Laura Escanes está viviendo una emocionante nueva etapa a todos los niveles. En lo profesional, triunfa en su primera aparición en televisión con El Desafío y su podcast en solitario, además de continuar colaborando con numerosas marcas de moda y belleza, desarrollando su faceta como influencer y empresaria. En cuanto al terreno personal, se muestra feliz al acabar de mudarse a recién comprado piso en Madrid, y no puede ocultar que se encuentra muy ilusionada junto a su novio, el cantante Álvaro de Luna.
Tras disfrutar de unas vacaciones en México el pasado diciembre y hacer partícipes a sus seguidores de su romántica escapada a Maldivas hace un par de semanas, la parejaha viajado este fin de semana hasta Formigal con motivo de Nevalia, un festival en la nieve organizado por Ron Barceló en el que ha actuado el cantante mientras su chica demostraba, de nuevo, ser su mayor fan coreando sus letras -incluida la de Tu nombre, canción que parece estar dedicada a ella- desde el público. Nos damos cita con Laura en este paradisiaco enclave invernal para conocer de qué manera le afecta la exposición en redes y cómo vivió las primeras semanas tras la noticia de su separación.
Comienzas año con muchos cambios personales y profesionales. El desafío, tu propio podcast, una mudanza… ¿cómo afrontas esta nueva etapa?
Pues la verdad que estoy en muy buen momento tanto personal como profesional, se han ido alineando los astros y parece que la vida me sonríe, estoy súper feliz, motivada tanto con los proyectos profesionales -el podcast, la primera aparición en tele con El desafío-, como con estar a puntito de entrar en la casa nueva, se está juntando todo para empezar este año por todo lo alto. Yo solo espero que la vida me siga tratando igual de bien.
Ya habías tenido un podcast, ¿cómo surge la idea de crear uno nuevo?
A mí siempre me ha encantado comunicar, hablar, soy una persona que se enrolla y habla de todo. Es verdad que cuando estábamos grabando el anterior podcast teníamos ahí como la espina de querer hacer algo más allá, con invitados y demás, y así nació. Además, todo el concepto del cielo, muy cursi, es un poco como soy yo, es un proyecto muy personal, y, a pesar de que vienen invitados y los protagonistas son ellos, también hay mucho de mí, hay una conversación en la que los dos sacamos muchísimas cosas de lo que pensamos y llevamos dentro, se generan esas conversaciones personales e íntimas de estar entre amigos y eso es muy guay.
En el episodio que hiciste con Pilar Rubio acerca de maternidad hablabais de que parece que, cuando eres madre, dejas de ser mujer. No sé si has visto que justo Chiara Ferragni acaba de hacer un alegato al respecto en Sanremo que ha sido muy comentado. ¿Crees que, en tu caso, se ha intensificado al ser madre joven y estar tan expuesta?
Yo creo que la exposición nos hace sobre todo ir con más cuidado con lo que publicamos y lo que no. Yo, además, intento proteger a mi hija y que ella pueda vivir en una situación normal dentro de lo que se pueda. Es verdad que cualquier movimiento que hagas se mira con lupa, si trabajas, si no… Esta semana por haber venido aquí a Nevalia es como “¿y cuándo estás con tu hija?”, “no paras de viajar”… Bueno, es que soy más cosas además de ser madre. Es verdad que eso siempre se mira mucho, incluso el tiempo que pasas con tu hijo, y son redes sociales, es decir, hay muchísima más vida que no publico y me guardo para mí, pero eso no se tiene en cuenta. Sí, la exposición lo complica todo un poco más porque tienes que dar explicaciones (aunque no deberíamos).
Hablando de esta exposición, tú has tenido una relación que ha sido muy pública. ¿No te ha dado miedo volver a exponerte así y compartir tu nueva relación con Álvaro?
Yo creo que depende un poco del momento, hay muchísimos momentos que vivo con mi gente, con él, con mis amigos y no los publico, pero es verdad que cuando estamos en viajes y es evidente que estamos juntos es hasta raro y parece que lo esconda si no lo subo. No tengo que esconder nada, lo siento de una manera natural, en el momento que me apetece subir algo, lo subo, y en el momento en el que no, no lo subo. Yo había dicho que tendría un poco más de cuidado con lo que publicaba y lo que no y siento que lo estoy haciendo así, igual desde fuera no lo parece, pero, para mí, ahora cuido mucho más lo que publico sobre todo para protegerme de lo que se pueda decir, porque al final la vida está en redes sociales, pero hay mucho más y me gusta guardármelo para mí.
Echando la vista atrás y viendo la cantidad de comentarios, mensajes y titulares que han provocado cada paso que has dado estos últimos años, ¿cambiarías algo?
Te diría que con el tiempo aprendes a gestionar muchas cosas, o sabes de qué manera harías diferente otras, pero no lo cambiaría porque si no, no estaría aprendiendo. Todo lo que he hecho ha sido porque lo quería hacer así, no quiero cambiarlo. A veces me equivoco, otras veces no, y cuando me equivoco muchas veces aprendo a surfear las olas que van viniendo, soy muy de ir sintiendo las cosas y haciendo lo que siento y no suelo arrepentirme.
Hace unos días decías en una historia de Instagram que en lo primero que te fijaste de Álvaro era en sus pestañas. A nivel de forma de ser, ¿qué es lo que más te gusta de él?
