Salió despavorido de Italia. Que no soportaba más la excesiva atención de los fans. Un fervor -véanse también los términos “pasión”, “exaltación” y “delito”- que no pocas veces se convirtió en tumulto y locura, cuando no, en allanamientos contra la propiedad privada - o sea, la de su casa- y en agresiones violentas contra cualquier mujer con la que se le vinculara y/o fotografiara. Can Yaman cambió primero de dirección en Roma. Después, como contamos, de país. “He intentado ser reservado aunque, al mismo tiempo, ser cercano a vosotros. Prometo que he intentado encontrar un equilibrio. Os quiero, pero también me quiero a mí mismo… Relajémonos. Espero que podamos encontrar la paz porque, de verdad, que lo necesito”. Fue su llamada de atención en redes. Pero ya sabemos que paz, paz, no encontró. Y vaya, que de un bufido, posteó. “Aquí la gente ha superado todos los límites”. Y cogió las de VilladiegoCortaba así presumiblemente todos sus lazos con el país que, echando mano de paradojas, le había convertido en estrella y en el hombre más atractivo del mundo, dado que, además, ya tenía archivada -desde agosto de 2021- su tan cacareada historia de amor con la periodista deportiva catanese Diletta Leotta, hoy con el exportero vikingo del Liverpool, Loris Karius. Porque sí, sí. Ya se había quedado soltero. Pero, dos años después, señores, sigue estando soltero. Y lo que es más, después de aquella huída desesperada -abróchense los cinturones porque llegan curvas- confiesa que está deprimido -aunque ya veremos que no tanto- y, por eso, debe de ser, no hace nada más que volver, volver y volveeeeer… a Italia. Porque actualmente se encuentra en Budapest. Exactamente, no en Budapest capital, que otra cosa sería si no. Él está día y noche metido en los estudios Korda Filmpark, cercanos -en realidad, no, tanto, y si no que se lo pregunten a Aitor Luna que, mientras rodaba “Alatriste” creyó volverse loco de aburrimiento- a la ciudad del Danubio. E inmerso en la producción de “El Turco”, una serie para Disney+. Total que fue llamarlo de “Hay una carta para ti” o sea de “C’è una posta per te” y allí que se fue el muchacho porque en resumidas cuentas, se dio cuenta de que su escapada del “bel paese” fue “una full” del tamaño de Santa Sofía de Estambul... Porque ¿Dónde iba a estar él mejor atendido? El caso, que delante de millones de italianos, los mismos a los que abandonó a su suerte por un acoso de nada, contó alto y claro que, a sus 33 años, está más solo que la una y que, como en la canción, si tú me dices ven -a Salerno, en concreto-, yo lo dejo todo.A Salerno metafóricamente, claro, porque, si se acuerdan del mítico programa de Isabel Gemio, el intérprete de “Dolunay” estaba convocado para dar una sorpresa. En este caso, a una farmacéutica de la ciudad campana llamada Francesca, hiperfan del actor. La señora había tenido que superar todas las adversidades del mundo y siete más y su marido, Giuseppe, quiso agradecerle su apoyo incondicional trayéndole al sofá del programa al sultán de la belleza masculina por antonomasia. Lo que pasa es que, mientras que ella estaba en plató, Yamán la esperaba escondido en la trastienda del programa y el público -con esas cámaras indiscretas que hay en todo programa lacrimógeno que se precie- pudo ver cómo el actor se conmovía ante la historia de esta mujer que, bromas aparte, era durísima y admirable a partes iguales. “He viajado desde otro país solo por conocerte. Eres muy fuerte”, le dijo abrazándola para, después, soltar la bomba: “En este período de mi vida en Budapest me siento solo, nunca antes me había pasado… y desearía tener a mi lado a una mujer fuerte como tú… Tal vez vaya a Salerno a verte si tienes una hermana, con la excusa de comprar medicamentos en tu farmacia“, confesó entre bromas, sí, pero lanzando un aviso a navegantas. Navegantas de Roma, Rimini y Riccione, que pudieron verle en vivo durante esta escapada italiana, que no solo duró lo