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Entrevistamos a Cristina Rodríguez: de su nueva nominación a los Goya a su trabajo en la nueva temporada de ‘Élite’

Aunque es la séptima vez, la estilista todavía no tiene ningún premio de la Academia de cine. Eso sí, trabajo no le falta, porque está metida de lleno con la serie de Netflix y tiene varias películas por estrenar


11 de febrero de 2023 - 13:00 CET

Aunque el gran público la siga recordando más por Supermodelo, Mask Singer y Cámbiame, nadie puede olvidarse de que Cristina Rodríguez es toda una superestilista de cine. De hecho, gracias a su trabajo en la película Malnazidos –que protagonizan Aura Garrido, Álvaro Cervantes y Miki Esparbé–, ella vuelve estar nominada a los Goya. “¡La séptima vez! ¡Fuerte, fuerte!”, exclama Cristina, quien todavía no se ha llevado ningún cabezón a su casa. ¿Logrará romper la maldición este año? Ella misma confiesa a ¡HOLA! que la cosa está complicada, pero nadie sabe qué puede ocurrir este sábado 11 y que también se ha librado de algo que le podría haber traído mala suerte todos estos años.

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Horas antes de que se celebre la gran noche del cine español, hablamos con Cristina de muchos otros temas jugosos. Por ejemplo, de cómo es trabajar con los actores de Élite, con los que está rodando la séptima temporada. Por otro lado, la estilista tampoco tiene ningún problema en desvelarnos las peculiaridades de su matrimonio con el empresario Raúl García – también directivo del mundo del automóvil–, con el que sigue sin compartir techo pese a que ambos se casaron en septiembre de 2021. Y es que Cristina contesta a todo lo que se le pregunta, sin pudor y sin rodeos.

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Cristina Rodríguez está metida de lleno con la serie ‘Élite’ y, tiene pendiente varias películas por estrenar.

—Cristina, ¿cómo afrontas esta nueva nominación a los Goya?

—Pues con ilusión. Estoy contenta y escéptica, porque otras veces pensaba que lo iba a ganar y no ocurrió. Encima, este año hay seis candidatos y no cinco, porque dos películas quedaron empatadas en la selección. La verdad, pienso que es difícil. Pero, como ya estoy acostumbrada a que digan el nombre de otra persona, voy a disfrutar y pasármelo bien con la gente con la que trabajo y con la que quiero.

—Entonces, te enfrentas a esta edición con menos nervios.

—Bueno, los nervios salen cuando llegas allí y te sientas. Luego, aumentan cuando premian otras categorías. Ya, cuando llega la tuya, empieza a latir el corazón y subes a un... Yo digo que es como un orgasmo, pero en mal: alcanzas el clímax y, cuando no te lo dan, bajas en picado. No sé si tengo menos nervios que otras veces. Estoy con la misma ilusión, pero soy más realista. Si otras veces tuve más posibilidades y no gané... Pero, bueno, si no lo gano a la séptima, será a la octava y, si no, a la novena. Y si no gano nunca, no pasa nada. Tampoco es imprescindible tener un Goya.

—Vamos, que tienes asumido que hay menos probabilidades que otros años.

—Sí. Un año tuve doble nominación, así que estaba al cincuenta por ciento de posibilidades. Esta edición, al ser seis candidatos, tenemos algo más de dieciséis por ciento. Por eso, todavía es más difícil. Además, todas las pelis nominadas son muy interesantes, muy diferentes y con una estética guay. Pues sí, tengo menos posibilidades.

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—Al menos, ya tienes la cara ensayada para la gala: si no te lo llevas el Goya y aguantarás la sonrisa mientras apareces en televisión.

—Bueno, yo no. Fíjate que, cuando estaba nominada por Explota, explota, que fue el año de la gala telemática, yo estaba convencida de que iba a ganar. Pues empezaron a poner en Twitter: “La cara de Cristina cuando no le dan el Goya”. Yo pongo cara de decepción, no quiero mentir. Es que quieres el premio para ti. Claro que son tus compañeros, les quieres y se lo merecen, pero sonreír y hacer el paripé... No. En general, nunca hago el paripé.

—¿Y qué creen tu marido y tu entorno? ¿Son más optimistas?

—Todo el mundo me dice que lo voy a ganar menos mi marido, que me dice que no tenga expectativas. Maribel Verdú, que es muy amiga mía, igual: “Cristina, no te lo vas a llevar. Tú ve, pero no lo vas a ganar”. Me lo dicen para que me mentalice. Mi madre ya no me dice nada, pero mis amigos sí están convencidos de que voy a ganar: “Sí, sí, a la séptima”. Pero lo mismo me dijeron con la sexta y nada. Claro, ellos quieren que lo gane. Pero mi marido está convencido de que no. Yo me pego una decepción, pero él más. No sabes cómo se pone... Se enfada y más que yo (ríe). Es muy gracioso. Este año, él me ha mentalizado, aunque el que se tiene que mentalizar es él, no yo.

