Curtido en los rallies más duros del mundo, acostumbrado a enfrentarse a situaciones extremas, el campeón de la velocidad Carlos Sainz tuvo que lidiar el pasado sábado 18 de febrero con los nervios previos a una boda. El popular piloto fue el padrino de su hija más pequeña, Ana, de 24 años, que contrajo matrimonio con Rodrigo Fontcuberta en la localidad abulense de Cebreros.
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Los alrededores de la iglesia parroquial de Santiago Apóstol se convirtieron desde bien temprano en un enjambre de vecinos de la localidad, que no querían perder detalle del desfile de invitados —400— y expresar su cariño a esta familia tan querida , en especial al deportista y a su hijo Carlos, que también defiende la bandera de España en los circuitos de Fórmula 1.
Carlos Jr. desata la locura
Reyes Vázquez de Castro, la madre de la novia, llegó tan elegante como siempre, con un vestido rojo con capa de Juanjo Oliva y guantes de color nude, junto a sus otros dos hijos: el piloto de la escudería Ferrari —que desató literalmente la locura entre los curiosos que allí se encontraban—, con su novia, Isa Hernáez —que optó por un diseño de IQ Collection, la firma de Inés Domecq—, y Blanca, que dio una lección de estilo con un vestido de estampado floral, abrigo de terciopelo burgundy y un generoso cuello de pelo, de Vagary Kalon. Blanca, que también se casa este año, estaba acompañada por su prometido, Guillermo Comenge.
Rodrigo, el novio, llegó impecable, con su uniforme de caballero de la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza y del brazo de su madre y madrina, María Asunción de Bustos Marín, duquesa de Estremera. La aristócrata escogió la tradicional mantilla negra y un vestido azul tinta, con original escote en V abierta de Roberto Torretta.
Cuando Ana llegó a la iglesia del brazo de su padre, que no podía ocultar la emoción y el orgullo de llevar a su hija al altar, la calle estalló en aplausos y vítores hacia el campeón español.
La novia llevó un vestido de ‘crepé’ y gasa de seda, con ‘voile’ de algodón bordado, creado especialmente para ella, y el novio, el uniforme de caballero de la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza
Un tejido a medida
En ese momento, se desveló el secreto mejor guardado de toda boda: el vestido de la novia . Ana confió en la firma T.ba —la misma que vistió a Claudia Osborne el día de su boda con José Entrecanales— para una ocasión tan especial. “El traje tiene una base de “crepé”, con escote barco y una falda “evasé”. Por encima del “crepé”, el vestido está forrado de gasa de seda y de “voile” de algodón bordado. Aunque el tejido parece antiguo, ha sido diseñado especialmente para Ana”, comentó a ¡HOLA! Sol Prado, diseñadora, junto a su madre, Mercedes López de Carrizosa, de la marca de moda española. “Nuestra idea era mantener el cuerpo bien armado, sacando partido al diseño de los rosetones de encaje. En cambio la falda, está construida como si fuera un pareo que se une en un lateral de la cintura, dejando ver la gasa natural por debajo del bordado, y aportando movimiento al diseño”, agregó la creadora jerezana. Por último, las diseñadoras construyeron una gran cola con una base de organza de seda “sobre la que colocamos las piezas de algodón bordado. La cola iba atada con cordones hechos de la propia gasa”.
Una joya de familia
Como únicas joyas, Ana Sainz llevó su anillo de compromiso y una espectacular tiara de brillantes de la familia de la madre del novio, una joya histórica, puesto que lleva en la familia de la duquesa de Estremera muchísimo tiempo. Sobre la diadema y su melena castaña peinada en un romántico recogido, la novia llevó un sencillo velo de tul que le cubría el rostro en el momento de entrar en la iglesia.
Carlos, que no podía ocultar su orgullo de padre, posó con su hija, que completó su look nupcial con una tiara de diamantes de la familia de su ya marido
Una vez terminada la ceremonia, en la que los contrayentes cumplieron con el tradicional rito de velar a la novia con una mantilla antigua de encaje, en señal de la unión de los nuevos esposos ante los ojos de Dios, los recién casados y sus invitados se trasladaron a la finca familiar ‘La Piñonera’, donde celebraron el enlace. Con una extensión de 230 hectáreas, la propiedad es conocida por ser el refugio de paz y ocio de toda la familia. Entre los que acompañaron a los novios se encontraban la periodista Marta Robles y el eterno compañero como copiloto de Carlos Sainz, Luis Moya, junto a su mujer.
A los postres, Ana y Rodrigo entregaron el ramo de novia a Carlos Sainz, Jr. y su pareja, Isa Hernáez, momento en el que empezaron a bailar, un baile al que se unieron también su otra hermana, Blanca, y su prometido, Guillermo. Isa vivió este día con las emociones a flor de piel, porque es muy amiga de la novia. Tanto que, incluso, la ayudó a vestirse y colocarse el velo.
El emotivo baile
Tras el almuerzo, los recién casados abrieron el baile con un tema clásico: la canción Something stupid, que inmortalizaron Frank Sinatra y su hija Nancy. Después, como marca la tradición, Ana bailó con su padre, Carlos Sainz, que de nuevo no pudo ocultar su emoción, y Rodrigo con su madre. A continuación, todos se lanzaron a la pista para disfrutar de la divertida fiesta que se prolongó hasta tarde.
La familia de Carlos Sainz se siente muy unida a Cebreros (Ávila), donde disfrutan de sus tiempo de ocio en la finca ‘La Piñonera’, escenario de la celebración de la boda