que duraba el programa sino unos días más. Una semana en la que el turco y sus fans se han reconciliado, o mejor dicho, en la que el actor e Italia en general ha vuelto a enamorarse perdidamente el uno del otro. De hecho, a Can Yaman no se le conoce, desde Diletta, otro amor. ¿O sí?Se le conocen de antes y, según se cuenta en las revistas italianas, una de ellas habría vuelto a florecer que, así escrito suena a Barbara Carland, pero por ahí irían los tiros. Según las páginas satinadas transalpinas, el matrimonio de Francesca Chillemi con su novio podría estar comprometido por culpa de Can Yaman. ¿Cómo? Explicamos.A ver, la aparición de Can Yaman en la tv italiana no fue una cosa esporádica ni fortuita ni inesperada. O sea, no fue nada “random” porque, en realidad, el idilio de Can Yaman con Italia no se rompió nunca tajantemente por mucho empeño que pusieran ambas partes en destruirlo. Resumimos: Can Yaman se fue, pero “al rato”, montó un restaurante en Roma, aunque especializado en carne. Entonces, nadie iba a su “garito”. Pero, luego, se especializó en pasta y, entonces, ya sí. En masa. Después, se puso a anunciar pasta de CiCecco y, bueno, vale, pero lanzó un perfume a 85 euros el frasco de 50 cl y se le echaron encima… O sea, lo normal de una relación de ni contigo ni sin ti. Hasta que todo volvió a su cauce -o sea, al amor mutuo e incondicional- cuando el actor que dará vida por cierto a “Sandokan”, el mítico héroe italiano de Emilio Salgari, anunció que una parte de lo recaudado por su perfume irá destinado a hospitales infantiles. Es decir, un total de 90.000 euros. Un importé al que él ha sumado de su propio bolsillo otros 150.000 euros. Hablamos ya de 240.000 euros, lo que ha desbocado a las redes que claman por una estatua monumental dedicada al actor. Así que, solventada ya la prueba de amor, Can Yaman ha vuelto a ser un “must to have” en Italia. Tanto es así que se perfila para ser la Laura Madrueño de la edición en ciernes del Supervivientes italiano, véase “L’isola dei famosi”. Eso sí, siempre y cuando se lo pueda permitir el rodaje de la segunda temporada de “Viola come il mare”. Y aquí es donde viene el “salseo”.Solventado ya el hecho de que ha vuelto a ser el hombre más deseado y que se ha dejado desear por la industria audiovisual italiana, Can Yaman está intentando que las negociaciones lleguen a buen puerto y pueda ser como la otrora Lara Alvarez pero rollo enviado especial a Honduras para, así, compatibilizarlo con la serie, cuya primera “season” fue un auténtico hit, y en donde la protagonista, o sea, la Viola del título es un antiguo amor del turco de “Pájaro soñador”. ¡Zas! Ex amor, ex Miss Italia y una de las actrices televisivas más populares de la pequeña pantalla italiana, Francesca Chillemi. Solo que Francesca estaría en pareja. Con Stefano Rosso. De ahí que Can sería el motivo por el que la actriz y el empresario -hijo del fundador de Diesel, Renzo Rosso-, pese a tener una niña -Rania-, no se casaran.
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Salió despavorido de Italia. Que no soportaba más la excesiva atención de los fans . Un fervor -véanse también los términos ‘pasión’, ‘exaltación’ y ‘delito’- que no pocas veces se convirtió en tumulto y locura, cuando no, en allanamientos contra la propiedad privada - o sea, la de su casa- y en agresiones violentas contra cualquier mujer con la que se le vinculara y/o fotografiara. Can Yaman cambió primero de dirección en Roma. Después, como contamos, de país. “He intentado ser reservado aunque, al mismo tiempo, ser cercano a vosotros. Prometo que he intentado encontrar un equilibrio. Os quiero, pero también me quiero a mí mismo… Relajémonos. Espero que podamos encontrar la paz porque, de verdad, que lo necesito”. Fue su llamada de atención en redes. Pero ya sabemos que paz, paz, no encontró. Y vaya, que de un bufido, posteó. “Aquí la gente ha superado todos los límites”. Y cogió las de Villadiego.
