Taylor Hasselhoff-Fiore, hija del actor David Hasselhoff, dio el 'sí, quiero' el pasado sábado 4 de febrero en una romántica ceremonia celebrada el jardín de Ethereal Gardens en Escondido (California). La empresaria; de 32 años, y su marido; Madison Fiore, de 33, han pasado uno de los días más felices de su vida en una boda en la que han acudido sus familiares y seres queridos. Con 186 invitados, la pareja ha caminado hacia el altar en un pasillo con sillas de madera situado bajo una bóveda de helechos y en un paraje idílico lleno de flores blancas. "Fue grandioso poder reunir a todas nuestras familias y amigos y tenerlos en el mismo sitio. Han venido de todas las partes del mundo. Hubo un momento durante la boda en el que nos tomamos un segundo a mitad del camino y miramos a toda la multitud, respiramos y les sonreímos", ha dicho Taylor a People.
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En un momento "espectacular" para la pareja, Taylor ha segurado que nunca olvidará el instante en el que vio a todos, ya que le pareció una "sensación bastante icónica". Vestida con un traje de silueta sirena, pronunciado escote y decorado con motivos circulares que aportan volumen y textura al tejido,la novia acudió al altar del brazo de su padre con un velo largo y un gran ramo de flores blancas mientras sonreía de felicidad y sonaba Love Tonight, de Shouse. Por su parte, el novio, que se decantó por la retro combinacion de esmoquin de chaqueta blanca y pantalón negro con boutonniere hecho de flor natural, también fue del brazo de su madre, quien no dudó en mostrar la emoción de este precioso día.
"Creo que la razón por la que comencé a llorar fue cuando vi a mi padre porque es una gran luz en mi vida. Se preocupa mucho por mi bienestar y mi felicidad", ha dicho Taylor sobre David, el intérprete de Los vigilantes de la playa que ahora tiene 70 años. "Antes de salir lo tenía todo bajo control y me sentía bien hasta que le vi y dije, '¡oh, vaya!'. Mis lágrimas comenzaron a correr histéricamente y le dije: 'Arréglalo', pero fue solo porque estaba muy feliz por mí. Su sonrisa fue muy grande y me dijo que estaba hermosa. Así que fue un honor poder caminar con él y ver lo feliz que estaba de que yo comenzara este nuevo viaje", ha añadido la feliz recién casada al citado medio.
Tras la preciosa ceremonia, la pareja y los invitados pudieron disfrutar de un convite bajo una carpa blanca en la que destacaban también las mesas de madera, una iluminación íntima llena de velas blancas de diferentes tamaños y centros de flores del mismo color. El menú estuvo formado por hamburguesas, solomillo Wellington y miniquesos a la parrilla durante la hora del cóctel, donde se pudo tomar también de combinados exclusivos que llevaban el nombre de los tres perros rescatados que tienen (Mango, Coco y Jax). Además también pudieron degustar ensalada de la huerta, carne asada, verduras, raviolis y para el postre un pastel de tres niveles de fresa, vainilla, crema blanca y rosas rojas. Pero no solo eso, los novios tuvieron el precioso detalle de dejar una silla con una rosa roja y una dedicatoria para uno de sus seres queridos que había fallecido. "En memoria de los que no pueden estar aquí hoy pero que siempre estarán presentes en nuestros corazones", han escrito. Ya en la fiesta posterior, Taylor y Madison bailaron al son de Can't Help Falling in Love,de Elvis Presley, interpretado por una banda en directo.