Hace unas semanas, Susana Molina, más conocida en las redes como Susana Bicho, se sometió a una operación de pecho. La influencer, que saltó a la fama al participar en Gran Hermano y La isla de las tentaciones, decidió pasar por quirófano para quitarse un bultito y, de paso, retocarse la zona. Afortunadamente, la intervención ha sido todo un éxito.
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Así nos lo contó ella misma el pasado jueves 16 de febrero en la Semana de la Moda de Madrid, donde asistió al desfile de Andrés Sardá para ver desfilar a su amiga Dulceida y nos habló de la situación actual de su amiga Anabel Pantoja. Pero Susana no sólo es creadora de contenido en redes, sino que también triunfa en el plano empresarial junto a su pareja, Guillermo Valle, con quien fundó Vive App, una aplicación con la que han sido nominados a los Premios Ídolo 2023 en la categoría de Emprendimiento digital.
-Has venido a ver desfilar a Dulceida. ¿Te atreverías hacer algo así?
-No. Ella se atreve a todo y se tira a la piscina, pero yo soy súpertímida y prefiero quedarme en mi zona de confort, en lo que controlo.
-¿Y de interpretación?
-Me encanta, pero no me atrevería. Es que soy supertímida.
-Pero has hecho televisión.
-Sí, pero no tiene nada que ver. En televisión, estuve en realities como concursante, pero, luego, el momento de estar en el plató no me gustaba nada.
-¿Te arrepientes de haber participado en realities?
-No, no. Para nada. No me arrepiento, pero, al segundo, me he dado cuenta de dónde está mi lugar. Al final, me encanta el momento reality, pero luego, a la hora de estar en plató, no sirvo para esto.
-¿Crees que hay clasismo entre las influencer por venir de un reality?
-En mi época había mucho más. Cuando entré en Gran Hermano, no había ningún referente de chica de tele que hiciera algo en redes o alguien que me gustara. Si habías hecho tele, eras una influencer de segunda y hacías cosas con marcas menos guais. Ahora está mucho más normalizado y está a la par.
-Hace unos días, anunciaste que te habías sometido a una operación. ¿Cómo te encuentras?
-Me operé del pecho. Fue un mix de operación estética y por salud, porque tenía un bulto en el pecho. Era benigno y lo estuve posponiendo, pero es verdad que me lo tenía que quitar. Por eso, aproveché para hacerme una reducción. Si no llega a ser por el bultito, no habría pasado por quirófano otra vez.
-¿Cómo ha ido el postoperatorio?
-Soy muy dura, la verdad (ríe). Me encuentro muy bien. Al cuarto día, estaba bien.
¿Contenta con el resultado?
-Soy un poco Frankenstein todavía, pero poco a poco. Pinta muy bien.
-Hace nos años, la tendencia era operarse del pecho para aumentarlo bastante. Sin embargo, ahora muchas son las mujeres que os lo habéis reducido.
-Es algo que tenía de complejo desde muy pequeña. De adolescente, me hubiera encantado no tener pecho, porque me desarrollé mucho antes que mis amigas. Era mucho más alta y tenía mucho pecho. Era como muy mujer y era algo que me había acomplejado un poquito. Es muy común entre las chicas que se han desarrollado muy rápido. A mí no me podía gustar ningún niño de mi clase, sino de cuatro años mayores, porque, si no, parecía su madre.
-En el caso de tu operación, ¿has querido únicamente bajar talla o también remodelarte el pecho?
-Por tamaño, por tamaño. Esta vez ha sido por tamaño. Me he quitado dos tallitas. Ahora tengo una talla 85 y una copa B, que creo que está más acorde a mi cuerpo. Es que soy muy pequeña. La gente me decía que no me notaba tanto pecho, pero es que tengo una espalda muy, muy pequeña y lo disimulaba muy bien. Entonces, estaba muy desproporcionado.
-¿Padecías problemas de espalda?
-No. Pero tenía mucho problema a la hora de buscar ropa y biquinis. Tenía que buscar biquinis que estuvieran muy ajustados al cuello. No tenía libertad para ponerme lo que yo quería.
-O no te sentías cómoda.
-Correcto.
-Esta semana ha sido San Valentín. ¿Cómo lo has celebrado?
