Hace cuatro años —aunque parecen mil—, en 2019, la ceremonia de los Goya comenzó su ruta itinerante en Sevilla. Tras su paso por Málaga en dos ediciones y en Valencia el pasado año, la capital andaluza volvió a acoger la ceremonia, la primera sin restricciones por la pandemia. Y en esta noche de cine español , en la que todos se juntan para hacer historia y contar historias, hubo un protagonista, alguien que dedicó a eso su larga y prolífica vida. Su muerte, el día antes de celebrarse la XXXVII edición de los Goya, cuando debía recoger el Premio de Honor, hizo que el homenaje fuera estratosférico.
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A muchos, la noticia del fallecimiento de Carlos Saura les pilló viajando a Sevilla; otros, los más cercanos, sabían que la salud del maestro se debilitaba, aunque su genio privilegiado le mantuvo trabajando, a los 91 años, hasta el final. Hace apenas una semana se estrenaba su última película, Las paredes hablan , y su obra de teatro Lorca por Saura se estrena hoy miércoles . Él, que había recibido el galardón en casa unos días antes, dejó instrucciones precisas de lo que quería transmitir porque entendía que su legado será infinito e iluminará a las generaciones posteriores. Nunca habría querido el autor de La caza, Cría cuervos, Peppermint frappé, Bodas de sangre y ¡Ay, Carmela!, entre muchas otras, que el cine español no hubiera celebrado su gran fiesta. Por eso, recordando la manida, pero muy cierta frase made en el mundo del entretenimiento, show must go on.
Las mejores fotografías y todas las anécdotas de una noche llena de emoción, elegancia y homenajes
Y fue una noche de amor al cine, de parejas, amigos y de históricos y sorprendentes reencuentros. Como ver a las “cuatro hermanas” de la gran pantalla sobre el escenario 30 años después. Sí, parece mentira, pero han pasado ya tres décadas desde que Penélope Cruz, Maribel Verdú, Ariadna Gil y Míriam Díaz Aroca protagonizaron Belle Epoque a las órdenes de Fernando Trueba. El filme ganó nueve Goyas en 1993 y, al año siguiente, el Oscar a la mejor película internacional. Fue la primera vez que una jovencísima Penélope pisó la alfombra roja hollywoodiense. El resto… ya es historia. Una escena de película que puso el The End a la velada con la entrega del último premio de la noche —el Goya ahora color marrón está realizado en bronce reciclado en el compromiso de la Academia de Cine con el medioambiente— el de mejor película para As bestas. En la ceremonia, conducida por Clara Lago —ha contado la actriz que se lo pensó mucho y finalmente su novio, José Lucena, la terminó de convencer— y Antonio de la Torre, hubo muchos homenajes y momentos de emoción.
Orgullo de familia
La explosión de la mejor cosecha de cine patrio en mucho tiempo reunió a todos con ganas de celebrar. Buena idea esto del periplo viajero, porque ahora parece una divertida excursión y el “buenrollismo” se respira en el ambiente. Encuentros en el tren, en los hoteles, en las cafeterías… Siempre la más esperada y aclamada, esta vez Penélope sorprendió cambiando Chanel por Dolce&Gabbana , aunque confiando de nuevo en una de las siluetas que mejor defiende sobre la alfombra roja, el escote palabra de honor y la falda con volumen y corte asimétrico. Claro que lo mejor del look de Penélope era el toque que le dio una persona muy especial. Y es que, como ella misma relataba, “mi hija Luna nos ayudó con el colorete y me dijo: “Por favor di que te lo he puesto”. Y la verdad es que lo ha hecho muy bien”.
Clara Lago ejerció de maestra de ceremonias por primera vez, “feliz, agradecida y nerviosa” y tras haberlo pensado mucho. En su decisión de decir “sí” a la Academia influyó su entorno y sobre todo su novio, el empresario y músico José Lucena
A estas alturas de la película, en su 14ª nominación, la actriz tiene tablas en esto de templar los nervios, pero esta noche era muy especial, un asunto de familia, en realidad. Porque también su hermano, Eduardo, optaba junto a Rozalén a la estatuilla por la canción principal de En los márgenes, la misma película que ella, además, produce. “Es verdad, estoy más nerviosa por la nominación de Eduardo que por la mía. Para mí es muy emocionante porque nos llevamos 11 años. Es mi hermano pequeño, lo he visto crecer, coger una guitarra por primera vez a los cuatro años y evolucionar con la música de una manera increíble. Tiene un talentazo bestial y se merece que le pasen muchas cosas buenas porque trabaja muy duro. La verdad es que si gana… podría hasta desmayarme”, contaba a ¡HOLA! a su llegada al Palacio de Congresos y Exposiciones.
