Su currículum es abrumador. Licenciada en Oceanografía y Medioambiente, máster en Meteorología por la Complutense, becada por el Museo de Historia Natural de Londres para un proyecto de investigación sobre el cambio climático a través del impacto en los corales, un año en Alemania estudiando teledetección aplicada y satélites… Y, encima, por si fuera poco, ella es bellísima. Quizás esta afirmación puede sonar sexista, fuera de lugar o basada -si es que esta contraposición puede tener alguna base- en tópicos y arquetipos antiguos y polvorientos. Pero es que todavía sorprende que, alguien con semejante capacidad intelectual -y de ciencias y números-, sea, además, una mujer tan joven y tan atractiva.
Quizás porque no estamos preparados para que la Naturaleza o los Dioses -los que sean- bendigan tanto a unos y, a otros, tan poco. O porque, todavía queda mucho por avanzar. En todos los ámbitos... Por eso, ver a Mercedes Martín al frente de El Tiempo de Antena3 es importante per se. Porque su capacidad para abordar materias -y relacionarlas- como el clima, la sostenibilidad y la responsabilidad social corporativa de las empresas es didáctica y esclarecedora y porque, además de ir rompiendo con estereotipos y prejuiciosa a golpe de discurso inteligente y tacón, su forma de plantear soluciones a los grandes retos a los que se enfrenta el Planeta es positiva. Nada de Apocalipsis. Ella ve luz donde todos -los periodistas, obvio- preferimos ver caos.
“Soy muy aventurera”, nos cuenta esta ecijana de 34 años -ocho como “mujer del tiempo” en A3- que se enfrenta ahora a un nuevo desafío en la cadena privada. Porque las cumbres del clima, los desastres naturales, la crisis energética y de los combustibles fósiles, incluso también la pandemia… han convertido la información medioambiental en un foco de noticias de primer orden y el grupo audiovisual para el que trabaja, para responder a esta necesidad informativa, ha decidido crear una macroárea en sus telenoticias donde poder ocuparse de la envergadura de estos asuntos.
En profundidad y de forma rigurosa. Y ahí, Mercedes va a tener mano. Vaya que sí. “Estamos en un buen momento para contar y comunicar. Se abren muchas posibilidades para difundir nuestro mensaje y hacerlo de manera más activa, aportando soluciones más que problemas. Tengo a A3 a mi disposición para llegar al gran público con temas complejos, sí, pero haciéndolo de una manera entretenida para que calen. Porque para que haya educación medioambiental -añade- hay que educar en positivo”.
Porque es cierto que siempre que se habla de cambio climático, por ejemplo, la opción es catastrofista. Para 2050, polos descongelados y países anegados, por poner un ejemplo. De hecho, hacemos esta entrevista un día después de que, entre otras mil penurias, nos anuncien que el núcleo de la Tierra se ha paralizado. “Y, ahora, ¿Qué hacemos, Mercedes? Porque a mí me sale acostarme y Dios ya proveerá”. “(Risas). Es cierto que nos ha tocado vivir un momento bastante difícil. Por un lado, vivimos las consecuencias de lo que hemos hecho y, por otro, tenemos la obligación de conservar el espacio en el que vivimos para poder retroalimentarnos de él y no tengamos el problema de no poder consumir lo que queremos en el momento que queremos como hemos hecho hasta ahora. Pero, tal vez, puede ser también un punto de inflexión en el que los problemas se pueden convertir en oportunidades”.
Hablaríamos de desafíos tecnológicos, se entiende; de conseguir que las empresas sean viables, rentables y, al mismo tiempo, eco responsive; de lograr el bienestar social; y, por descontado, de lograr la equidad entre los sexos. Es decir, empoderamiento femenino. Por cierto, ¿el mundo de la ciencia no es un mundo muy de hombres? “Tradicionalmente, los trabajos técnicos o científicos han sido trabajos de hombres pero hoy en día, afortunadamente, el papel de la mujer y los referentes femeninos son cada vez más importantes y habituales. Fíjate que el problema vendría más en conciliar la vida profesional y familiar, pero ése no sería un escollo a superar en la ciencia… Además, creo que hoy por hoy, en las familias, la responsabilidad familiar está en las cuatro manos, no solo en las de la mujer”. Pero seguimos ahondando en el tema porque, por muy tópico que pueda resultar, los tópicos se sustentan en hábitos que, desgraciadamente como tales, se repiten hasta convertirse en algo axiomático.
Esto es: mujeres científicas, haberlas haylas, Madame Curie, por ejemplo, pero siendo guapa, atractiva, con más de 100.000 seguidores en redes, amante de la moda… ¿Eso no juega en contra? ¿Cuesta que a una la tomen en serio? Mercedes responde pero, antes, tose y no sabes si eso te da un poquito de miedo… “La verdad es que yo soy una chica bastante optimista y me he movido, para bien o para mal, en muchos sectores en mi vida. Desde la investigación en la Universidad a la Comunicación en Televisión y, al final, demostrar, siempre hay que demostrar. Es cierto que la juventud. a veces, puede correr en tu contra pero ahí está el día a día para ir demostrando tu capacidad de aprendizaje, tu constancia y tu esfuerzo -con paciencia- para labrarte tu presente… Si la pregunta es si siendo mujer y atractiva te cuesta más llegar a ciertos lugares -era ésa la pregunta, sí- quizás no es que me cueste más llegar, sino que tienes que afianzarte un poquito más para que te tomen en cuenta”.