Me pasa como con mis amigos, es muy importante admirarlos y ver el cariño y la pasión con la que hacen las cosas, y, para mí, es una de las cosas más bonitas que tiene.
Además de este post, le has dedicado otros tantos en tu perfil con mucha naturalidad. ¿Crees que eso hace que se reduzca un poco la presión mediática porque ya das tú la imagen que los fotógrafos buscaban o es al revés, genera más expectación?
Me acuerdo de las primeras semanas, cuando la prensa buscaba motivos y buscaba fotos… me preguntaban “¿qué está pasando?” Y yo contestaba “me estáis preguntando cosas que tengo que ir viviendo, aún es pronto”. Lo peor de toda esa exposición es que, muchas veces, te hace correr de más. A veces cada uno necesita su espacio y su tiempo para saber cuándo decir algo o cuándo no, y que la decisión sea de esa persona y no de todo lo que le rodea.
¿Te sentiste obligada a ponerle nombre o etiqueta a algo que ni siquiera tú sabías?
Exacto, muchas veces queremos saberlo antes de que la propia persona lo sepa, no tiene mucho sentido. Lo he visto también en temas más delicados con compañeras, con embarazos… Yo me acuerdo que cuando me quedé embarazada se filtró y no había pasado ni la eco de la semana 12, yo estaba con un miedo… Y se filtra y ¿qué haces? No te queda otra, intentar llevarlo con la mayor calma posible, pero muchas veces eso es más presión añadida no solo para ti, sino también para tu entorno.
¿Te animarías a hacer un documental sobre tu vida como han hecho compañeras tuyas como Dulceida o María G. de Jaime?
Yo creo que no soy el perfil, reservo tantas cosas para mí y me gusta tener esa ventanita cerrada. Es verdad que nos han llegado propuestas e ideas, pero, de momento, me gusta tener un rincón de mí guardado con llave, no sé que pasará en el futuro.
Uno de los grandes atractivos de tu perfil son tus looks. Recientemente has estado en Maldivas y ahora estás aquí en Formigal para asistir a Nevalia. ¿Cómo organizas tantos conjuntos tan diferentes en tan poco tiempo?
Cada vez que viajo meto en la maleta 50.000 cosas que luego no me acabo poniendo. Intento hacerme los looks antes, súper estudiado: si por la mañana tenemos esta actividad, este look, por la tarde este otro… luego, hay muchos ‘por si acasos’, saí que voy mezclando. Mi casa y mi armario estas últimas semanas son un show, porque entre la mudanza, un destino de playa, uno de nieve… hay un mix entre anoraks, botas y bikinis que ya no sé cómo colocar las cosas. Intento tener bastante planificado todo, eso es verdad.
Y tu perfil de Instagram, ¿lo planificas también para que todo quede combinado y estético o crees que cada vez se tiende más a la naturalidad?
Creo que Instagram ha cambiado un poco, yo antes tenía mis filtros predeterminados, editaba todas las fotos, las planificaba para que quedaran bien… Es verdad que me gusta que queden bien, ahora por ejemplo estoy esperando a una en concreto para que todo siga un hilo, pero es verdad que no me gusta editarlas. Estamos en un momento de más naturalidad, cero filtros, que si sale la piel real con textura no hace falta meterle un filtro que la alise, y a mí me gusta, yo creo que la gente lo agradece. Me gusta compartir momentos más naturales que no tienen por qué ser súper estéticos, pero sí me gusta que quede bonito, sobre todo cuando viajo, me gusta que veas el perfil y digas “el viaje dura hasta aquí”.
Dices que cuando subes el tipo de fotos que comentas, sin filtros, con la piel natural y reales, la gente lo agradece, pero recibirás también críticas
"Ay que piel tienes", "qué ojeras tienes"… Sí.
¿Hay más críticas o comentarios positivos?
En general, tengo muy buenos seguidores y casi todos los mensajes son buenos. Es verdad que cuando hay alguna foto un poco más ‘polémica’ se llena de gente que, para mí, no son mis seguidores. Mis seguidores son lo más maravilloso, tengo mucha suerte con mi comunidad, recibo mucho cariño. Intento hacerlo de una manera natural y lo reciben como algo positivo y bonito.
Imagino que la mayoría de estos seguidores son mujeres
Sí, un 80%
Y serán jóvenes, además. ¿Sientes responsabilidad por cómo les pueden afectar las redes y, más concretamente, tu perfil?
Siempre he dicho que es una responsabilidad tener seguidores, sobre todo por eso. Los adolescentes y todas esas niñas nos ven como ejemplo, yo siempre digo que no soy ejemplo de nada, yo soy la primera que me equivoco. Quiero que lo vean así, no nos tienen que poner en un sitio como si fuéramos inalcanzables, a mí me gusta esa manera de comunicarme con ellas natural y cercana. Lo mejor que me pueden decir es “te siento como si fueras amiga mía”, porque eso significa que me ven normal, que es lo que soy, no voy de nada ni lo pretendo. Es una responsabilidad sobre todo cuando recibes un amor exagerado con una admiración exagerada, me asusta por la responsabilidad que implica, al final están creciendo contigo y tienen sus etapas y momentos, y quizás en un momento suyo más delicado algo que yo pueda decir les puede afectar de una manera o de otra. No quiero sentirme responsable de ello.
Entonces, si tuvieras que describir en un par de palabras lo que buscas transmitir con tus redes, sería…
Cercanía y naturalidad, resumidamente.
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