-Muy bien, tranquila. A última hora, me fui a cenar con mi chico, porque habíamos estado trabajando y no lo había visto en todo el día. Nos fuimos a cenar, una cosa normal.
-¿Cuánto tiempo lleváis ya?
-Nunca sé decir esto… Empezamos de una forma de “sí” y “no”, como amigos… Pero llevaremos ya cerca de tres años.
-¿Hace cuánto que empezasteis seriamente?
-Creo que el paso importante fue hace año y medio o dos.
-¿Estáis compartiendo piso?
-Sí, sí. Estamos muy bien, la verdad.
-¿Qué tiene tu chico?
-Muchas cosas. Me voy a poner romántica (ríe). Destacaría que es muy buena persona. Eso lo primero. Es muy empatizo, suprasensible… Está muy alineado conmigo en valores y proyectos de vida.
-¿Qué proyectos tiene con él? ¿Te planteas dar un paso más, como casarte?
-Lo hemos hablado. No nos hemos puesto ninguna fecha, pero sí lo hemos hablado. Ahora mismo tenemos otras prioridades, especialmente por temas laborales, pero es una cosa que hemos hablado. Cada cosa que hacemos va encaminado a eso.
-Entonces, te ves casada con él.
-Sí. No es algo ni para el 2023. Además, tal y como está la ocupación en sitios de bodas, no me veo casada ni en 2023 ni 2024 (ríe).
-Hablemos de tu relación con tus compañeras. ¿Cómo es la amistad entre influencers? ¿Hay tanta rivalidad como se dice?
-Es verdad que lo he escuchado mucho, pero no lo he vivido. Quizá he tenido mucha suerte. No lo sé. Por ejemplo, siempre me ha ayudado mucho Aída –Dulceida–. No sé si es llamarlo suerte o que recibes lo que das…
-También querría preguntarte por tu amiga Anabel Pantoja. ¿Cómo la encuentras en estos momentos, porque ha pasado una difícil?
-Como siempre (ríe). La conozco desde hace diez años y no he visto ninguna época en la que haya estado tranquilita. Pero ahora la veo muy motivada con proyectos laborales, que eso es superimportante. La veo muy bien con su pareja, que tienen una relación muy sana. Está muy feliz.
-Y eso que nadie daba ni un duro por su historia con Yulen.
-Ya. Pero la veo muy bien, muy a gusto. Con sus tiempos y con su espacio. Cada uno tiene su trabajo y cada uno hace lo suyo.
-¿Qué te parece Yulen?
-Me encanta. Me gusta mucho.
-¿La gente tiene que conocerlo más?
-Es que él tampoco tiene intención de que nadie le conozca más. Le da bastante igual, porque él está centrado en lo suyo, en su vida.
-¿Crees que Anabel volverá a Sálvame?
-Nunca se sabe. Ahora mismo, tiene otras prioridades. Por mí, ojalá que no.
-¿Has visto que ella lo ha pasado muy mal en el programa?
-Como amiga, no me gusta verla sufrir. Mucha gente irá a trabajar y se va a su casa, pero Anabel es una persona bien sufrida, bien Pantoja. Cuando se va a casa, sigue el drama y su conversación con nosotros es drama, porque es su preocupación y es la realidad. Ella es así.
-Ahora ha estado en Miami, con su tía Isabel. Llama la atención que vuelva a desempeñar su trabajo de ayudante, después de todo este tiempo. ¿Cómo la ves así?
-Hace no mucho, también se fue con su tía. En el tiempo que la conozco, se ha ido varias veces. A Anabel le encanta ir con su tía. Las dos se conocen muy bien y quién mejor que Anabel para hacer ese tipo de trabajo.
-¿Conoces a Isabel Pantoja en persona?
-Sí.
-¿Qué te llama la atención de ella?
-Me hace mucha gracia. He estado repitiendo frases de ella muy míticas y me hace gracia cuando la veo… He estado con ella cuatro veces, que tampoco la he visto tanto. Pero me hace mucha gracia porque ella es así. Es su manera de hablar y no cambia en la vida real de cuando la ves en televisión o en el escenario. Es muy elegante, muy recta… Con esa manera de hablar que tiene.
-¿Impone en persona?
-Sí, sí. Yo que soy muy tímida… Ver una persona con tantísima seguridad hablando y que tiene las cosas tan claras… Pues impone.