Aha. E inasequibles al desaliento, volvemos a meter el dedo en el ojo. “Un hombre normal o, incluso, feúco no tiene que demostrar nada. Es un checkbox si hace bien su trabajo. Una mujer guapa, si también es lista es que… hay gato encerrado. ¿No es de una injusticia que te matas?”. “Lo es lo es. Totalmente, pero me considero una afortunada porque he tenido personas maravillosas en mi camino que me han ido acompañando… Y que luego, a ver, todos vamos a ser juzgados en algún momento y de alguna manera, pero la cuestión es que si tú estás feliz, estudiada, trabajada, te gusta lo que haces y lo haces bien, pocas opiniones pueden llegarte a molestar incluso a dañar”. Ole. Y añade: “Yo tengo mi Linkedin y si alguien tiene una pega o se cuestiona por qué yo -y otras mujeres como yo- hacemos lo que hacemos, siendo mujeres, jóvenes y atractivas, creo que el problema mío no es”. Ole y Ole.
Porque como contábamos al principio, el Linkedin de Mercedes Martin es potente. Además de sus estudios y conocimientos, siempre ha estado vinculada proyectos de sostenibilidad empresarial como colaboraciones con Confortauto por el reciclado de los neumáticos, por ejemplo, ocon proyectos de investigación zoológica como el que se lleva a cabo en Costa Rica con tortugas marinas, el vivero de coral en el Caribe o sobre salud costera de praderas de posidonia en el Mediterráneo. Sin hablar tampoco de que es storyteller de National Geographic… El caso, no para.
Pero ¿De dónde te viene vocación vs.compromiso? “Lo mío eran los números. Yo creo que soy curiosa desde pequeña y eso es algo fundamental que tiene que tener una persona que le guste la investigación y le guste la ciencia. El mar, el campo, el cielo, las nubes… ¿Por qué me gustan? Por me crié en plena naturaleza y supongo que conecté de una manera casi natural porque es algo que me relaja, me emociona… Me activa con todo lo que yo aspiro y deseo, así que, desde bien pequeñita, casi sin querer, fui enfocando mi vocación y mis estudios. Luego, a medida que iba estudiando, me iba dando cuenta de que el mundo era mucho más complejo y que nos lo estábamos cargando, lo que me llevó a vincularme con el tema de política ambiental, con la gestión de territorios, la planificación y ordenación de áreas litorales… Comprendí que para que esto funcione hay que alinear nuestra manera de vivir con el consumo, la gobernanza, con la regulación del medio natural… que nos ayude a tener un horizonte”.
Y ese se ha convertido también en su leit motive para trabajar en la tele. “La Información, el Cuarto Poder, ¿no?” “Fue en Londres donde me di cuenta. Cuando terminé la carrera, estuve un año en el Museo de HIstoria natural británico en un proyecto sobre el cambio climático estudiando los fósiles de coral y ahí, en el departamento Darwin, me ví con que teníamos que contarle al gran público en qué se basaba nuestro estudio. Pues descubrí lo importante que era la divulgación. De alguna manera, contar lo que estaba haciendo servía para que la gente tomara decisiones en su día a día. Ya fuera la familia de turno con sus hijos o los políticos de nivel a los que también contábamos nuestros avances”.
Esa sería la toma de conciencia porque, después, vendría la alineación de los Planetas. Volvió a Madrid, comenzó su master en Metereología y con una asignatura, la de Comunicación, se vio haciendo unas prácticas en A3 antes de empezar el Doctorado. “Dos mujeres, Sonsoles Moralejo y Gloria Lomana, apostaron por mi perfil científico y me pusieron todos los recursos que había en aquel momento para que pudiese transmitir mi pasión a la audiencia. Me dijeron algo muy bonito: ‘Vamos a hacer llegar a todo el mundo eso que también nos explicas y con tanta ilusión desde el plató de Noticias. Eso que nos cuentas en la redacción, ahora se lo explicas a dos millones de personas”.
Y así fue y así es. Ahora, sigamos soñando en grande. “Si me preguntas por mi sueño, (vuelve a toser) me encantaría hacer un programa de viajes de naturaleza con proyectos científicos en donde contemos en qué consisten, para qué sirven y qué cambios van a traer a los ciudadanos esas investigaciones a sus vidas. Ese para mi sería el programa perfecto”. Y si echan un ojo a su Instagram, -no es que sea influencer, pero el mundo digital se le da de perlas- descubrirán que solo hay que darle un poco más de tiempo porque eso lo consigue.