Cortaba así presumiblemente todos sus lazos con el país que, echando mano de paradojas, le había convertido en estrella y en el hombre más atractivo del mundo, dado que, además, ya tenía archivada -desde agosto de 2021- su tan cacareada historia de amor con la periodista deportiva catanese Diletta Leotta, hoy con el exportero vikingo del Liverpool, Loris Karius. Porque sí, sí. Ya se había quedado soltero. Pero, dos años después, señores, sigue estando soltero. Y lo que es más, después de aquella huida desesperada -abróchense los cinturones porque llegan curvas- confiesa que está deprimido -aunque ya veremos que no tanto- y, por eso, debe de ser, no hace nada más que volver, volver y volveeeeer… a Italia.
Porque actualmente se encuentra en Budapest. Exactamente, no en Budapest capital, que otra cosa sería si no. Él está día y noche metido en los estudios Korda Filmpark, cercanos -en realidad, no, tanto, y si no que se lo pregunten a Aitor Luna que, mientras rodaba Alatriste creyó volverse loco de aburrimiento- a la ciudad del Danubio. E inmerso en la producción de El Turco , una serie para Disney+. Total que fue llamarlo de Hay una carta para ti o sea de C’è una posta per te y allí que se fue el muchacho porque en resumidas cuentas, se dio cuenta de que su escapada del “bel paese” fue “una full” del tamaño de Santa Sofía de Estambul... Porque ¿Dónde iba a estar él mejor atendido? El caso, que delante de millones de italianos, los mismos a los que abandonó a su suerte por un acoso de nada, contó alto y claro que, a sus 33 años, está más solo que la una y que, como en la canción, si tú me dices ven -a Salerno, en concreto-, yo lo dejo todo.
A Salerno metafóricamente, claro, porque, si se acuerdan del mítico programa de Isabel Gemio, el intérprete de Dolunay estaba convocado para dar una sorpresa. En este caso, a una farmacéutica de la ciudad campana llamada Francesca, hiperfan del actor. La señora había tenido que superar todas las adversidades del mundo y siete más y su marido, Giuseppe, quiso agradecerle su apoyo incondicional trayéndole al sofá del programa al sultán de la belleza masculina por antonomasia. Lo que pasa es que, mientras que ella estaba en plató, Yamán la esperaba escondido en la trastienda del programa y el público -con esas cámaras indiscretas que hay en todo programa lacrimógeno que se precie- pudo ver cómo el actor se conmovía ante la historia de esta mujer que, bromas aparte, era durísima y admirable a partes iguales. “He viajado desde otro país solo por conocerte. Eres muy fuerte”, le dijo abrazándola para, después, soltar la bomba: “En este período de mi vida en Budapest me siento solo, nunca antes me había pasado… y desearía tener a mi lado a una mujer fuerte como tú… Tal vez vaya a Salerno a verte si tienes una hermana, con la excusa de comprar medicamentos en tu farmacia“, confesó entre bromas, sí, pero lanzando un aviso a navegantas. Navegantas de Roma, Rimini y Riccione, que pudieron verle en vivo durante esta escapada italiana, que no solo duró lo que duraba el programa sino unos días más. Una semana en la que el turco y sus fans se han reconciliado, o mejor dicho, en la que el actor e Italia en general ha vuelto a enamorarse perdidamente el uno del otro. De hecho, a Can Yaman no se le conoce, desde Diletta, otro amor. ¿O sí?