‘Es un reconocimiento muy grande’
- ¿Qué sentísteis cuando os enterasteis de vuestra nominación a los Premios Ídolo?
- Susana: Hombre... al final es un reconocimiento muy grande, además son unos Premios para influencers muy importantes y nuestra aplicación está dirigida a influencers, así que nos pareció increíble. Además que estamos nominados con empresas que son muy reconocidas y nosotros sólo llevamos un año, entonces ha sido como un empujoncito más.
- Guillermo: Estamos muy contentos porque se ha valorado nuestro trabajo y eso al final te puede generar felicidad, ganas de seguir trabajando, avanzando y creciendo... Nosotros nos volvimos ‘locos’ porque son unos premios que reconocen trabajo.
- S: A parte que somos muchísimos... así que el hecho de que se hayan fijado en nuestro trabajo es un halago.
- ¿Cómo nació Vive App?
- Guillermo: Cuando nos damos cuenta de que hay un pequeño nicho que son las colaboraciones de intercambio entre experiencia y perfiles que tienen un cierto desorden. La aplicación nació como herramienta para facilitar y profesionalizar este tipo de intercambios.
- Decís también que nace para solventar los problemas de comunicación que exiten entre marcas e influencers...
- Susana: Nosotros conectamos más bien influencers con experiencias. Cuando hablamos de marcas, hablamos más bien de productos. Y esos productos sí que van detrás de una colaboración pagada, a lo que vamos es al intercambio de experiencia a cambio de publicidad. En cuanto a las dificultades comunicativas es porque al final es muy informal, se hace a través de un mensaje directo, es la experiencia la que contacta con el influencer con el que quiere colaborar y muchas veces el influencer no ve el mensaje directo... O si es al revés, que el influencer quiere contactar con una experiencia, la persona que está detrás de las redes sociales no es la encargada de dar el ok a la colaboración... y al final no se lleva a cabo. O, en el caso de que se lleve a cabo, como hemos dicho antes, es una experiencia a cambio de publicidad, así que al ser una experiencia no hay un contrato de por medio ni un briefing específico, por lo tanto, no puedes exigir. Tú estás invitando a colaborar a alguien, pero no puedes exigir unas condiciones muy concretas. Entonces esto, en la mayoría de los casos, acababa en una colaboración no satisfecha. Y al final también cuando una experiencia contacta con el influencer no tiene más datos que lo que ve, que es su contenido, y con Vive App, manejamos unas estadísticas porque los perfiles pasan un filtro de calidad antes de ser aceptados en la aplicación.
G: Al ser un ‘win-win’ había un fallo de comunicación y ambas partes acaban insatisfechas, porque, por ejemplo, el restaurante esperaba una cosa, el influencer otra...
S: Aquí lo solventamos invirtiendo el proceso, que siempre decimos que esto es súperimportante porque de forma orgánica el influencer, al abrir la aplicación, es él el que ve las experiencias que hay y hace la petición de lo que quiere disfrutar. Al hacer la petición, previamente, lee unas condiciones. Hay un mini briefing en el que la experiencia explica lo que le gustaría que se mostrase en redes, entonces el influencer ya acepta y acude a la colaboración.
- ¿Vuestro trabajo como influencers os ha servido para poner en marcha esta app?
- S: Absolutamente sí. Al final hemos hecho una aplicación para el influencer. Yo llevo mucho tiempo trabajando en redes, por lo que conozco perfectamente el sector y esto te da muchas facilidades a la hora de ponerlo en marcha. También nos ha servido para abrir puertas, hablar con la persona indicada (que es muy complicado)... Y una vez empezamos la aplicación, al tratarse de influencers, que son mis compañeros de trabajo, fue mucho más fácil porque ellos confían en mí.
- ¿Os veis como empresarios en un futuro? ¿Os gustaría continuar en el mundo empresarial?
- S: Sí que pienso que llegará un momento en el que la balanza se habrá equilibrado un poco y seguramente, no lo sé, pero ojalá en el futuro las redes vayan disminuyendo y vaya aumentando la faceta de empresaria.
- G: Para mí sí es importante lo de empresario porque al final las redes para mí no son mi principal income. Es muy importante diversificar en esta vida, no puedes quedarte con una sola cosa por muy bien que te vaya . Entonces creo que ella es súperconsciente de ello.