—Pese a todo, sí que tienes un Goya en tu casa, aunque sea el que se llevó Vicente Aranda a Mejor Película por Amantes.

—¡Lo he devuelto justo hoy! Es que pensaba: “A ver si me está trayendo mala suerte...”. Entonces, hablé con Teresa, la exmujer de Vicente Aranda, y hoy se lo he llevado. Sé que es un poco estúpido, porque las votaciones ya están hechas, desde hace un montón...

—Al menos, si eres supersticiosa y no te lo llevas, que no sea por eso.

—Es que es un Goya que no me pertenecía y que no lo debía tener, porque es de las hijas de Vicente Aranda. Encima siendo de la película Amantes. Era demasiado para mí, que no soy de su familia. Como yo no gané ese año y Vicente era muy desprendido, me lo regaló por mi cumpleaños. Pero no me pertenecía y no estaba bien que lo tuviera yo. Cuando lo he cogido para devolverlo, me ha dado mucha ‘penuqui’, pero no hay que tener las cosas que no te pertenezcan.

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Para la estilista es la séptima nominación a los Goya.

—Volviendo a los Goya de este año, ¿ya sabes cómo vas a ir este año a la gala?

—Sí. Ahora voy a buscar el vestido. Me lo hace Emilio Salinas. Lo único que te voy a decir es que voy de verde.

—El color de la esperanza.

—Sí. ¿Sabes qué pasa? Nunca cuento nada a nadie. Ni a mi marido ni amigos. Me gusta mucho guardar las cosas. Me parece más divertido que enseñar cómo voy a ir. Es verdad que este año voy más decente. Mucho más decente y mucho más tapada que otras veces, que a mí me gusta ir desnuda (ríe). Debe de ser la edad (ríe). Pero creo que el vestido es bonito.

—¿Te acompañará tu marido a la gala?

—Sí. Como dice mi madre, donde va Perico va Rafaela. Y eso que no vivimos juntos. Pero siempre vamos los dos a estas cosas.

—¿No vivís juntos?

—Nos hemos casados, pero no vivimos juntos. Nos va genial y somos felices así.

—Así no hay discusiones.

—Discusiones en cosas que suelen tener las parejas, que son por cosas de la limpieza, del orden, del dinero... Nosotros no tenemos conflictos cotidianos. Él tiene su casa y yo la mía. Somos como unos novios eternos. Pero los fines de semana siempre estamos juntos. Cuando él tiene a sus hijos, voy a su casa. Cuando no les toca, viene a la mía. Luego, entre semana, si nos encaja, dormimos algún día juntos. Si no, nada. Nos va muy bien así. Me da miedo vivir juntos, porque nos va tan, tan bien. La gente nos comenta que, cuando sus hijos se vayan de casa, mi marido y yo nos iremos juntos a vivir, pero él dice: “Ya veremos, ya veremos”. Nos da un poco de vértigo, porque nos va genial.

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Cristina Rodríguez y Maribel Verdú.

—Ahora que nos hablas de tu marido, ¿cómo te está yendo en este año y medio de casada?

—Muy bien. Jolines, siempre le digo a mi marido: “Imagínate que no te hubiera conocido... Sería horrible”. A lo mejor parece que exagero, pero me ha costado tanto encontrar pareja... He salido con chicos y he sido muy infeliz: he llorado mucho, me han dejado, he dejado, me han puesto los cuernos, los he puesto yo... Me han pasado tantas cosas... Porque así es la vida. Pero llevo siete años en los que pienso: “Qué felicidad”. Te juro que no sabía que el amor era esto. Pensaba que era todo el rato una montaña rusa y es un horizonte maravilloso.

—Para que luego digan que Tinder no funciona, que vosotros os conocisteis allí.

—Según me ha dicho, mi marido tuvo muy pocas citas, porque se había separado poco antes de conocernos. Igual me ha mentido...Pero yo estuve muchos años con citas. Empecé con Meetic... Me ha costado todo, incluso, tener pareja. Pero como soy tan tenaz y tan pesada, pues, al final, lo he conseguido (ríe).

—Lo que no has tenido son hijos.

—Ni he querido. La primera vez que me casé, que lo hice con veintitrés años y me separé con treinta, le dije al que era mi marido: “No quiero tener hijos”. Él pensaba que los querría más adelante, pero yo ya tenía claro que no. De hecho, ahora él tiene hijos y yo no. Es verdad que, en algún momento de amor, idealicé el concepto de la familia, pero me duró tres o cuatro horas. Si volviera a nacer y tuviera que decidir qué cambiaría y qué mantendría de mi vida, el tener hijos sería de las cosas que no cambiaría. Ahora pienso en llegar a casa a las horas que llego y que me esperen unos hijos allí y me muero. Porque, con los hijos, no es bidireccional: No recibes lo mismo que das, es así. Luego, me he dedicado mi vida entera a mi profesión, que me ha hecho tan feliz... Podría haberme ido mal y haber dicho: “Jolín, no tengo hijos y, encima, no me va bien”. Pero, al día de hoy, me va bien y estoy muy contenta.

