su matrimonio, después de diecinueve años de casados y uno de crisis. Todo su entorno sabía que hacía tiempo que no atravesaban su mejor momento, y pese al shock inicial de Ruiz tras la tormenta mediática , para ellos no fue difícil: concluyeron lo que habían hablado y todo lo demás vino “rodado”.
La situación de Iñaki Urdangarin, sin embargo, era diferente; y la infanta Cristina se encontró con otra pesadilla con la que no contaba. La infanta de España que había renunciado a casi todo por amor había sido traicionada después de superar los años más difíciles, el juicio público, la caída en desgracia, la cárcel, el vacío... Cuando ya no les quedaba mucho para empezar donde lo dejaron, tras una década de suplicio , la publicación de esas fotografías precipitaron la interrupción de su relación matrimonial.
Sus hijos, su mayor prioridad
Para Ainhoa ‘poco’ ha cambiado la vida desde entonces. Si bien es cierto que de la noche a la mañana tuvo que hacer frente a la presión de los medios de comunicación -al pasar de ser una persona anónima a un personaje público-, el resto de sus rutinas se han mantenido como hasta ahora.
La analista contable, que se había refugiado en el piso de su padre tras hacerse pública su relación con el marido de la infanta, volvió a su casa, al que fue el domicilio conyugal desde 2016, con sus dos hijos y su exmarido y buscó una nueva residencia. Divorciados, cada uno siguió su camino, aunque manteniendo una buena relación por el bien de sus dos hijos en común.
Porque para Ainhoa ellos son su prioridad. Aunque en los últimos tiempos ha sido habitual ver a Iñaki y Ainhoa disfrutando de diferentes planes en pareja -el último, esquiando en Baqueira-Beret-, lo cierto es que no hay plan con Iñaki si sus hijos están de por medio.
Al principio, los espacios estaban más delimitados, pero después del divorcio, los pequeños están presentes en la vida de Iñaki. Eso sí, dentro de la intimidad que ofrece la casa de Ainhoa, puesto que es habitual que el exduque de Palma frecuente el hogar de Ainhoa estando los niños en ella.