Se le conocen de antes y, según se cuenta en las revistas italianas, una de ellas habría vuelto a florecer que, así escrito suena a Barbara Carland, pero por ahí irían los tiros. Según las páginas satinadas transalpinas, el matrimonio de Francesca Chillemi con su novio podría estar comprometido por culpa de Can Yaman. ¿Cómo? Explicamos.
A ver, la aparición de Can Yaman en la televisión italiana no fue una cosa esporádica ni fortuita ni inesperada. O sea, no fue nada random porque, en realidad, el idilio de Can Yaman con Italia no se rompió nunca tajantemente por mucho empeño que pusieran ambas partes en destruirlo. Resumimos: Can Yaman se fue, pero “al rato”, montó un restaurante en Roma, aunque especializado en carne. Entonces, nadie iba a su “garito”. Pero, luego, se especializó en pasta y, entonces, ya sí. En masa. Después, se puso a anunciar pasta de CiCecco y, bueno, vale, pero lanzó un perfume a 85 euros el frasco de 50 cl y se le echaron encima… O sea, lo normal de una relación de ni contigo ni sin ti. Hasta que todo volvió a su cauce -o sea, al amor mutuo e incondicional- cuando el actor que dará vida por cierto a Sandokan, el mítico héroe italiano de Emilio Salgari, anunció que una parte de lo recaudado por su perfume irá destinado a hospitales infantiles. Es decir, un total de 90.000 euros. Un importé al que él ha sumado de su propio bolsillo otros 150.000 euros. Hablamos ya de 240.000 euros, lo que ha desbocado a las redes que claman por una estatua monumental dedicada al actor. Así que, solventada ya la prueba de amor, Can Yaman ha vuelto a ser un must to have en Italia. Tanto es así que se perfila para ser la Laura Madrueño de la edición en ciernes del Supervivientes italiano, véase “L’isola dei famosi”. Eso sí, siempre y cuando se lo pueda permitir el rodaje de la segunda temporada de Viola come il mare. Y aquí es donde viene el “salseo”.
Solventado ya el hecho de que ha vuelto a ser el hombre más deseado y que se ha dejado desear por la industria audiovisual italiana, Can Yaman está intentando que las negociaciones lleguen a buen puerto y pueda ser como la otrora Lara Alvarez pero rollo enviado especial a Honduras para, así, compatibilizarlo con la serie, cuya primera season fue un auténtico hit, y en donde la protagonista, o sea, la Viola del título es un antiguo amor del turco de Pájaro soñador. ¡Zas! Ex amor, ex Miss Italia y una de las actrices televisivas más populares de la pequeña pantalla italiana, Francesca Chillemi . Solo que Francesca estaría en pareja. Con Stefano Rosso. De ahí que Can sería el motivo por el que la actriz y el empresario -hijo del fundador de Diesel, Renzo Rosso-, pese a tener una niña -Rania-, no se casaran.
Tal y como se ha publicado, Francesca nunca quiere referirse al por qué de no casarse en las entrevistas, pero se sospecha que la culpa de ello es un incidente ocurrido el año pasado cuando la revista Chi destapó unas fotos en las que se veía a Can Yaman y a Francesca salir juntos por la mañana de unos apartamentos en donde, según decía la revista, habrían pasado la noche juntos. Tras la publicación, Can Yaman y Francesca dejaron de seguirse y de interactuar en redes sociales, que eso hoy en día es mucho más significativo que un divorcio. Y ¿Qué ocurre? Que después de que la productora de la serie haya comunicado que la serie va a tener una segunda parte, la expectación (véase morbo) se ha vuelto a despertar sobremanera porque, según avanzaban en conferenza stampa -rueda de prensa-, el inspector de policía interpretado por Yaman y Viola resuelven su tensión sexual. Vamos, que a Yamán se le va a pasar la depresión en un santiamén en cuanto vuelva a pisar la tierra de Monica Vitti y que todos, siguiendo su estela y la de White Lotus 2, nos vamos a domiciliar en el país de la bota… Ipsofacticamente ya.