“Estoy trabajando en Barcelona, hoy me he levantado a las cinco de la mañana, y mañana vuelvo”, nos contó Belén Rueda y Maribel Verdú nos dijo que su cuñada, Amparo Larrañaga “está estupenda” tras su operación de corazón
Con el apoyo también de su hermana Mónica (“No es porque sea mi hermano, pero tiene un talento increíble y estar nominado ya es un premio y una ventana muy grande a todo lo que puede venir después”), Eduardo Cruz atendía a los medios entre nervios y emoción: “He vivido la carrera de mi hermana Penélope aprendiendo, porque te das cuenta de que, cuando hay esfuerzo. las cosas pueden pasar. Es esfuerzo y talento. Siempre me ha llenado de energía”. ¿Su mayor consejo? “El trabajo duro”. Y nos contó que llevaba un amuleto muy especial: “El anillo de mi padre. Cuando falleció, me lo quedé y siempre va conmigo; es como un amuleto diario”. Finalmente, no pudo ser, el premio fue para Leiva y Joaquín Sabina , que no asistió (aunque al día siguiente lo recibió de manos de su amigo, que le dedicó el galardón también a su madre, recién salida del hospital), pero el reconocimiento está.
“Estoy más nerviosa por la nominación de Eduardo que por la mía”, revelaba la actriz, quien no podía ocultar el orgullo que sentía por su hermano Eduardo. “Tiene un talentazo bestial… Si gana, podría hasta desmayarme”
En la blue carpet nos habló de Ana de Armas, su amiga y casi familia en España, Elena Furiase, que eligió el rojo español en la noche en la que se recordó el centenario de su abuela, la inolvidable Lola Flores, con su madre, Lolita, derrochando arte y duende cantando “Ay pena, penita, pena”. “Ana está bien, tranquila y feliz. Está muy emocionada. Todo es un sueño, sin expectativas. Está viviendo el momento, porque ya es un regalo lo que está pasando”. Y nos contó, entre risas, que durante muchos años —y vaya casualidad— su crush fue “Ben Affleck y ahora es mi marido”.
Penélope Cruz, que fue aclamada a su llegada, comenzaba su idilio con los Goya siendo muy joven, en 1993, cuando recibía su primera nominación por Jamón jamón. 30 años después, la ganadora del Oscar suma catorce candidaturas
Amor en San Valentín
Porque tan cerca de San Valentín, de amor teníamos que hablar. Luis Tosar y María Luisa Mayol —con una de las tendencias de la noche, los hooded dresses (vestidos con capucha), que también llevaban Macarena Gómez y Dulceida— son ya la pareja favorita de toda alfombra: simpáticos, cercanos y siempre juntos. Como Macarena y Aldo, de nuevo conjuntados, ella con un vestido de tendencia barbiecore y él con esmoquin estilo dinner jacket, personalizado y como inspiración a su amor por el cine y la eternidad: “He querido representar la inmortalidad del cine a través de la langosta, el animal que no envejece pues es biológicamente inmortal”.
Amaia Salamanca declaró haberse sentido muy identificada con la idea de la maternidad que refleja el filme Cinco lobitos y aseguró que, para conquistarla, basta con hacerle reír
La actriz dijo de su marido que es “el ser más creativo e inteligente que conozco”. Alberto Ammann y Clara Martínez-Leite; Candela Serrat y Daniel Muriel; Manuel Carrasco —que abrió la ceremonia poniendo voz y música al poema de Antonio Machado Cantares— y Almudena Navalón; el escritor Javier Castillo, en pleno éxito de La chica de nieve y de su nueva novela, junto a su mujer, Verónica Díaz (Just Coco); y C.Tangana con su novia, Rocío Aguirre, fueron otras parejas en Sevilla.
Goya Toledo, llevó un fabuloso collar de UNOde50 con un valor, además, muy emotivo y solidario: será subastado el 23 de febrero para recaudar fondos en la lucha contra el cáncer de mama
Como Tana Rivera y Manuel Vega, que sorprendieron sobre la alfombra azul, por la que también pasearon Eugenia Martínez de Irujo y Narcís Rebollo o India Martínez, con su novio Ismael Vázquez. La cantante, que acaba de debutar en el teatro de la mano de Carlos Saura, se mostró muy apenada. Nieves Álvarez no fue con su pareja, Bill Saad, pero habló maravillas de él. “Estoy muy, muy feliz, tengo una persona a mi lado extraordinaria. Es un hombre muy especial, muy carismático, inteligente, dulce, generoso, alegre. Yo siempre digo que es un regalo”, nos comentó la top. “Celebramos San Valentín todos los días porque hay que dar las gracias de lo que tenemos, y los dos somos así”, continuó. Y enfundada en su espectacular vestido, nos confesó: “Tengo un ataque de lumbago horrible. Estoy haciendo un gran papelón. Ayer no podía ni caminar, pero hoy estoy aquí, no me lo quería perder”.