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—Y en lo profesional, ¿en qué andas metida?

—Estoy con la séptima temporada de Élite y se van estrenan varias películas en las que he trabajado estos meses: La novia de América, Mari(dos) y Ocho apellidos marroquíes. También tengo otra película que voy a rodar dentro de poco, pero no puedo decir nada aún.

—A mucha gente le sorprenderá que seas estilista de Élite. ¿Es fácil vestir a los actores de laserie?

—Sí, sí que es fácil. Tienes tan pocas limitaciones y puedes jugar tanto... Puedes ser libre con el cuerpo, con los géneros... Es verdad que ya hemos hecho muchas cosas y, cuando llega un personaje nuevo, es muy fácil que se parezca a otro que ya hayamos hecho. Después de siete temporadas... Pero es complicado encontrar lo que queremos. Ten en cuenta que muchas cosas se confeccionan, aunque no todo. Buscamos marcas muy especiales por el mundo, porque tengo un problema: con la edad que tengo y todo me parece antiguo (ríe). Todo me parece que está pasado de moda, así que me cuesta mucho encontrar marcas... Buscamos jóvenes diseñadores, que arriesgan más y que están dispuestos también a cedernos las prendas más tiempo. Luego, trabajamos con marcas alzadas.

—¿Habéis empezado a grabar la séptima temporada de Élite?

—Sí. Estaremos hasta marzo.

—¿Con qué actor estás disfrutando esta temporada?

—De esta temporada, Valentina [Zenere], que es maravilloso vestirla. También el personaje de Rocío, que se llama María. Al que hace de Nico, Ander Puig, que es transexual, también. También es muy guay Gleb [Abrosimov], que interpreta a Eric y es espectacular. Luego, Maribel Verdú, que es muy chulo lo que hace. Es maravilloso poder a trabajar otra vez con Maribel y más en esta serie. También Mirela [Balic], que hace de Chloe. La verdad es que son muy divertidos los personajes, así que está siendo muy guay.

—A nivel personal, ¿con qué actores tienes buena química?

—Ha vuelto a Omar [Ayuso], que le tengo mucho cariño y es increíble. También Maribel Verdú, que la amo, la adoro y la admiro. ¿Sabes qué pasa? Esta temporada está siendo especialmente fácil y y muy guay. No digo que trabajemos poco, sino que hay muy buen ambiente y lo estamos disfrutando todos. Normalmente, dicen que el ambiente del equipo se enrarece con el paso de las temporadas, pero nosotros estamos cada vez mejor. Esta temporada está siendo increíble.

—Llevas más de cincuenta películas y treinta años trabajando como diseñadora de vestuario.

—Sí. Empecé con 23 años y tengo 53.

—¿Cómo reaccionan los actores cuando te ven? ¿Qué impresión les causas?

—Ya soy conocida en el cine, porque he trabajado con casi todos. Mira, voy a ser una chula, pero creo que caigo bien a todo el mundo. Yo me lo creo (ríe). Soy una gran consentidora de actores: como yo también me he puesto delante de las cámaras, les entiendo cuando no están bien, cuando están incómodos, cuando no ven al personaje... Pero tengo una anécdota con Inma Cuesta. Cuando trabajamos juntos en Tres bodas de más, yo venía de a hacer Supermodelo. En la prueba de vestuario, estuvimos cuatro horas probando cosas a Inma, que es mucho tiempo y muy cansino. Ella no abrió la boca en todo el tiempo. Luego, cuando ya hubo confianza, ella me confesó que el primer día le parecí... Claro, como yo venía de Supermodelo y hacía de mala baba (ríe). Ahora nos amamos, porque es supergraciosa y superdivertida.

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Por su trabajo en la película ‘Malnazidos’ –que protagonizan Aura Garrido, Álvaro Cervantes y Miki Esparbé–, la estilista vuelve estar nominada a los Goya.

—También vestiste a Viggo Mortensen, en Gimlet, que fue tu primera película.

—Sí, con él y Ángela Molina. No he vuelto a coincidir con él, pero recuerdo que nos traía bombones, flores y fruta. Es un tipo excepcional y un compañero impresionante. Me acuerdo que venía de rodar Carlito’s Ways con Robert de Niro y no daba crédito de lo majo que era.

—Te va bien en el amor, en el trabajo... Solo falta que lleves a casa el Goya este sábado para que tu vida sea perfecta.

—Ojalá. Y si no, no pasa nada.