La vida de Laura Escanes ha cambido mucho en muy poco tiempo. El pasado mes de septiembre se separó de Risto Mejide y comenzó una nueva etapa en Madrid junto a su hija Roma, de tres años. La 'influencer' intenta adaptarse de la mejor manera posible a todo lo que está sucediendo, pero reconoce que no está siendo fácil. En una rueda de preguntas con sus seguidores, la concursante de El desafío se ha sincerado sobre la situación que está atravesando tras convertirse en propietaria de una cálida, moderna y luminosa vivienda en la capital. "Necesito tener ya una rutina en la nueva casa. Siempre dicen que se tiene que disfrutar el momento de empezar en un nuevo hogar, pero a mí me agobia porque me faltan mil cosas y quiero estar ya al cien por cien instalada con todo", ha confesado.
Según ha dicho, esta falta de rutina le provoca "bucles supernegativos". "Empiezan a pasarme las horas y los días y parece que no avance", ha explicado. Laura intenta no agobiarse demasiado y pensar que tanto ella como su hija están en proceso de "adaptación". "Son muchos cambios para las dos, así que poco a poco", ha compartido. Pese a ello, "estoy feliz porque es un pasito más". Además, en esta nueva etapa cuenta con el apoyo incondicional de su familia, sus grandes amigas y, sobre todo, su novio, el cantante Álvaro de Luna.
A sus seguidores les ha extrañado que no se comprara una casa más grande, con jardín y piscina, pero ella asegura que está "feliz en un piso". "No me imaginaba viviendo sola una semana y otra con Roma en algún sitio muy grande. La semana que estoy sola me sobra espacio", ha explicado. "De todas maneras, Madrid está prohibitivo y si hubiera querido una casa con jardín o me voy muy a las afueras o no tenía ni para empezar", ha bromeado.
- Laura Escanes, la fan número uno de Álvaro de Luna en su concierto entre gritos de: '¡Guapo!'
La 'influencer' se siente muy orgullosa de las deciones que ha ido tomando, pero no puede evitar sentir cierto vértigo. "Los cambios me dan mucho miedo, pero siempre intento pensar que son para salir de una situación X y que al llegar a la siguiente situación encontraré la manera de sacar lo bueno de ese cambio. A veces son cambios que buscamos nosotros, otras veces vienen de golpe y no queda otra que adaptarse", ha reflexionado. "Pero sentir miedo no es malo, simplemente es una emoción más. Aprender a aceptar esas cosas me sigue costando, pero nada es para siempre. Intento recordar que no voy a sentir miedo toda la vida y que estar en época de cambios, adaptarse y todas esas cosas no van a estar siempre. Todo pasa".
Lo más complicado de gestionar es la ausencia de su pequeña. Tras romper con Risto, establecieron que la niña estuviera una semana con cada uno, un acuerdo que para Laura "no está siendo fácil. "Imagino que cada familia y cada niño es un mundo, pero igual que yo la echo mucho de menos cuando no estoy con ella supongo que debe sentir un sinfín de emociones también", ha dicho. Cuando Roma está con ella intentan pasar el mayor tiempo posible juntas. "Dormimos juntas y tiene más 'mamitis', pero eso también está bien", ha declarado. Además, sabe que la niña también está "bien y feliz estando una semana con su papi".