“Estoy muy feliz, tengo una persona a mi lado extraordinaria. Es un hombre muy especial, muy carismático, inteligente, dulce… Es un regalo”, confesó Nieves Álvarez sobre su novio, Bill Saad
Al despiste, sin perder la sonrisa —cada uno la suya que para eso no posan nunca juntos—, estuvieron jugando Álex González y María Pedraza . Su deshojar la margarita nos llevó a un galimatías de esos de escape room. ¿Siguen juntos? Por sus palabras no se adivina y si no, juzguen. Preguntado por como está su corazón, el actor respondió que todo estaba “bien, todo en orden”, pero evitaba mencionar a María. “Ya sabéis que de esto me cuesta hablar. Es una noche para celebrar el cine español”, decía.
Al otro lado, la actriz recalcaba: “Voy a pasar San Valentín conmigo misma”, adelantándose a las posibles preguntas posteriores y remarcando que “con esto no quiere decir nada”. “Estoy aprendiendo a quererme a mí misma, pero porque es algo que muchas veces nos cuesta descubrir (...) Me estoy enamorando de mí misma, paso mucho tiempo sola”. En ese tiempo sola tiene mucho que ver el rodaje de una nueva serie en Málaga. “Yo estoy muy bien, muy tranquila”, concluyó. Porque luego Álex y María sí fueron fotografiados juntos en la sala de Casmara, tan cómplices y sonrientes como los hemos visto en otras ocasiones.
Belén Rueda fue una de las más espectaculares de la velada. Entre rumores de ruptura con Javier Artime, que prefiere no confirmar o desmentir, contó que pasaría San Valentín rodando: “Estoy trabajando en Barcelona, hoy me he levantado a las cinco de la mañana, he rodado, ahora estoy aquí y mañana vuelvo”, nos comentó. La actriz, que parecía una diva de Hollywood de los años 50 con un vestido con cuerpo de lana, falda de lentejuelas doradas, una espectacular cola de tul y joyas con historia, entregó el premio a la mejor película europea para Argentina, 1985 que va directa al Oscar.
Y Juana Acosta, pura simpatía, estuvo radiante con su transparente falda tipo ballet y el top de escote Bardot con voluminoso fruncido y una gran flor granate en el centro. “Sí, he pasado por una ruptura”, dijo refiriéndose al fin de su relación con el financiero francés Chales Alazet después de más de tres años. “Pero estoy bien. Y claro que estoy abierta al amor”, añadió. A nuestra pregunta de cómo se le conquista, respondió divertida: “Con sentido del humor”.
Miguel Herrán, Manu Ríos, C. Tangana y Álvaro Morte causaron sensación en una alfombra en la que impactó Valentina Zenere y Vicky Luengo paseó sus nervios por su nominación
Tras las fotografías junto a Sebastián Yatra, Milena Smit, la más original de la noche, aclaró que “sólo somos amigos, claro, además yo tengo mi pareja”. La actriz, musa de Almodóvar, que triunfa de nuevo en la serie La chica de nieve protagoniza el nuevo videoclip del colombiano, quien también ha salido al paso de los rumores: “La admiro un montón, me parece una tremenda actriz, tremenda persona. Somos muy amigos”.
“He pasado por una ruptura, pero estoy bien. Y claro que estoy abierta al amor”, nos dijo Juana Acosta sobre el fin de su relación con el financiero francés Charles Alazet
Amaia Salamanca paseó su especial allure con un vestido brillante de constelaciones, su sonrisa y el buen humor, hablando de lo mucho que le había gustado As bestas y que se había sentido identificada con la maternidad que refleja Cinco lobitos. “Se me conquista haciéndome reír”, señaló y aclaró que “no suelo ser mucho de celebrar San Valentín. Hay que celebrar cada día, no solo uno”. No fue la única que habló del filme de Alauda Ruiz de Azúa. Miren Ibarguren, que fue madre primeriza hace unos meses, contaba divertida: “Anoche dormí por primera vez nueve horas seguidas porque no está el niño aquí. Así que estoy descansada y feliz”.
Por su parte, Maribel Verdú nos contó cómo se encuentra su cuñada, Amparo Larrañaga, tras la operación de corazón a la que se sometió en diciembre, según contó ella misma en el programa Las tres puertas: “Le tenían que operar urgente, con el teatro lleno. Hubo que pararlo todo, pero ha salido todo increíblemente bien y hoy sábado abría otra vez las puertas del teatro Maravillas y hacía la rentrée de nuevo. Estaba más nerviosa que en un día de estreno, porque obviamente el corazón es el corazón, pero está estupenda y se ha recuperado muy bien estos meses que ha estado de baja”. Y recordó a Saura, con el que tuvo la suerte de rodar Goya en Burdeos: “Sin duda se ha ido el último grande del cine español”.
Quien lo conocía también fue Isabel Coixet: “Era una persona con sentido del humor, con ganas de hacer cosas, de hacer chistes, de reírse de sí mismo; alguien fantástico al que no le gustaría que estuviéramos aquí todos en plan plañideras”. Porque todos recordaron al cineasta cuya obra dio la vuelta al mundo, bien en la alfombra bien sobre el escenario.
La gala comenzó con un emotivo homenaje al cineasta Carlos Saura, fallecido 24 horas antes de recibir el premio honorífico por sus 60 años de trayectoria
El auditorio en pie y una ovación de muchos minutos recibieron a su emocionada familia, abrazos en forma de aplausos para ellos. “Su cerebro no paró de funcionar hasta que su cuerpo dijo que no podía más. Se fue trabajando”, contó Anna, la más joven de los siete hijos de Saura, nacida de su unión con Eulalia Ramón. “Nos enseñó a que hay que vivir apasionadamente, dedicarnos a los que nos gusta y potenciar la cultura, porque es lo más importante que tenemos y no entiende de ideología ni colores”.
Eulalia Ramón, su compañera de los últimos 30 años, leyó la carta que el cineasta le había dictado palabra por palabra. “A mis 91 años no podía tener mayor satisfacción que recibir el Goya de Honor. Gracias a todos. He sido muy afortunado rodando más de 50 películas. He tenido seis hijos, una hija, una docena de nietos y una bisnieta. Me siento muy afortunado. Gracias a todos los que han colaborado conmigo y a mis actores y actrices favoritos. Me da mucha pena de no poder estar ahí saboreando este premio con vosotros”. Por su parte, su hijo Antonio Saura, del primer matrimonio del director, reivindicó la importancia de las cuatro mujeres de su vida y lo mucho que influyeron en su cine: Adela Medrano, Geraldine Chaplin, Mercedes Pérez y Eulalia Ramón.
Clara Lago expresó su admiración por Penélope Cruz y ambas se fundieron en un sentido abrazo: “Al salir de ver “La niña de tus ojos” pensé: “quiero ser como ella””
Sus nietos fílmicos, Rodrigo Sorogoyen, Alberto Rodríguez —cuyo filme Modelo 77 se alzó con cinco premios—, Carla Simón o Carlota Pereda son creadores de un cine que él amo y defendió. Y ahí triunfó As bestas, a la que, en la alfombra, sus guionistas calificaron como deudora de Saura, del cine seco retratista de la sociedad, de una España rural y salvaje, entre el western y el drama. Para ella fueron 9 premios Goya: mejor película, mejor dirección, guion original, sonido, fotografía, música, montaje, mejor actor de reparto para un Luis Zahera cada vez más grande y mejor actor principal, Denis Ménochet, el tercer actor extranjero que gana en esta categoría tras Benicio del Toro y Ricardo Darín.
Cinco lobitos , de Alauda Ruiz de Azúa, se llevó 3: mejor dirección novel, mejor actriz de reparto para Susi Sánchez, con traspiés incluido en la sala de prensa, que menos mal que quedó en un susto, y mejor actriz principal para la favorita en las quinielas, Laia Costa, en un claro relevo generacional —por favor, más papeles para ella—. No se entiende, por otro lado, cómo Alcarrás, Oso de Oro de Berlín (justo hace un año), se pudo ir con las manos vacías. Y si de emociones hablamos, la de Laura Galán y su aplaudido discurso contra el bullying al recoger el cabezón como actriz revelación por Cerdita, o la de Telmo Irureta, con unas palabras sobre la inclusión que hicieron caer las lágrimas a más de uno.
La música también se convirtió en la gran protagonista de la noche del cine con las actuaciones, entre otros, de Pablo López y Manuel Carrasco
A su tía, la actriz Elena Irureta, por supuesto, todo orgullo al entregarle el Goya. Y el abrazo de Clara Lago a su admirada Penélope, por la que quiso dedicarse a la interpretación tras verla, cuando solo tenía 8 años, en La niña de tus ojos; o el charme de Juliette Binoche, en su segunda vez en España, al recoger su Goya internacional tras recibir el primero Cate Blanchett el año pasado, cantando Porque te vas como saludo eterno al director de Cría cuervos, el primer filme que vio de Saura. Porque, como dijeron los maestros de ceremonia, “La vida existe sin el cine, pero el cine sin la vida, no”.
Lolita compartió escenario con su madre, a quien homenajeó por el centenario de su nacimiento cantando el tema ¡Ay, pena, penita, pena! ante la emocionada mirada de su hija, Elena Furiase